miércoles, 9 de marzo de 2011

Libia y los costos políticos de EE.UU.

Libia y los costos políticos de EE.UU.

Rebeldes libios

En EE.UU. las opiniones están divididas sobre qué tipo de medida tomar con Libia.

Los interrogantes sobre el papel que debe desempeñar Estados Unidos en el conflicto de Libia se multiplican mientras se prolonga la confrontación armada en aquel país del norte de África.

En Washington, políticos y analistas coinciden en que algo hay que hacer pero no hay acuerdo sobre el modo, la oportunidad y los costos políticos que la acción o la inacción pueden acarrear.

Los enfrentamientos entre las fuerzas leales al coronel Muamar Gadafi y las facciones rebeldes ahora repercuten en el espectro político estadounidense.

La intervención de fuerzas internacionales en el conflicto de los Balcanes, en Irak y Afganistán, por nombrar algunas, comienza a ser un marco de referencia.

clic Lea también: Los pro y los contra de una zona de exclusión aérea

Desde el gobierno de Barack Obama insisten en que están considerando "todas las opciones", pero esperan que la comunidad internacional participe de manera "multilateral" en las acciones que se emprendan.

Hay quienes ven en la actitud presidencial un signo de debilidad. En ese sentido, el diario The New York Times advierte en uno de sus editoriales que "es peligroso hacer amenazas si uno no está preparado para seguir adelante".

El senador republicano y ex candidato presidencial John McCain pidió con urgencia el establecimiento de una zona de exclusión aérea para evitar que la oposición pueda ser bombardeada por fuerzas leales a Gadafi. En similar sentido se pronunció el senador demócrata John Kerry.

Esto que está creciendo como una guerra civil en Libia y representa un gran desafío para la administración Obama

John Norris, analista

Al mismo tiempo se escuchan voces que dudan de la medida o alertan sobre la necesidad de bombardear y destruir infraestructura estratégica como aeropuertos y autopistas para asegurar su efectividad.

Desafío para Obama

El director ejecutivo del Programa de Seguridad Sustentable del Centro para el Progreso Americano, John Norris, empieza por describir el contexto en el que se produce el conflicto libio. En ese sentido enumera las protestas en Egipto, Túnez, Bahréin, Arabia Saudita, Yemen e Irán.

"Ahora está esto que está creciendo como una guerra civil en Libia y representa un gran desafío para la administración Obama que, a su vez, está involucrada en dos conflictos en marcha, como son Irak y Afganistán", explica en diálogo con BBC Mundo.

"No hay una opción fácil y segura", agrega.

Refugiado libio

Especialistas advierten que cualquier intervención en el terreno puede tener resultados "impredecibles".

En el ala republicana hay quienes dudan de la conveniencia de una intervención. Es el caso del comentarista George Will, quien en una columna publicada en el diario The Washington Post enumera una serie de interrogantes que –a su juicio- deberían ser respondidos antes de tomar una decisión.

Entre otras cosas se pregunta si Libia representa un "interés vital" para EE.UU. y se responde que "hace un mes nadie lo pensaba".

Will recuerda las operaciones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la ex Yugoslavia.

La comparación de la crisis Libia con el conflicto en los Balcanes arrastra su carga simbólica: la de las críticas de las que fue objeto por la "demora" de los países –sobre todo europeos- en actuar y evitar la muerte de civiles y las que cosechó por las víctimas que se produjeron una vez que se puso en marcha.

Norris considera que "en casos como los de Kosovo o Bosnia la comunidad internacional logró resultados de manera colectiva que mejoraron notablemente la situación", pero aclara que "eso toma cierto tiempo y requiere de cierta coordinación".

Sin embargo, advierte que "cuando uno se involucra en este tipo de conflictos en el terreno, el resultado es bastante impredecible".

Si Gadafi gana…

(Si Gadafi derrota a los rebeldes) sería un duro revés para la administración Obama y creo que para la gente que se preocupa por la democracia y la transformación democrática de Medio Oriente

John Norris, analista

Otro de los interrogantes que surgen tiene que ver con la posibilidad de que Gadafi logre derrotar a las fuerzas rebeldes.

"Sería un duro revés para la administración Obama y creo que para la gente que se preocupa por la democracia y la transformación democrática de Medio Oriente", sostiene Norris.

Este analista, sin embargo, no está seguro sobre si el conflicto tendrá repercusiones en el terreno de la política doméstica. "Los resultados están por verse", afirma.

El diario The New York Times centra su esperanza en que puedan surtir efecto la congelación de los activos del líder libio decretada por EE.UU., la restricción de viajes y demás sanciones que se puedan adoptar.

"Con suficiente presión, sus seguidores y sus militares podrían abandonarlo para salvar su propia piel", concluye.

La investigación en EE UU de la radicalización musulmana provoca acusaciones de 'McCarthysmo'


El Congreso inicia sus deliberaciones entre un aluvión de críticas por lo que se considera una nueva 'Caza de Brujas'

Lo que va a suceder el jueves en el Congreso cuando el representante republicano por Nueva York, Peter King, inicie la comisión de investigación sobre la radicalización de los musulmanes en Estados Unidos retrotrae a los años de la caza de brujas del senador Joseph McCarthy y su Comité de Actividades Antiamericanas. De hecho, las diferentes y numerosas organizaciones musulmanas que se han levantado contra la islamofobia del político le califican ya como el McCarthy del siglo XXI.

King considera que el enemigo está dentro de casa y que la creciente radicalización de los musulmanes nacidos y criados en Estados Unidos es una amenaza que debe ser revisada antes de que sea tarde. Como presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara -cargo al que llegó tras la victoria republicana en las pasadas elecciones legislativas-, King basará su argumentación en dos afirmaciones: que los americanos musulmanes no cooperan ni con la ley ni con el orden a la hora de denunciar actividades sospechosas y que entre el 80 y el 85% de los líderes islámicos son extremistas.

"Todas las acusaciones que hace King son falsas", aseguraba esta mañana en rueda de prensa Nihad Awad, director ejecutivo de CAIR (Consejo de Relaciones Americano-Islámicas, siglas en inglés). Awad aporta como fuentes que niegan la acusaciones de King al propio director del FBI, Robert Mueller, y al sheriff de Los Ángeles, Lee Baca. Michael Rolince, que entre los años 2002 y 2005 estuvo al frente de la División Contraterrorista del FBI en Washington, asegura sin lugar a dudas que "la comunidad ha recurrido a los agentes de la ley en numerosas ocasiones" para denunciar situaciones sospechosas.

Tanto para Awad como para el resto de los comparecientes en la rueda de prensa, lo que el representante King está haciendo es demonizar y estigmatizar a toda una comunidad por su fe, que en el caso de los musulmanes estadounidense se eleva a siete millones de personas. "La actuación de King no es desconocida en la historia de EEUU", explica Shahid Butter, director del grupo jurídico Billof Rights. Otras comunidades han sido perseguidas en la historia del país, desde los afroamericanos a los judíos americanos, pasando por los campos de internamiento a los que fueron confinados los japoneses tras el ataque de Pearl Harbor o los comentarios sectarios que se hicieron contra los católicos cuando John Kennedy llegó a la presidencia del país. Por aquel entonces, altas instancias de la inteligencia norteamericana consideraban que si el católico JFK llegaba a la presidencia, el Papa dirigiría el país.

"King sólo está embarcado en una maniobra política barata que le aporte notoriedad, no en conocer la realidad de los hechos", puntualiza Butter. "Si realmente fuera sincero en investigar el terrorismo doméstico estaría estudiando las bombas de Oklahoma o el ataque contra una oficina de Hacienda en Tejas", prosigue. "Sin embargo, King prefiere sentar en el banquillo de los acusados a toda una comunidad", añade Muhammad Salim Akhtar, director de la American MuslimTaskforce.

King aportará sus propios testigos para su versión de lo que está ocurriendo en Estados Unidos. Entre otros testificará ante el comité Zuhdi Jasser, habitual tertuliano de los medios de la ultraderecha norteamericana. Más de 50 organizaciones relevantes dentro de la comunidad islámica han ofrecido su participación en las vistas del Congreso, pero King las ha rechazado. De ascendencia irlandesa, King no es nuevo en el terreno de la polémica con su defensa en los años ochenta y noventa de la lucha armada del IRA, organización terrorista que para el político es comparable al Congreso Nacional Africano de Nelson Mandela.

El rey de Marruecos anuncia una reforma "global" de la Constitución que recorta sus poderes


El poder Ejecutivo y Legislativo saldrán reforzados.- La Ley Fundamental reconocerá el amazig como lengua, con la descentralización como parte central de la reforma

Mohamed VI ha anunciado hoy en un discurso televisado una "una reforma constitucional global", en la que se reforzará el papel de las regiones, del Parlamento, así como el del primer ministro "como jefe del Ejecutivo", salido del partido más votado y no nombrado por el monarca, como sucedía hasta ahora. El rey también ha anunciado que la nueva Constitución reconocerá "la lengua amazig como parte central en tanto que patrimonio de todos los marroquíes". La nueva Ley Fundamental será sometida a referéndum, y buscará "ampliar el ámbito de las libertades individuales y colectivas".


El anuncio de una nueva Constitución llega 20 días después de que Marruecos viviera una jornada de protestas en las que se pedía precisamente una reforma constitucional hacia una monarquía parlamentaria.

La reforma constitucional deberá tener como punto central la descentralización de Marruecos, ya anunciada por el monarca en sendos discursos de enero y agosto de 2010. Así, la segunda Cámara (una suerte de Senado) será la que represente a las regiones, mientras que los gobernadores (walis) perderán parte de su poder en detrimento de los nuevos consejos regionales, que surgirán de "votación general directa" encargados de "la gestión democrática de sus asuntos".

La regionalización del país ha sido la estrategia principal de Marruecos para la salida del conflicto del Sáhara, con el reconocimiento de una amplía autonomía para las que Rabat llama las Provincias del sur. En el discurso de hoy, Mohamed VI ha negado que vaya a haber "una regionalización con dos velocidades: regiones privilegiadas que disponen de suficientes recursos para desarrollarse, y otras necesitadas".

La nueva Constitución consagrará "el carácter plural de la identidad marroquí unitaria y rica por la variedad de sus afluentes, donde el amazig (lengua bereber) ocupa un lugar central en tanto que patrimonio de todos los marroquíes". En el discurso de hoy el rey también ha llamado al "refuerzo de la participación de la mujer en la gestión de los asuntos regionales", facilitando "su acceso a los mandatos electorales".

Esta nueva Ley Fundamental buscará "consolidar el Estado de derecho y de las instituciones, ampliar el ámbito de las libertades individuales y colectivas, y garantizar su ejercicio, además de afianzar el sistema de los derechos humanos", en palabras del monarca.

De acuerdo con los puntos esbozados hoy, la Cámara de Diputados ampliará "el ámbito legal otorgándoles nuevas atribuciones", con el fin de "ejercer sus funciones de representación, legislación y control"; el partido político que más votos haya logrado en "elecciones libres e imparciales", será el encargado de formar gobierno asumiendo "la responsabilidad del gobierno y de la administración pública así como de dirigir y aplicar el programa gubernamental"; hasta ahora el nombramiento del primer ministro era una atribución directa del rey.

Mohamed VI nombrará una comisión constituyente, que deberá de presentar un proyecto de Constitución para el mes de junio. La nueva Ley Fundamental será sometida a un plebiscito popular para su aprobación.

lunes, 7 de marzo de 2011

ESCUELA PARA TIRANOS

ESCUELA PARA TIRANOS


Cómo se convirtió Gadafi en maestro de una generación de dictadores.


AFP/Gettyimages

El coronel Muamar el Gadafi es hoy famoso por los abusos que ha cometido con su pueblo durante más de cuatro décadas de Gobierno brutal en Libia, pero pocos recuerdan la amplia campaña de matanzas y actos terroristas que orquestó en África occidental y Europa cuando estaba en el apogeo de su poder.

Tampoco se conocen bien su reciente alianza con el venezolano Hugo Chávez ni su larga amistad con el nicaragüense Daniel Ortega, dos presidentes muy ocupados en la labor de pisotear sus respectivas constituciones y progresar hacia una dictadura. Y suele ignorarse el hecho de que estos tres gobiernos apoyan a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), un grupo terrorista que produce más de la mitad de la cocaína mundial y dos tercios de la que llega a Estados Unidos.

Ortega y Chávez son dos de los pocos dirigentes que han defendido públicamente los ataques del líder libio contra su propio pueblo y que le instan a resistir y librar una última batalla revolucionaria. En 2004, Gadafi otorgó a Chávez el Premio Internacional el Gadafi de Derechos Humanos, creado por él mismo. El líder venezolano, que, a su vez, concedió la máxima condecoración civil de Venezuela a Gadafi en 2009 y le comparó con el libertador suramericano Simón Bolívar, se ha ofrecido ahora a mediar en el conflicto libio. Hasta ahora, el único que parece haber aceptado la oferta es el propio coronel.

Los vínculos de Gadafi con varios de los regímenes y movimientos armados más represivos se establecieron en los 80, cuando estaba considerado como una de las mayores amenazas terroristas del mundo. Rebosante de dinero del petróleo, Gadafi organizó una campaña de entrenamiento para individuos que acabaron siendo los señores de la guerra más brutales de gran parte de África, un legado que dejó una región asfixiada e inestable.

El Centro Revolucionario Mundial (CRM) de Gadafi, próximo a Bengasi, se convirtió, como escribió el especialista Stephen Ellis en su libro de 2001 The Mask of Anarchy, en “el Harvard y el Yale de toda una generación de revolucionarios africanos”, entre ellos, muchos de los tiranos de más triste fama del continente. Allí, unos campamentos levantados en el desierto acogían a reclutas de distintos países que recibían formación en el uso de armas y técnicas de espionaje, con cierta dosis de adoctrinamiento ideológico basado en el Libro Verde de Gadafi. Los cursos duraban de unas semanas a más de un año, en función del nivel de especialización y el rango que tuviera cada uno.

Además de africanos, los cuadros de Gadafi entrenaron a sandinistas de Nicaragua y a miembros de otros movimientos revolucionarios latinoamericanos, y desarrollaron una sólida relación con Ortega. Posteriormente, Gadafi estableció una estrecha relación con las FARC y conoció a sus líderes en reuniones de grupos revolucionarios que se celebraban de forma periódica en Libia.

En los 80 y 90, un grupo selecto de discípulos de entre el alumnado del CRM formó una fraternidad de déspotas que decidieron apoyarse mutuamente en sus campañas sanguinarias e implacables para obtener poder y riqueza. Esa red sigue teniendo hoy una influencia considerable a través de los miembros que siguen en el poder, como Blaise Compaoré de Burkina Faso e Idriss Déby de Chad.

El elemento que todos estos matones tan distintos tenían en común era su actitud antiamericana, que hizo que Gadafi apoyara a otros dictadores. Su mejor aliado en el continente era el asesino Robert Mugabe, que, aunque no se entrenó en el CRM, se ha sostenido gracias a donaciones directas de Libia y envíos de petróleo subvencionado; sobre todo, envíos de crudo subvencionado por valor de cientos de millones de dólares. En los últimos tiempos, las relaciones entre los dos países son más tensas, porque Zimbabue no puede pagar el dinero que debe a Libia.

Da la impresión de que Gadafi ha sacado buena rentabilidad de sus inversiones. Después de intervenir militarmente en la República Centroafricana en 2001, el presidente al que protegía, Ange-Félix Patassé, firmó un contrato por el que daba a Libia una concesión de 99 años para explotar todos los recursos naturales del país: uranio, cobre, diamantes y oro negro. En Zimbabue, Gadafi adquirió por lo menos 20 propiedades de lujo después de acudir al rescate de Mugabe; asimismo obtuvo acciones en varias de las pocas empresas estatales que seguían siendo viables.

Pero fue en África occidental donde más se notaron los primeros efectos de la ambición de Gadafi. Liberia, el bastión de Estados Unidos en la zona durante la guerra fría, interesó de manera especial al líder libio, sobre todo después de que el presidente Ronald Reagan ordenase en 1986 un bombardeo en el que murió una de las hijas de Gadafi.

Para que le ayudase a ejecutar su venganza, Gadafi recurrió al presidente de Liberia, Charles Taylor, un criminal de guerra que hoy está sometido a juicio por crímenes contra la humanidad, incluidos el secuestro de niños para utilizarlos en combate, las violaciones sistemáticas y el asesinato de masas. Otro reclutado por Gadafi, Foday Sankoh, del Frente Unido Revolucionario (FUR) de Sierra Leona, estaría hoy presente en el mismo tribunal y por los mismos motivos si no hubiera muerto por causas naturales.

Sankoh, un cabo analfabeto, formó el FUR bajo el patrocinio de Taylor, y los dos fueron los pioneros del atroz método que les hizo famosos en los 90: la amputación de brazos y piernas de hombres, mujeres y niños como parte de una campaña de tierra quemada planeada para apoderarse de los yacimientos de diamantes de la región. Gadafi respaldó su salvajismo y se reunió a menudo con Taylor y sus más estrechos colaboradores para examinar el progreso de los conflictos y suministrarles armas. De hecho, siguió enviando armas a Taylor incluso después de que éste perdiera el poder por la fuerza, en 2003.

Otro que fue alumno del centro libio fue Laurent Kabila, cuyas fuerzas despiadadas se hicieron con el poder en la República Democrática del Congo (RDC) en 1997, tras la implosión del régimen dictatorial de Mobutu Sese Seko. Ernesto Che Guevara, el revolucionario argentinocubano, había intentado colaborar con las tropas de Kabila en los 60, pero se dio por vencido por la incompetencia del líder y la enorme corrupción que fomentaba. Las relaciones de Gadafi con el hijo de Kabila, Joseph, actual presidente de la RDC, no son tan buenas.

Compaoré, actual presidente de Burkina Faso, es otro famoso graduado del CRM. En 1987, unas tropas leales a él, en aquel tiempo capitán y ministro de la presidencia, asesinaron al presidente Thomas Sankara, que era su mejor amigo, y allanaron el camino para que se adueñara del poder. Cuando ya era presidente de Burkina Faso, un país pequeño, pobre y sin salida al mar, Compaoré apoyó con tropas y recursos la insurgencia de Taylor en Liberia y las acciones del FUR en Sierra Leona. En 2002, una investigación de Naciones Unidas llegó a la conclusión de que había contribuido de forma importante a armar al FUR y a Taylor y con ello había violado el embargo de armas impuesto por la ONU. El líder de Burkina Faso ha seguido siendo todos estos años firme aliado de Gadafi.

En Latinoamérica, Gadafi ha ayudado a los sandinistas y a Ortega desde 1979, y este no lo ha olvidado. La semana pasada, declaró que Gadafi era su "hermano", y hace unos días comunicó su apoyo y prometió que "Nicaragua, mi gobierno del Frente Nacional Sandinista de Liberación y nuestro pueblo están contigo en estas batallas".

La relación de Libia con Chávez y las FARC se remonta al menos a 2000. Numerosos correos electrónicos enviados entre el comandante de las FARC, Raúl Reyes, Gadafi y Ortega muestran lo profunda que seguía siendo su relación en un pasado no muy lejano. Las FARC, fundadas en 1964 y cuyo ámbito de actuación es fundamentalmente Colombia, son el movimiento guerrillero más antiguo del hemisferio occidental. Desde que Chávez llegó al poder, el presidente venezolano les ha dado todo su respaldo político y ha exigido que se eliminara el grupo de las listas de terroristas de Estados Unidos y la UE. Ortega posee una vieja relación con las FARC, además de con Gadafi y Chávez.

El apoyo de Chávez y Ortega a Gadafi ha tenido un alto coste político y ha sido motivo de bochorno para muchos antiguos revolucionarios latinoamericanos

Cuando Reyes murió a manos de las tropas colombianas en 2008, la policía se incautó de los discos duros de sus ordenadores, que contienen una montaña de correspondencia, con mensajes como la carta del alto mando de las FARC enviada el 4 de septiembre de 2000 al “Camarada coronel Gadafi, Gran Líder de la Mathaba Mundial”. La misiva daba las gracias a Gadafi por haber acogido, poco tiempo atrás, a los altos jefes de las FARC en su país. Después, el grupo guerrillero solicitaba "un préstamo de 100 millones de dólares, a pagar en cinco años... Una de nuestras primeras necesidades es la compra de misiles tierra-aire para repeler y derribar aviones de combate". Los aviones en cuestión eran los que Estados Unidos suministraba al Ejército colombiano.

El 22 de febrero de 2003, Reyes escribió una carta a Ortega, con la advertencia de "Entregar en mano", en la que le pedía noticias sobre la situación de la petición que habían hecho las FARC de misiles, y subrayaba la urgencia. "Querido camarada Daniel", escribía, "los libios dijeron que nos responderían, pero todavía no hemos recibido ninguna información... Cuando estábamos en Libia nos explicaron que la responsabilidad política de las estrategias de Libia en la región estaba en manos de Daniel Ortega. Por ese motivo nos dirigimos a ti, con la esperanza de obtener una respuesta". No está claro si alguna vez les entregaron las armas.

Chávez tiró la casa por la ventana durante la visita de Gadafi a Venezuela en 2009. “Lo que es Simón Bolívar para el pueblo venezolano, lo es Gadafi para el pueblo libio”, dijo mientras concedía al coronel la medalla de la Orden del Libertador, junto con una réplica de la espada de Bolívar. A su vez, Gadafi elogió a Chávez por “haber expulsado a los colonialistas”, como él los había expulsado en Libia. "Compartimos un mismo destino, un mismo combate en una misma trinchera contra un enemigo común, y venceremos", afirmó.

Chávez, Ortega, Mugabe, Compaoré y los demás miembros, cada vez menos numerosos, del club de déspotas de Gadafi, deben de estar deseando que el coronel no tuviera razón. El apoyo de Chávez y Ortega a Gadafi ha tenido un alto coste político y ha sido motivo de bochorno para muchos antiguos revolucionarios latinoamericanos que hoy comparten la visión de un futuro democrático. Da la impresión de que el club de viejos dictadores perderá pronto a uno de sus miembros, y los supervivientes -y sus ciudadanos- se quedarán pensando si también existe un destino común.

domingo, 6 de marzo de 2011

Identidades Islámicas Contemporáneas en América Latina

Revista Universum Nº 22 Vol.2: 27-39, 2007

ARTICULOS

Identidades Islámicas Contemporáneas en América Latina1

Isaac Caro (*)

(*) Sociólogo, Doctor en Estudios Americanos. Académico del Instituto de Estudios Internacionales, Universidad Arturo Prat de Chile.



RESUMEN

En este artículo, distinguimos cuatro grandes modelos del "Islam latinoamericano". Primero, la conformación de comunidades musulmanas a partir de un "islam indo-asiático". Segundo, el predominio, especialmente en los países sudamericanos, de un "islam árabe". Tercero, un proceso creciente de conversión al islam a través de la formación de "nuevos musulmanes". Cuarto, un fenómeno de carácter minoritario, que tiene que ver con la presencia de una tendencia islamista. Postulamos que la diversidad que caracteriza al Islam, por una parte, y a las distintas corrientes del islamismo, por otra, también alcanza a América Latina, a través de estos diversos modelos y, en algunos casos, antagónicos.

Palabras claves: Islam - Islamismo- Comunidad - Religión

ABSTRACT

In this paper, we examine four "Latin American Islam" models. First, the configuration of Muslim communities in the Caribbean: the "Indo-Asiatic Islam". Second, the formation, in South American countries, ofan "Arabic Islam". Third, the "new Muslims", through a conversion process to Islam. Finally, the presence of a radical Islamism. We postulate that the diversity that characterizes Islam and Islamism is related also with Latin America, through the conformation of some models that are diverse and antagonist in some cases.

Key words: Islam - Islamism - Community - Religion


INTRODUCCIÓN

Hacia principios de la década de 1990, en el marco de los nuevos conflictos internacionales - marcados por el término de la guerra fría - algunos académicos, especialmente estadounidenses, enarbolaron nuevas "teorías" para explicar el escenario que surgía tras la desintegración de la Unión Soviética y la crisis de los socialismos reales en Europa Oriental. Estas explicaciones (Lewis, 1990; Huntington, 1993 y 1997) postulaban un choque de civilizaciones: el enfrentamiento ideológico entre comunismo y capitalismo, entre Estados Unidos y la Unión Soviética, sería sustituido por un choque cultural y religioso entre Occidente - formado por Norteamérica y Europa - y muchas civilizaciones no occidentales, siendo una de las más importantes la civilización islámica.

Los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, del 12 de octubre de 2002 en Bali, del 11 de marzo de 2004 en Madrid y del 7 de julio de 2005 en Londres, entre muchos otros, parecieran avivar un debate sobre los "peligros" que representa el Islam, resaltando la dinámica de guerra civilizacional. En el contexto latinoamericano, en octubre de 2006, un acontecimiento judicial de gran trascendencia confirmó que detrás del atentado realizado en contra de una institución judía durante 1994 estaba un país islámico y un movimiento con presencia en Líbano.

En el marco occidental, especialmente en Europa y Estados Unidos, se registran importantes reafirmaciones de la identidad islámica (Kepel, 1994; Halliday, 2002; Castels, 2003), algunas de las cuales, como la Nación del Islam, recurren a un discurso identitario extremo para reivindicar la creación de un Estado negro musulmán, separado del blanco, en Estados Unidos. Se trata, en algunos casos, de "identidades asesinas", que "reducen la identidad a la pertenencia a una sola cosa, instala a los hombres en una actitud parcial, sectaria, intolerante, dominadora, a veces suicida, y los transforma a menudo en gentes que matan o en partidarios de los que lo hacen" (Maalouf, 1998: 43).No obstante estas identidades, que corresponden a las versiones más radicales del islamismo - lo propio ocurre con la ultraortodoxia judía, el integrismo católico, el fundamentalismo protestante y versiones "fundamentalistas" del hinduismo y el budismo -, no son estas prácticas las que caracterizan todo el islamismo y, mucho menos, al conjunto del Islam.

En lo que se refiere al concepto de "islamismo"2, lo utilizaremos para hacer referencia a movimientos religiosos que se caracterizan por aspirar a resolver los problemas sociales y políticos a través de la religión, buscando los fundamentos de la ley islámica para aplicarlos al campo de la política, la cultura y la sociedad (Caro, 2002: 20). En cuanto a sus corrientes, tomaremos una categorización de la organización multinacional "International Crisis Group" (2005), que distingue a un islamismo chiíta de otro sunnita. El primero, que sigue la tradición chiíta, sustentada en la "casa de Alí" - yerno y primo de Mahoma - y sus descendientes, tiene una tendencia a ser más monolítico e integrado. El segundo, que considera como infalibles el Corán y la sunna - dichos y hechos de Mahoma - tiene mayores divisiones y variedades.

En los islamismos sunnitas, tres son las corrientes centrales: a) un islamismo político, cuya meta es la toma del poder político, a través de su participación en el sistema político, lo que está ejemplificado con la Hermandad Musulmana y el movimiento Hamas; b) un islamismo de carácter misionero y proselitista, con dos movimientos emblemáticos: Jamaat Tabligh(propagación), creado en la India en 1926; ysalafiya, que data de 1880, identificado ahora con la tradición wahabita de Arabia Saudita;c) un islamismo jihadista, donde a su vez hay varias corrientes, siendo la más emblemática la que busca una confrontación global con Occidente, representada por Al-Qaeda,

En cuanto al Islam, estamos en presencia de una realidad que es mucho más amplia y compleja. El mundo islámico representa una diversidad de etnias, lenguas, nacionalidades y culturas, que tienen como resultado que el "fenómeno" que llamamos Islam no pueda ser catalogado como un conjunto unitario, homogéneo, único, estático: "el islam, si bien es en primer lugar un credo religioso, también es una política, una ley, una cultura, un modo de pensamiento, un estilo intelectual, una forma de vida y de comportamiento" (Molina Rueda, 2004: 26). En el mundo europeo, un fenómeno que adquiere creciente importancia es el del "euro-islam", entendido como una conjunción de identidades, que adquiere una connotación "postnacional" y "transnacional" (Castels, 2003).

Postulamos que la diversidad e hibridez que caracteriza al Islam, por una parte, y a las distintas corrientes del islamismo, por otra, también alcanza a América Latina y el Caribe. Esta presencia ha dado origen a cuatro modelos comunitarios distintos del Islam en la región. El primer modelo responde al "Islam indo-asiático", constituido porinmigrantes provenientes de Pakistán, Indonesia, y la India, que se han establecido principalmente en Surinam, Guyana y Trinidad-Tobago, donde la población musulmana es proporcionalmente más alta que en otros países de la región. El segundo modelo, es aquel del "Islam árabe", formado por comunidades de árabes procedentes principalmente de Siria, Líbano y de Palestina, que son mayoritariamente cristianos y se establecen en la mayoría de los países sudamericanos3.

Otros dos modelos en la presencia islámica latinoamericana tienen que ver con fenómenos más recientes. Uno de ellos corresponde a los "nuevos musulmanes" o conversos al Islam, por lo cual lo que existe es una elección, una conversión que generalmente proviene del cristianismo y que es resultado de una reacción o protesta en contra de la sociedad occidental cristiana. En este sentido, se inscribe la formación - lo mismo que en Estados Unidos - de un movimiento negro musulmán, que encuentra su expresión en parte de la población afrolatinoamericana. El cuarto modelo es minoritario en términos numéricos y está referido a la existencia de algunas agrupaciones principalmente chiítas, que están relacionadas con un islamismo radical, a través de sus nexos con Irán, Hezbolá y/u otros movimientos similares.

1. EL ISLAM INDO-ASIÁTICO

En América Latina, el islam indo-asiático encuentra un espacio importante en Guyana, Surinam y Trinidad Tobago, donde están las comunidades musulmanas más importantes, constituyendo entre un 10 y un 15% de la población total. La importancia de las comunidades de Surinam y Guyana queda de manifiesto en la medida que ambos Estados forman parte de la Organización de la Conferencia Islámica: Surinam ingresó a la Conferencia en 1996, mientras que Guyana lo hizo en 1998.

El origen del islam indo-asiático en la región se remonta al siglo XIX, cuando, tras la abolición de la esclavitud, dejaron de llegar trabajadores africanos - muchos de ellos musulmanes -, lo que produjo una escasez de mano de obra. Como resultado, se trajeron trabajadores de la India que se instalaron primero en las posesiones británicas - Guayana inglesa (futura Guyana) a partir de 1834, Trinidad-Tobabo y Jamaica a partir de 1844 -, luego en las antillas francesas - de 1854 a 1889 - y, finalmente, en la Guayana holandesa (futuro Surinam) - de 1836 a 1916 -. Aunque la mayoría de esta población era de religión hindú, se estima que alrededor de un 16% eran musulmanes.También están los indonesios, provenientes de la isla de Java, que se establecen en Surinam, los que en su gran mayoría son de confesión musulmana, y llegaron entre 1850 y 1931 (Delval, 1992: 29).

En estos tres países ha existido un proceso de islamización o afirmación islámica en la población musulmana, que ha tenido un auge importante desde la revolución islámica en Irán (1979).En este sentido, se han recibido las visitas regulares de misioneros procedentes de India y Pakistán. La afirmación de la identidad islámica, así como el cambio del urdu al árabe en las ceremonias religiosas, que se observa recientemente en los jóvenes musulmanes, hay que considerarlo en el contexto de necesidad de diferenciarse de los hindúes (Chickrie, 1999, 2006).

En el caso de Guyana, las conexiones exclusivas con el Islam asiático se mantienen hasta 1966, cuando - tras la independencia - los musulmanes guyaneses empezaron a hacer contactos con el mundo de habla árabe. Por otra parte, el establecimiento de relaciones diplomáticas con naciones árabes, como Egipto, Libia e Irak, favoreció estos contactos, así como los viajes de estudio realizados por muchos musulmanes a Arabia Saudita y Egipto.Esto ha motivado un creciente conflicto entre el campo musulmán indo-asiático y el campo musulmán árabe que, en medida importante, coincide con una brecha generacional: para las generaciones más jóvenes todo lo que es diferente del mundo árabe es considerado como equivocado, mientras que las mayores favorecen estos contactos (Chickrie, 2006).

En cuanto a Trinidad-Togabo, su importancia también radica porque el 27 de julio de 1990 se produjo un intento de golpe de estado, llevado a cabo por un pequeño grupo de musulmanes, liderado por Yasin Abu Bakr. Líder del movimiento Jamaat a-Muslimeen (Sociedad de los Musulmanes) y simpatizante de los Black Muslims de Estados Unidos, Bakr encabezó un grupo de 100 personas, que intentó infructuosamente derrocar al gobierno. Al igual que la Nación del Islam, liderada por Louis Farrakhan en Estados Unidos, Jamaat a-Muslimeen ha buscado constituirse en una organización de carácter étnico-religioso, que tiene como objetivo liberar no sólo a la comunidad caribeño africana musulmana, sino a toda la comunidad afrocaribeña (Zambellis, 2006).

Este islam indo-asiático del Caribe tiene una importancia central para las comunidades musulmanes del resto del continente, debido a dos factores principales. Primero, en estos países tienen su origen organizaciones y conferencias musulmanas con un radio de acción que va más allá del Caribe, como lo muestran: a) la Conferencia Islámica de América del Sur y el Caribe, creada en Trinidad Tobago; b) La Liga Islámica Mundial, con sede en La Meca y una representación regional en el Caribe; y c) la Asociación de la Vocación Islámica, establecida en Guyana y luego en Surinam. Segundo, países del mundo árabe y, en especial, Arabia Saudita y Libia, han influido crecientemente - a través de la conformación y consolidación de estas organizaciones - en el resto del continente4.

Es importante resaltar que existe un desarrollo histórico distinto entre el "Islam indo-asiático" y el "Islam árabe", en la medida que el primero proviene del subcontinente indio: si bien fue introducido por los árabes en el siglo X, posteriormente los turcos en Asia Central, junto a los mongoles y otras dinastías en India provenientes del Asia Central modificaron considerablemente el Islam. El resultado fue un Islam, con una influencia sufí importante, en el contexto de una tradición cultural india; algo muy diferente al Islam del Medio Oriente, donde la cultura árabe es la predominante (Shih, 2002).

2. EL ISLAM ÁRABE

El segundo modelo, correspondiente al Islam árabe5, es el que tiene presencia mayoritaria en América del sur. Aunque resulta difícil establecer con precisión el número de árabes y musulmanes, la Organización Islámica para América Latina considera que la población musulmana de la región asciende a 6 millones, siendo la de Brasil la más numerosa, donde existen alrededor de 1.500.000 de musulmanes, seguida de Argentina, con la segunda concentración regional, llegando a 700.0006.En el caso de Chile, el censo nacional de 2002, determinó la existencia de cerca de 3.000 musulmanes.

Como se ha señalado anteriormente, el país latinoamericano con mayor concentración de población y de organizaciones musulmanas es Brasil. Las mayores comunidades están en Sao Paulo, Brasilia, Río de Janeiro, Curitiba, Río Grande do Sul y Foz de Iguaçu. Estas comunidades están formadas principalmente por los descendientes de los inmigrantes libaneses, sirios y palestinos, así como por brasileros convertidos al Islam. Existen alrededor de 100 mezquitas y centros de oraciones en el país, que convierten a Brasil en "la capital del Islam en América Latina" (Caro, 2002).

La mayoría de estas comunidades son sunnitas, teniendo algunas de ellas lazos con Arabia Saudita u otros países del mundo árabe. El caso venezolano es emblemático. Allí existe una comunidad musulmana, calculada en 90.000 personas, que puede explicarse en parte porque este país es miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y por lo tanto mantiene vínculos especiales con los países productores del mundo musulmán. Con la ayuda financiera del gobierno de Arabia Saudita, país miembro también de la OPEP, se inauguró en Caracas, en abril de 1993, la Mezquita Ibrahim, que es considerada una de las más grandes de América Latina (Caro, 2002).

En el contexto de participación de Venezuela en la OPEP, se pueden entender en parte los lazos que mantuvo el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, con su par iraquí, Saddam Hussein -, los que quedaron consagrados en la visita de Chávez a Irak en agosto de 2000 - y los que mantiene a partir de 2006 con el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad. Si bien es cierto no se pueden desestimar los nexos que Venezuela ha logrado con el mundo árabe musulmán en el marco de la OPEP, hay que señalar que estas relaciones han superado ampliamente el contexto de esta organización exportadora, motivando un distanciamiento con Washington, así como una preocupación de las comunidades judías de toda la región.

Los presidentes de Venezuela e Irán han establecido una "relación estratégica", que no sólo cubre aspectos de materia energética, sino que también incorpora elementos destinados a tener una posición común frente a las políticas de Estados Unidos y los conflictos del Medio Oriente. En esta dirección, lo que motiva a ambos gobernantes es su posición marcadamente antiestadounidense y, en el caso del Presidente Chávez, la pretensión de liderar, tanto en América Latina como en el mundo, un movimiento "socialista", "revolucionario" y "bolivariano", que sea contrario a cualquier hegemonía de Washington. En este contexto, debe entenderse la visita del Presidente iraní a Venezuela, Nicaragua y Ecuador, en enero de 2007.

En lo que se refiere a Argentina, en septiembre de 2000 se inauguró la Mezquita de la Ciudad de Buenos Aires, contando con la presencia del príncipe heredero del trono saudita, Abdullah Bin Abdul Aziz. La mezquita forma parte de un importante complejo que también incluye al Centro Cultural Islámico Rey Fahd, cuyo principal objetivo es la preservación de la identidad islámica de la comunidad y de los musulmanes argentinos.

En Chile, por su parte, la construcción de la Mezquita As-Salam en Santiago también contó con ayuda financiera de Arabia Saudita, en tanto que la Mezquita de Coquimbo, iniciada el año 2004, y que lleva el nombre de Centro Cultural Mohammed VI para el Diálogo de las Civilizaciones, ha tenido apoyo financiero del gobierno de Marruecos, abriendo un debate al interior de distintas corrientes islámicas. En mayo de 2005, un grupo autodenominado "Defensores del Islam", a través de una proclama por Internet, se opuso a la inauguración de la misma, denunciando la "pretensión del chiísmo de declararse como representantes del islam en Chile"7.

Posteriormente, el Centro de Cultura Islámica, en representación de su presidente, Fuad Musa (chiíta), asoció a los "Defensores del Islam" con representantes wahabitas "los que constituyen la base ideológica de Al-Qaeda"8. Por su parte, Abdala Fajreldin, del Centro Islámico de Chile, del que depende la Mezquita As-Salam (sunnita), manifestó que era improbable que existiera este grupo, aclarando que los wahabitas no pueden ser considerados violentos. El embajador de Marruecos en Chile también intervino en la polémica, al señalar la inconsistencia de las críticas de los "Defensores del Islam": se oponen diciendo que la mezquita será chiíta cuando el Rey de Marruecos Mohammed VI es sunnita9. Con todo, esto reveló la existencia de fuertes inconsistencias e discrepancias entre distintas corrientes islámicas con presencia, real o virtual, en Chile.

En lo que se refiere al "Islam árabe", conformado mayoritariamente por comunidades sunnitas, hay que subrayar los lazos que estas comunidades mantienen con países del mundo árabe. La ayuda de los países árabes - especialmente de Arabia Saudita, Libia y Egipto (Delval, 1992) - cubre los siguientes aspectos: a) financiero, a través de ayuda para la construcción de mezquitas y centros culturales - religiosos; b) educativo, mediante intercambio estudiantil: algunas universidades, como Al Ahzar en El Cairo, la Islámica de Medina y la Trípoli en Libia, entregan becas a estudiantes musulmanes; c) religioso, mediante apoyo a la difusión religiosa, construcción de mezquitas, entregas de Corán traducidos al español y al portugués.

Estas comunidades tienen como dirigentes a un conjunto de profesionales que han estudiado en Occidente o en países musulmanes colonizados por Occidente (Egipto, Arabia Saudita). Ellos se reivindican como líderes de sus comunidades, tomando el control de las mezquitas, dando los sermones de los viernes, oficiando de interpretadores del Corán y, en muchos casos, identificándose con el movimiento wahabbi. El control de las actividades de estas agrupaciones está regido por una política que proviene del exterior, principalmente de Arabia Saudita. Esta dependencia se da por diversos motivos: criterios ideológicos comunes, subsidios financieros, negocios, compromisos políticos. Lo que prima es el "arabismo", por lo cual personas importantes son árabes o descendientes de árabes, en consonancia con los dictados que provienen de Arabia Saudita (Caro, 2002).

Además de las comunidades árabes-musulmanas existentes en Sudamérica, hay que hacer referencia a las comunidades árabes-cristianas, las que tienden a ser mayoritarias en los países sudamericanos. Brasil, Argentina y Chile - junto a México - fueron los polos preferidos para los inmigrantes árabes y para los de otras nacionalidades, en general. Ellos eran principalmente sirios, libaneses y palestinos, siendo en su mayoría cristianos (Kabchi, 1997).

En cuanto a México, los primeros inmigrantes procedían de Líbano; posteriormente llegaron sirios y palestinos; y, más recientemente, iraquíes, jordanos y egipcios. La mayoría de estos inmigrantes eran de distintas ramas del cristianismo, distribuyéndose del siguiente modo: 44% maronitas; 22% griegos ortodoxos; 11% griegos católicos. Sólo un 14% estaba constituido por musulmanes y el 9% restante pertenecía a otras confesiones, muchos de ellos judíos (Guzmán, 1997: 124).

La comunidad árabe en Brasil tiene sus orígenes en los procesos migratorios de la década 1880, continuando en forma ininterrumpida hasta el presente y contando con cuatro generaciones de descendientes, provenientes en su mayoría de Siria y Líbano (Nabhan, 1997: 199).En Argentina, las primeras generaciones de inmigrantes están compuestas de dos grupos religiosos cristianos: a) maronitas, procedentes del Líbano, los que tienden a negar su origen árabe y tienen las cifras más altas de casamiento fuera de la colectividad; b) ortodoxos (Akmir, 1987). En el caso de Chile, un censo de población árabe realizado en 1940 indicaba un total de 14.890 personas: un 85% correspondía a inmigrantes, en tanto que un 15% eran descendientes nacidos en Chile. Esta proporción se invierte en 1970, en que el grupo de origen palestino aumenta su participación a un 60% (Agar, 1997:288).

También hay que mencionar a las comunidades árabes-judías con presencia en Sudamérica. En los primeros períodos de inmigración - cuando a los árabes se les denominaba "turcos" y a los judíos se los llamaba "rusos", independientemente del territorio de origen - los sentidos de pertenencia e identificación grupal estaban más relacionados con la procedencia territorial que con el origen religioso de los inmigrantes, puesto que se compartían el idioma, la comida, las costumbres.Esto posibilitaba que existieran relaciones fraternas entre árabes cristianos y árabes judíos y que, por consiguiente, los inmigrantes judíos de Siria y Líbano tuvieran más relaciones y elementos en comunes con sus congéneres árabes procedentes de estos países que con los judíos asquenazíes10.

3. NUEVOS MUSULMANES Y MOVIMIENTOS ÉTNICO-RELIGIOSOS

Otro fenómeno que caracteriza la presencia del Islam en la región es ellos "nuevos musulmanes", esto es personas que no teniendo previamente lazos directos con el Islam se convierten a esta fe. Éste es un fenómeno que no está limitado a América Latina, sino que se está dando en Europa, así como en la población latina y afroamericana de Estados Unidos.En estos últimos casos, está unido a la pérdida relativa de importancia de la Iglesia Católica y al crecimiento de grupos evangélicos y sectas religiosas. En este contexto, varias son las agrupaciones que se fundan con la finalidad expresa de promover el Islam en la población latinoamericana y en las comunidades latinas de Estados Unidos (Caro, 2002).

Algunos estudios realizados por el Council on American-Islamic Relations estiman que las conversiones al islam por parte de la población estadounidense, en general, y de los latinos, en particular, han aumentado a partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001. De este modo, se indica que de las 20.000 conversiones anuales al Islam un 6% corresponde a hispanos. Estas conversiones también se explican por un desencanto con el catolicismo y por un regreso a las raíces islámicas, raíces que los nuevos conversos sitúan en los siete siglos de influencia islámica en la Península Ibérica11.

A diferencia de los "musulmanes de origen", los conversos no están pensando en su patria de origen o en volver a la tierra de sus padres, por lo cual tienen una relación distinta con el país en que viven, internalizando en forma incuestionable las costumbres y tradiciones de éste. En otras palabras, su identidad confesional no está en colisión con su identidad nacional. Para ellos, el pasar del cristianismo al islam significa una continuidad lógica más que una conversión, una continuidad establecida por Dios: el paso del judaísmo al cristianismo y de éste al islam es un camino de perfección, y no el paso a algo distinto (Caro, 2002).

Por otro lado, la conversión al Islam y, consecuentemente, la afirmación de una identidad islámica, es visualizada como una forma de protesta social frente a una sociedad capitalista y occidental, donde los valores supremos están determinados por el consumo, lo material, la sexualidad, el hedonismo. La conversión busca liberar a los "convertidos" de todos estos "pecados" para sumirlos en un reino de espiritualidad, purificación y saneamiento personal. En la propia página de internet webislam, los nuevos musulmanes latinoamericanos se definen como "católicos, cristianos en general, judíos y numerosos ateos (que) están encontrando en el Islam, la respuesta a su necesidad espiritual"12.

Algunos de estos musulmanes conversos han buscado desde décadas rescatar una doble identidad: por una parte, un aspecto religioso y, por otra, un aspecto étnico. Es el caso de los afroamericanos conversos, muchos de los cuales - en lo que se refiere a Estados Unidos - están adscritos a la Nación del Islam, movimiento islamista, que fuera llevado a la fama por Malcolm X durante la década de 1960 y que desde 1975 está liderado por Louis Farrakhan. Su objetivo es construir en Estados Unidos un Estado negro, separado del blanco, y regido por preceptos islámicos.Hay que mencionar que uno de los rasgos del movimiento negro musulmán- que fuera encabezado por Malcolm X y que continúa vigente en la actualidad - es el rescate de un discurso étnico-nacionalista-religioso y, junto a él, un internacionalismo étnico.

En Brasil, el movimiento de los negros musulmanes tiene presencia especialmente en el denominado Movimiento Negro Unificado (MNU), que en abril del 2000 reivindicó los derechos de los negros y de los indígenas con motivo de la celebración de los 500 años de la llegada de los portugueses a Brasil (Caro, 2002: 144-146). Se mantiene una relación entre este movimiento y el de la Nación del Islam, a partir de un internacionalismo étnico, constituido como una reacción frente a la explotación y racismo de los pueblos blancos. Este internacionalismo toma en cuenta a todos los pueblos africanos de Norteamérica, América Latina y el Caribe. No sólo los negros de Estados Unidos tienen el deber de organizarse - como lo hacen en torno a la Nación del Islam - sino también los afrolatinoamericanos y, en especial, los afrobrasileros. La población negra de Brasil, por su dimensión, era una de las principales convocadas por Malcolm X13.

4. ISLAMISMO RADICAL

En lo que se refiere a la existencia, potencial o real, de corrientes islamistas en América Latina, habría que señalar que estamos en presencia de un fenómeno que es minoritario - aunque no por esto carece de importancia - y que no compromete al conjunto del Islam ni de la población musulmana de la región. Cabe distinguir tres procesos y periodos, observándose una coincidencia entre sus momentos de inicio y determinados atentados terroristas. Un primer periodo se inicia a partir de 1992, fecha del ataque contra la Embajada de Israel en Buenos Aires, y se consolida en 1994, cuando ocurre el atentado contra el edificio de la AMIA-DAIA En esta primera etapa, diversos informes de inteligencia denunciaron la existencia de grupos vinculados con Hezbolá, a través de la denominada "triple frontera" de Argentina, Paraguay y Brasil.Se trata de un área que incluye a Ciudad del Este (Paraguay), Fox do Iguacu (Brasil) y Puerto Iguazú (Argentina), con una población musulmana estimada en las tres ciudades de 20.000 a 30.000 personas, la mayoría musulmanes de origen libanés, de los cuales una pequeña minoría serviría como nexo para Hezbolá (Federal Research Division, 2003:9).

Una segunda etapa viene a partir del 11 de septiembre de 2001, cuando los servicios secretos de Estados Unidos empezaron a denunciar también la presencia de Al-Qaeda, tanto en la triple frontera como en otros países sudamericanos. Un completo informe preparado en Estados Unidos (Federal Research Division, 2003) estableció que en esa zona existían evidencias sobre actividades y participación de "grupos terroristas islámicos", que incluían al Grupo Islámico de Egipto, Hamas, Hezbolá y Al-Qaeda. Estas actividades se referían, según el informe, a lavado de dinero, tráfico de drogas y armas, y recolección de fondos para estas organizaciones.

En cuanto a la presencia de Al Qaeda en la triple frontera, el informe señala reportajes noticiosos y de la inteligencia argentina que darían cuenta de su presencia desde 1999, así como de la cooperación con Hezbolá a partir de una alianza estratégica entre ambas organizaciones. Al mismo tiempo, se informa de la supuesta existencia de una cumbre realizada por estas agrupaciones a fines de 2002 en la zona, destinada a planear ataques terroristas contra objetivos estadounidenses e israelíes en Sudamérica.

Un tercer período ocurre después de los atentados realizados en España, en marzo de 2004. La prensa argentina denunció que los servicios de inteligencia locales, alertados por sus pares de España e Italia, habían detectado cinco grupos, integrados por 26 personas, del movimiento Jamaat Tabligh, los que habrían ingresado en Argentina con el posible objetivo de contactar y reclutar ciudadanos argentinos de la comunidad musulmana para ser entrenados en el exterior en actividades terroristas.

Se informó que estas personas provenían de Pakistán, Malasia, Sudáfrica, Qatar y Egipto. Sin embargo, expertos en inteligencia aclararon que estos grupos no tienen ninguna relación con los atentados realizados en Buenos Aires en 1992 y 1994 y que su misión es "reclutar adeptos para las filas de Al-Qaeda", buscando personas musulmanas con pasaporte argentino, de manera de no despertar sospechas (Gallo, 2005). El presidente de la Organización Islámica Argentina (OIA), sheij Mahmud Aid, reconoció la presencia de miembros del movimiento Jamaat Tabligh,aunque repudió su accionar señalando que ellos tienen una interpretación muy particular del Islam y que "no compartimos la ideología y el método de trabajo que tiene esta gente"14.

Las evidencias sobre la presencia de Al Qaeda y de Jamaat Tabligh, especialmente a través de la triple frontera, se basan mayormente en informes periodísticos y de inteligencia, que han logrado reunir múltiples pruebas y datos, aunque no hayan conducido a causas judiciales. En cambio, en lo que dice relación con la existencia de Hezbola, la situación es distinta, puesto que hay investigaciones judiciales y elementos probatorios que demostrarían su accionar en esa zona sudamericana, así como su responsabilidad en los atentados contra la Embajada de Israel y contra la AMIA.

Las causas judiciales realizadas sobre los atentados de 1992 y 1994 han sido concluyentes en la recolección de pruebas indicando la participación de Hezbolá y su conexión explícita con Irán en esta materia.Cabe indicar que el 25 de octubre de 2006 la fiscalía argentina dictaminó la responsabilidad del gobierno iraní y del movimiento Hezbolá en el ataque de 1994, pidiendo la captura internacional del ex presidente iraní, Ali Akbar Rafsanjani, así como de otros personeros. Una de las causas de este último atentado habría sido la cancelación por parte de Argentina de su cooperación en el programa nuclear llevado a cabo por Irán15.

Por otra parte, en las tres etapas que hemos destacado, estamos en presencia de diferentes formas de islamismo: en el caso de Al Qaeda, se trata de un "islamismo sunnita jihadista global", de carácter radical, que busca una guerra santa contra Occidente, Estados Unidos y sus aliados, en especial Israel. En cuanto a Jamaat Tabligh, se trata de un "islamismo sunnita misionero", cuyo objetivo fundamental es la preservación de la identidad musulmana y del orden moral islámico frente a las fuerzas de los no creyentes. En lo que se refiere a Irán y Hezbolá, se trata de un "islamismo chiíta", que opera en forma más integrada y cohesiva que los islamismos sunnitas y que puede adoptar formas radicales y violentas.

CONCLUSIONES

La consideración de múltiples modelos al interior del Islam latinoamericano nos permite enfatizar en la heterogeneidad que representan el mundo islámico y, en esta dirección, profundizar en las diferencias que existen entre el Islam y el islamismo. Frente a una serie de sucesos - atentados en Estados Unidos, España, Gran Bretaña y otras partes - y frente al paradigma civilizacional que ha buscado darles explicación, hay que enfatizar en las diversidades y divergencias entre el Islam - en cuanto cultura, religión y civilización que ha hecho una contribución sustancial e invaluable a la humanidad - y el islamismo -entendido como un movimiento político religioso que surge al interior del Islam, que busca una aplicación de las leyes religiosas islámicas y que tiene una serie de corrientes y variedades, algunas contrapuestas entre sí.

Esta hibridez cultural, religiosa, histórica, nos permite superar el paradigma civilizacional y, por lo tanto, una visión dicotómica de la realidad y de los conflictos internacionales y regionales. Existe un islam iraní, un islam turco, un islam egipcio y también un islam latinoamericano, conformado por varios modelos que responden a la diversidad de la región: un islam indo-asiático, un islam árabe, un islam formado por nuevos musulmanes y también un islamismo radical, representado por movimientos como Al Qaeda, Hezbolá y Hamas.

En contraste con el paradigma civilizacional, podemos hablar de diálogo cultural, encuentros o alianzas entre civilizaciones, tal como fuera postulado durante el año 2005 por el presidente del Gobierno español, Rodríguez Zapatero. En el ámbito latinoamericano, emergen iniciativas conjuntas de representantes de comunidades judías y árabes, en búsqueda de este diálogo. Reconociendo la existencia de distintas visiones y respetando las diferencias, se acuerda buscar soluciones conjuntas para iniciar y promover iniciativas de paz. Esto ha permitido la creación de espacios conjuntos - para árabes, musulmanes, cristianos, judíos -, así como la cooperación en temas no relacionados con los conflictos del Medio Oriente, pero sí vinculados con la discriminación y educación para una sociedad más respetuosa de las diferencias y la tolerancia. Un ejemplo de ello es la fundación del Instituto del Diálogo - Buenos Aires, 2005 - como un espacio de encuentro donde se enseña judaísmo e islam.

Sin embargo, hay también factores que obstaculizan este posible diálogo civilizacional. Como elementos de particular tensión regional e internacional - además de la política exterior implementada por Estados Unidos en Irak, Afganistán y Somalia -, hay que agregar la política establecida por el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, quien desde su elección en junio de 2005 ha promovido una serie de sucesos que incluyen: a) llamado a "eliminar del mapa a Israel" y a tener un "mundo sin sionismo" (octubre 2005); b) negación del holocausto, el que ha sido catalogado como un "mito" (diciembre 2005), convocando a conferencias para la negación del mismo (la última de las cuales se desarrolló en diciembre de 2006); c) oposición a suspender las actividades nucleares de enriquecimiento de uranio, lo que motivó la resolución 1737 del Consejo de Seguridad de la ONU (diciembre 2006), la que ha sido rechazada por Teherán; d) desconocimiento del fallo de la justicia argentina sobre el Caso AMIA, amenazando con demandar a Argentina por esta sentencia (octubre 2006).

REFERENCIAS

Agar, Lorenzo. 1982. El comportamiento urbano de los migrantes árabes en Chile y Santiago. Santiago: Universidad de Chile. [ Links ]

Akmir, Abdelouahed. 1997. "La inmigración árabe en Argentina". Kabchi, Raymundo: El Mundo Árabe y América Latina. París: UNESCO, Prodhufi, pp. 57-198. [ Links ]

Caro, Isaac. 2002. Fundamentalismos islámicos. Guerra contra Occidente y América Latina. Santiago: Editorial Sudamericana. [ Links ]

Castells, Manuel (Editor). 2003. ¿Europa Musulmana o Euro - Islam? Política, Cultura y Ciudadanía en la era de la Globalización. Madrid: Alianza. [ Links ]

Chickrie, Raymond. 1999. "Muslims in Guyana: History, traditions, conflict and change". http://www.islamawareness.net/Caribbean/Guyana/guyanese_muslim.html. Consulta: 11 de octubre de 2006. [ Links ]

Chickrie, Raymond. 2006. "History and Politicking of Islamic Organizations in Guyana 1934-2005"http://www.guyana.org/features/Guyana_Islam_org.May2006.pdf#search= % 22islam % 20guyana % 22. Consulta: 11 de octubre de 2006. [ Links ]

Delval, Raymond. 1992. Les musulmans en Amérique Latine et aux Caraibes. París: Editions L'Harmattan. Capítulo VIII: Países del conjunto español. Argentina. [ Links ]

Federal Research Division, 2003. Terrorist and organized crime groups in the tri-border area (TBA) of South America.Washington DC. [ Links ]

Gallo, Daniel. 2005. Entraron en el país grupos vinculados con Al-Qaeda. Los primeros ingresos se registraron hace siete meses; buscarían reclutar futuros extremistas". La Nación. Consulta: Diciembre 12, 2005 (http://www.lanacion.com.ar/735266). [ Links ]

Guzmán, Roberto. 1997. "Los inmigrantes árabes en México en los siglos XIX y XX: un estudio de historia social", en Kabchi, Raymundo. 1997. El Mundo Árabe y América Latina. París: UNESCO, Prodhufi. [ Links ]

Halliday, Fred. 2002. El islam y el mito del enfrentamiento. Barcelona: Bellaterra. [ Links ]

Huntington, Samuel (1993): "The Clash of Civilizations?" Foreign Affairs, USA, Vol. 72, Nº 3, Summer, pp. 22-49. [ Links ]

Huntington, Samuel (1996): El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial, Paidos, Buenos Aires (traducción de José Pedro Tosaus Abadía, primera reimpresión, 1997). [ Links ]

International Crisis Group. 2005. "Understanding Islamism". Middle East / North Africa Report, Nº 37., pp. 199-234. [ Links ]

Kabchi, Raymundo. 1997. El Mundo Árabe y América Latina. París: UNESCO, Prodhufi. [ Links ]

Kepel, Gilles (1994): Al Oeste de Alá. La penetración del Islam en Occidente, Ediciones Paidós, Buenos Aires (traducción de José Pedro Tosaus Abadía, 1ª edición, 1995). [ Links ]

Lewis, Bernard (1990): "The roots of muslim rage", The Atlantic Monthly", USA, Vol. 266, Nº 3, September, pp. 47-60. [ Links ]

Maalouf, Amin (1998): Identidades Asesinas, Editorial Alianza, Madrid, 1999 (Versión española de Fernando Villaverde). [ Links ]

Molina Rueda, Beatriz. 2004. "Introducción. Islam, mundo árabe y occidente: conflictos de vecindad", en: Carmelo Pérez Beltrán (ed.): El mundo árabe e islámico ante los retos del futuro. Granada: Universidad de Granada, pp. 23-50. [ Links ]

Nweihed, Kaldone. 1997. "La emigración de sirios, libaneses y palestinos a Venezuela, Ecuador y Colombia. Balance cultural de una relación sostenida durante 110 años", en Kabchi, Raymundo. 1997. El Mundo Árabe y América Latina. París: UNESCO, Prodhufi. [ Links ]

Shih, Anthony. 2002. "The Roots and societal impact of islam in Southest Asia", Stanford Journal of East Asian Affairs, Vol. 2, primavera. [ Links ]

Zambelis, Chris. 2006. "Jamaat al-Muslimeen on Trial in Trinidad and Tobago" Terrorism Monitor. http://www.jamestown.org/terrorism/news/article.php?articleid=2369924. (Consulta: 13 de noviembre de 2006). [ Links ]

Artículo recibido el 5 de marzo de 2007. Aceptado por el Comité Editorial el 18 de julio de 2007.

1 Este artículo forma parte del Proyecto FONDECYT 1050053, titulado "Movimientos, comunidades e identidades judías e islámicas en América Latina: los casos de Argentina, Brasil y Chile desde 1991 hasta 2004".Agradecimientos a la historiadora Valeria Navarro por sus sugerencias.

2 Este concepto lo utilizaremos como sinónimo de "fundamentalismo islámico", aunque consideramos más adecuado y específico el de "islamismo", puesto que el de "fundamentalismo" nace en un contexto cristiano.

3 Esta terminología es nuestra. No obstante, mayores especificaciones sobre estos dos primeros modelos pueden verse en: The Pew Forum on Religión & Public Life. 2006. April 6. "Islam and the Global War on Terrorism in Latin America".http://pewforum.org/events/index.php?EventID=103 Consulta: 10 de octubre de 2006.

4 Para profundizar sobre el papel de estas organizaciones en el Caribe, ver Delval, 1992.

5 Sobre estos dos modelos, ver: The Pew Forum on Religión & Public Life. 2006. April 6. "Islam and the Global War on Terrorism in Latin America".http://pewforum.org/events/index.php?EventID=103 Consulta: 10 de octubre de 2006.

6 Organización Islámica para América Latina. 2006. http://www.islamerica.org.ar/oipal.htm Consulta: Octubre 6, 2006.

7 Avila, Mauricio. 2005. Mayo 12. "Grupo musulmán chileno rechaza monumental mezquita en Coquimbo". Las Últimas Noticias. Consulta: Diciembre 7, 2005 (http://www.lun.com/ediciones_anteriores/detalle/noticia.asp?idnoticia=C384838988337037&dia=12&mes=5&anno=2005).

8 Avila, Mauricio. 2005. Mayo 13. "Chiítas responden a grupo que está contra mezquita de Coquimbo". Consulta: Mayo 13, 2005 (http://www.lun.com/ediciones_anteriores/detalle/noticia.asp?idnoticia=C384848969523958&cuerpo=7...).

9 Wasserman, Isaías. 2005. "Mezquita de Coquimbo revela discrepancias entre corrientes islámicas", La Palabra Israelita, 10 de junio de 2005, p. 13.

10 Entrevista a Ana Weinstein. 2005, Julio 13. Directora Federación de Comunidades Judías Argentinas, Vaad Hakehilot. Esta entrevista fue realizada por Malvina Goldfeld, de la Universidad de Princeton (Estados Unidos), quien me facilitó este material.

11 Rojas, Marcela. 2005. Octubre 30. "Some Latinos convert to Islam". The Journal News. http://www.islamawareness.net/LatinAmerica/latino_news002.html (03-11-2006).

12 Webislam. 2006. "Islam en Latinoamérica: los nuevo musulmanes". http://www.webislam.com/numeros/2001/05_01/Articulos%2005_01/Islam_Latinoamérica.htm Consulta: 13 de octubre de 2006.

13 Dios Mosquera, Juan. 2006. "Malcolm X". Biblioteca Luis Ángel Arango. http://www.lablaa.org/blaavirtual/educacion/etnoeduc/etno17.htm (06-12-2006).

14 La Nación Line. 2005. Septiembre 2. "La comunidad musulmana se distancia del grupo Jammat Tabligh". Consultada: Septiembre 5, 2005 (http://www.lanacion.com.ar/735344).

15 Está información puede consultarse a partir del 25 de octubre de 2006 en los diarios La Nación y Clarín de Buenos Aires.