sábado, 19 de marzo de 2011

Cuidado, Estados Unidos: Libia podría convertirse en Irak

Cuidado, Estados Unidos: Libia podría convertirse en Irak

http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/I/intervencion_en_libia_se_daria_en_horas/intervencion_en_libia_se_daria_en_horas.asp

Hasan Turk
Profesor de Relaciones Internacionales y Estudios Orientales

El Consejo de Seguridad de la ONU dictó una resolución con amplia votación de sus miembros permanentes y no permanentes para una intervención militar a Libia.

Algunos países como Alemania, Rusia, China, India y Brasil se abstuvieron en la votación.

Esta intervención militar puede traer consecuencias negativas a la región y puede aumentar la crisis dentro del pueblo libio. De un lado, los rebeldes que luchan contra las fuerzas de Gadafi están de acuerdo con una ayuda técnica de parte de las potencias occidentales, pero también están en contra de una intervención militar dentro del territorio libio, porque los libios que luchan contra Gadafi quieren que la revolución sea del pueblo, y cualquier intervención militar haría perder la credibilidad de los rebeldes.

De otro lado, los seguidores de Gadafi, tras la votación en la ONU, organizaron una marcha rechazando la intervención militar.

Hace unas semanas, algunos países europeos aceptaron abiertamente como gobierno legítimo a los rebeldes y los siguen armando. En realidad, ese apoyo armamentístico puede traer consecuencias negativas a futuro. Si miramos tres décadas atrás, con la invasión rusa en Afganistán podemos ver el mismo error, el mismo que le costó mucho a Estados Unidos y al mundo entero.

Estados Unidos también había aceptado como gobierno legítimo a los muyahidín (los talibanes) y los había armado en su lucha contra los rusos. Lo mismo puede pasar con esos grupos rebeldes en Libia; las potencias occidentales tienen que ser muy cuidadosas, porque a futuro pueden crear un monstruo como los exluchadores de libertad, los afganos, que hoy en día son terroristas.

Estados Unidos y algunos países occidentales ahora están en un gran dilema, no saben qué hacer.

En un lado está el pueblo libio muriendo en manos de un dictador y en otro lado saben muy bien que cualquier error les puede costar mucho porque cuando intervienen militarmente muy posiblemente pueden convertir a Libia en un Irak, en un callejón sin salida, una situación pésima para el pueblo y para los interventores.

Otra realidad que puede pasar en Libia es la que ocurrió en Sudán: dividirse en dos. En realidad esto también traería grandes conflictos y guerras civiles, porque si se divide, un pueblo va a seguir luchando para imponer su hegemonía sobre el otro.

Una asistencia militar sería lo más conveniente, pero sin instalar ninguna base militar en el territorio libio, porque cuando las potencias occidentales instalan una base militar, sería cuasi imposible sacarlos de ese país y eso puede crear un gran problema no solo en Libia sino en el mundo árabe. La razón: muchos árabes no lo van a interpretar como una ayuda sino como otra intervención iraquí; por eso, desde afuera las potencias pueden colaborar al pueblo libio.

Gadafi en realidad es muy astuto, el día 16 de marzo había declarado la guerra en Bengasi a los rebeldes, y cuando escuchó la resolución de la ONU dio un paso atrás.

Pero en realidad no hay que creer mucho en eso porque Gadafi quiere jugar hasta el final y no va a entregar el poder.

El destino de Gadafi puede ser el mismo de Saddam Hussein: capturado y juzgado según las mismas leyes que él había creado, o encontrarlo muerto en una emboscada.

Obama intenta en Brasil recuperar la influencia perdida con Lula


El presidente de EE UU llega al gigante económico dispuesto a hablar de tú a tú

Barack Obama inicia hoy en Brasil una complicada visita en la que los intereses económicos de ambos, multiplicados por el crecimiento acelerado de la economía de este país, se combinan con el interés del Gobierno brasileño de competir con Estados Unidos como potencia mundial y de aspirar a un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Es dudoso que Obama pueda respaldar en este viaje esa aspiración, como hizo en su último desplazamiento a India. Los portavoces norteamericanos no han aclarado en los días previos qué es lo que Obama hará al respecto y se espera, por tanto, con impaciencia lo que el presidente diga en la rueda de prensa dea hoy. "Vamos a tener una amplia conversación sobre la importancia de asegurar la eficacia de las instituciones, incluido el Consejo de Seguridad de la ONU, para avanzar hacia la paz y la seguridad en el mundo", se ha limitado a decir Dan Restrepo, responsable de América Latina en la Casa Blanca.

Para apoyar la presencia permanente de Brasil en la ONU, la Administración norteamericana necesitaría ver una actitud del Gobierno brasileño más cooperativa de la que ha visto durante el mandato de Luiz Inácio Lula da Silva. EE UU aún recuerda con amargura la iniciativa de Lula en apoyo de Irán y su voto contrario en la ONU a las sanciones contra ese país.

Brasil también se abstuvo ayer en la votación que permite el uso de la fuerza contra Gadafi, una decisión que no es muy alentadora para Washington. Pese a ello, las cosas han cambiado algo desde que Dilma Rouseff es presidenta. El actual Gobierno parece estar aplicando una política exterior más pragmática. "Ella ha sido muy positiva sobre el tipo de relaciones que quiere mantener con EE UU", opina el viceconsejero de Seguridad Nacional, Ben Rhodes. La colaboración con Brasil es imprescindible en el marco de la nueva doctrina, respetuosa del papel de las potencias emergentes, que Obama quiere reafirmar durante su presidencia. Este viaje, no suspendido pese a los graves acontecimientos que dominan el panorama internacional, es el reconocimiento de ello.

"Brasil es un socio decisivo y una etapa decisiva de este viaje", reconoce Ben Rhodes. Brasil es ya la séptima mayor economía del mundo, por delante de Canadá, de España y hasta de Italia. Representa el 40% de todo el PIB de América Latina y el Caribe. Es, por su tamaño y crecimiento, uno de los mercados más atractivos del mundo y uno de los principales escenarios de la extensión de China en América Latina, que supera ya a EE UU como principal destino de las exportaciones brasileñas. Nunca un país latinoamericano había alcanzado tal poder económico y tanta proyección mundial.

La Administración norteamericana está, pues, obligada a hacer una fuerte contraofensiva para recuperar terreno en Brasil. Ese es el principal objetivo de este viaje. Obama tiene buena imagen aquí y está en condiciones de conseguirlo. Su presencia se verá, además, reforzada por la de su esposa, Michelle, que tendrá su propia agenda de trabajo social en Río de Janeiro, una ciudad agobiada por los problemas de pobreza, marginalidad y delincuencia.

En esa ciudad, mañana, Obama pronunciará un discurso destinado al pueblo brasileño, buscando el apoyo que no han encontrado otros presidentes norteamericanos. Cuando George Bush visitó Brasil en 2007 recibió una bienvenida sorprendentemente calurosa de parte de Lula, pero el éxito de su viaje se vio entorpecido por la impopularidad de la guerra de Irak y otras actuaciones internacionales del expresidente.

Obama tiene ahora la oportunidad de empezar de cero. Estados Unidos estaba acostumbrado hasta ahora a tratar en América Latina con países menores o, en otro contexto, con su vecino México. Las relaciones eran, por lo general, torpes y manidas. Hoy Obama llega a un gigante que quiere hablarle de tú a tú. Es la hora de responder a ese desafío.

Egipto vota unas enmiendas constitucionales con gran parte de la población en contra


El referéndum decidirá si es necesario redactar un nuevo texto completo de la Constitución

Los colegios electorales presentan en Egipto una imagen inédita: larguísimas y ordenadas colas en las que ciudadanos de todo signo político y religioso aguardan turno para emitir su voto. Hoy la risa y el ambiente festivo reina a los pies de las pirámides, en el mismo lugar en el que hace sólo cuatro meses los voluntarios del Partido Nacional Democrático de Hosni Mubarak rellenaban urnas ante esta periodista, impedían el paso a los votantes que no iban a darles su sufragio o apuntaban los números de DNI de personas que llegaban en camiones para luego rellenar ellos mismos sus papeletas a cambio de una módica cantidad de libras egipcias. Nada que ver. Es cierto que muchos temen aún que se produzcan irregularidades. Incluso la Comisión Judicial que supervisa el sufragio ha reconocido que algunas papeletas no tienen estampado el sello oficial y se han apresurado a dar potestad a los jueces que vigilan cada aula en la que se vota para que validen con su firma los pliegos.

La jornada ha sido tranquila, aunque ha habido actos violentos, como la agresión al Premio Nobel de la Paz en 2005, el egipcio Mohamed El Baradei, que cuando se disponía a votar la reforma constitucional en un centro electoral en El Cairo, una multitud le ha empujado y ha lanzado piedras contra su vehículo al grito de "No te queremos".

En el colegio de las pirámides hay una urna abierta cuyo contenido aplastan un par de secretarios para hacer hueco. La irregularidad no llama la atención y, aparentemente, la manipulación es un intento de hacer sitio al aluvión de papeletas que los votantes, que se apelotonan en la entrada, esperan juntar a los cientos que ya había en la caja. De madera y cristal con un candado, que ahora está sobre una mesa cercana, para asegurar el cierre, la enorme caja guarda las esperanzas de millones de egipcios. El meñique, el pulgar el índice... cada quien decide el dedo que quiere tintar de rosa para identificarle como votante.

Mohamed, un estudiante de italiano de 20 años dice que votará "sí", mostrando una amplia sonrisa. Cree firmemente que debe haber una reforma antes de dejar el país en manos del próximo Parlamento y no le preocupa, dice, que el presidente pueda decidir no hacer una nueva Carta Magna en el futuro.

Maisara Omán, un trabajador social de 28 años que trabaja en proyectos de desarrollo infantil, es más escéptico en cuanto a las intenciones de los futuros gobernantes y tiene claro que su voto será "no a las enmiendas constitucionales". Se siente feliz de votar por primera vez y cree que es un primer paso pero en su opinión no puede haber un nuevo Gobierno que se apoye en un texto fundamental que considera obsoleto y que se concibió para que una única persona ostentase todo el poder y el control". Tampoco ve claro que balanza que se inclinó en su favor el 11 de febrero siga del mismo lado. "Está habiendo detenciones y torturas por parte del Ejército", señalaba Omán. Una acusación que ha podido comprobar EL PAÍS y que ha sido denunciada por distintas organizaciones de derechos humanos en Egipto.

Unos 45 millones de egipcios de 18 años o más han sido convocados a votar para aceptar o rechazar las enmiendas propuestas cuyas principales modificaciones se refieren a la duración de la presidencia que se limitará dos mandatos de cuatro años y que se contrapone al texto actual, que permitía elecciones cada seis años de forma ilimitada.

Además, de aprobarse los cambios, se permitiría el acceso a la presidencia de candidatos independientes. Algo que favorece directamente a los Hermanos Musulmanes que han hecho un intensa campaña para lograr el "sí". Uno de los cambios propuestos que ha recibido grandes críticas es el endurecimiento de las condiciones que se refieren a la nacionalidad del presidente. Con la actualización del texto tanto el presidente como sus ascendientes, así como sus cónyuges, deben ser de nacionalidad egipcia.

Las enmiendas no han entusiasmado a todos los grupos políticos. En el lado del "no" se encuentran el Tagammu , el Ghad, los Naseristas, el Frente Democrático y el Wafd. El líder opositor y Nobel de la Paz Mohamed El Baradei, ha afirmado que "mantener la Constitución de Mubarak, aunque sea temporalmente, es un insulto para la revolución". Tampoco al secretario general de la Liga Arabe, Amr Musa, que al igual que El Baradei ha anunciado que presentará su candidatura a la presidencia, ha mostrado su rechazo a la reforma.

Los principales defensores de la revisión propuesta pertenecen a los Hermanos Musulmanes, el movimiento opositor más organizado, uno de cuyos miembros formó parte de la comisión encargada de preparar las enmiendas. Y también a los restos del desaparecido Partido Nacional Democrático de Hosni Mubarak.

Amnistía Internacional ha pedido a las autoridades egipcias que asegure que los votantes y los activistas no son acosados o intimidados por las fuerzas de seguridad durante el referéndum de hoy sobre las propuestas de cambio constitucional. Miles de personas que se oponen a una medida que consideran cosmética intentó ayer manifestarse en la plaza Tahrir de El Cairo que desde la revolución se ha convertido en el escenario de las demandas populares. Poco después de la oración del viernes se dirigieron al céntrico lugar y fueron bloqueados por la policía militar que les obligó a huir y dispersarse. Por la tarde varios miles de personas volvieron a congregarse en la plaza de la Liberación.

Durante todo el día tanto los partidarios del sí como los del no habían hecho campaña en las calles intentando explicar sus motivos y concienciar a los ciudadanos de que debían acudir a las urnas. Los Hermanos Musulmanes han llevado a cabo una férrea campaña a favor del "sí" En octavillas distribuidas ayer apuntaban la idea de que la aprobación de la reforma supondría el establecimiento de un Gobierno democrático mientras que votar en contra implicaría que el caos se impondría y volvería a haber una dictadura. El Ejército por su parte en cuyas manos se encuentra el poder desde que el pasado 11 de febrero Mubarak claudicase, había prohibido a cualquier medio tanto árabe como extranjero emitir o difundir artículos de opinión o debates que pudieran influir en la decisión de los votantes.

Al menos dos manifestantes fueron detenidos ayer mientras distribuían panfletos contra el referéndum, según Amnistía Internacional, aunque luego fueron puestos en libertad después tras confiscarles la propaganda, lo que provocó temores de una ofensiva más amplia sobre los opositores al referéndum.

Primer disparo en suelo libio de aviones franceses


El presidente francés, Nicolas Sarkozy, afirma que se ha decidido usar todos los medios para que se respete la resolución de la ONU.- Gadafi ignora el ultimátum de la ONU y ataca por aire y tierra Bengasi.- EE UU afirma que Trípoli está violando su compromiso

Nada más aprobarse en la reunión de París la intervención militar en Libia, un avión francés ha realizado el primer disparo en territorio libio a las 17.45 horas contra un vehículo, según ha informado el Ministerio de Defensa francés. El líder libio, Muamar el Gadafi, no ha respetado el alto el fuego que anunció ayer nada más conocerse que las potencias occidentales se aprestaban a intervenir militarmente en Libia. Un día más tarde, la comunidad internacional ha cumplido su promesa de intervenir.

Nicolas Sarkozy anunció tras la reunión mantenida en París que sus aviones ya estaban evitando los ataques contra le población civil. "Nuestros aviones ya frenan los ataques de Gadafi", informó tras la reunión. Poco después de este anuncio el ataque contra el régimen de Gadafi ha comenzado.

En la cumbre parisina se ha llegado al acuerdo de aplicar la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Libia, por lo que han dado luz verde a los bombardeos de Libia, para evitar que los aliados al régimen libio sigan atacando indiscriminadamente a la población civil contraria al dictador. Además, Miguel Mora informa desde Roma que están llegando seis aviones F-16 daneses a la base de Sigonella y que Italia ya ha desplegado sus Tornado y cazas Eurofighter en la base de Trapani en Sicilia.

Los países participantes en la cumbre sobre Libia en París se han comprometido a actuar colectivamente contra el régimen de Gadafi para que se cumpla la resolución 1973 de la ONU, donde han acordado que sus contribuciones serán "diferenciadas", pero lo harán de forma conjunta. "Estamos decididos a actuar colectivamente y de forma resuelta para dar pleno efecto" a la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, según una declaración divulgada por la presidencia francesa al término de la reunión.

Según esta declaración se van a "tomar todas las acciones necesarias, incluidas las militares", que también están contempladas en la resolución del Consejo de Seguridad, y han asegurado que ese compromiso va a ser duradero: "No dejaremos que el coronel Gadafi siga desafiando a la comunidad internacional y menospreciando a su pueblo". "Continuaremos nuestra ayuda a favor de los libios para que puedan reconstruir su país, con el pleno respeto de la soberanía y de la integridad territorial de Libia", añade la nota. Los países participantes han considerado en la cumbre "inaceptable" que el régimen libio haya "intensificado su violencia para imponer por la fuerza su voluntad a la del pueblo", que desde el pasado 15 de febrero "expresa pacíficamente el rechazo a sus dirigentes y su aspiración al cambio".

Los países participantes han considerado en la cumbre "inaceptable" que el régimen libio haya "intensificado su violencia para imponer por la fuerza su voluntad a la del pueblo", que desde el pasado 15 de febrero "expresa pacíficamente el rechazo a sus dirigentes y su aspiración al cambio". Además de Francia como anfitriona- en la reunión han estado los representantes de Alemania, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Emiratos Árabes Unidos, España, Estados Unidos, Grecia, Irak, Italia, Jordania, Marruecos, Noruega, Holanda, Polonia, Catar y el Reino Unido. También han acudido el Consejo Europeo, la Unión Europea (UE), la Liga Árabe y la ONU, representada por su secretario general, Ban Ki- moon.

Tras las palabras de Sarkozy, el primer ministro británico, David Cameron, se ha dirigido a los medios de comunicación para reconocer que ha llegado "el tiempo para la acción" en Libia, después de que el Gadafi haya "mentido" a la comunidad internacional al romper el alto el fuego que su Gobierno declaró ayer. "El coronel Gadafi ha hecho que esto ocurra. Ha mentido a la comunidad internacional. Había prometido un alto el fuego y ha roto el alto el fuego", ha dicho Cameron. "(Gadafi) continúa tratando brutalmente a su propio pueblo, así que ha llegado el tiempo para la acción. La acción tiene que ser urgente. Tenemos que hacer cumplir la voluntad de Naciones Unidas y no podemos permitir que continúe la masacre de civiles", ha subrayado el primer ministro' británico.

La contribución española

El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha anunciado en la reunión la contribución española al dispositivo internacional. España ofrecerá cuatro cazabombarderos F-18 y un avión cisterna Boeing 707, que saldrán esta tarde de la base de Torrejón de Ardoz (Madrid) para participar en la intervención militar internacional para frenar a Gadafi, al amparo de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, según han confirmado fuentes militares. La unidad, adscrita a la Fuerza de Reacción Rápida de la OTAN, está alertada desde ayer.

Está previsto que el destacamento se despliegue en una base del sur de Italia, probablemente en Sigonella (Sicilia). Otros dos F-18 permanecerán en reserva en Torrejón por si fuera preciso sustituir a alguno de los cuatro aparatos enviados. Además, España participará en el control naval de embargo de armas a Gadafi con una fragata F-100 (Álvaro de Bazán), un submarino y un avión de vigilancia marítima. La salida de los aviones está prevista a las 18.00 hacia Sigonella. En rueda de prensa en la Embajada española en París, tras participar en la ''cumbre para el apoyo al pueblo libio'', Zapatero ha precisado que los aviones están "hoy en fase de despliegue hacia Italia" y, a partir de mañana, estarán ya "a disposición" de la coalición". "España asume su responsabilidad para hacer efectiva la resolución de Naciones Unidas; asume su responsabilidad de proteger al pueblo de Libia", ha manifestado Zapatero para ratificar la decisión de participar en la coalición de países que intervendrá en el país norteafricano.

Continúan los ataques en Libia

Mientras tanto, en un evidente desafío a la resolución de la ONU y a su amenaza de hacer uso de la fuerza, los combates han continuado con intensidad al sudoeste de Bengasi, la ciudad que se convirtió en capital de la insurrección y últimamente en su último refugio, tras la ofensiva del dictador, cuyos portavoces niegan en todo momento que estén asaltando el bastión rebelde. Además, decenas de libios pro Gadafi se están concentrando en los potenciales objetivos del eventual bombardeo de las fuerzas aliadas, que podría hacerse realidad en las próximas horas. Los escudos humanos son especialmente visibles en Trípoli.

Los rebeldes que defienden Bengasi han denunciado que han sido atacados por las tropas leales a Gadafi, lo que les ha obligado a retirarse hacia el interior de la ciudad. La cadena de televisión Al Yazira ha asegurado que tropas de Gadafi han entrado en algunos suburbios de la ciudad, a la que intentan acceder desde el sur y desde el mar. El Gobierno de Gadafi, sin embargo, niega que esté atacando la ciudad y asegura que son sus tropas las que han sido atacadas. Según fuentes médicas citadas por Al Yazira, la violencia ha causado ya 26 muertos y más de 40 heridos, que han sido llevados al hospital de Jala de la ciudad. No han dado más detalles. Poco antes, los rebeldes aseguraban haber abatido a 19 leales a Gadafi.

Testigos y milicianos rebeldes han informado de que tropas del dictador habían entrado en la ciudad desde el oeste, el sur y desde la costa. Se han podido escuchar explosiones en varios puntos de la ciudad, entre ellos un cuartel de los insurgentes. "Están entrando en Bengasi desde el oeste. ¿Dónde están las fuerzas occidentales?", se preguntaba el portavoz rebelde Khalid al Sayeh. "Las explosiones comenzaron sobre las dos de la mañana. Las fuerzas de Gadafi están avanzando, hemos oído que están a unos 20 kilómetros de Bengasi", ha declarado Faraj Ali, residente en Bengasi, a Reuters. "Es fuego de artillería. Hemos visto un avión", ha dicho. En otros puntos de la ciudad, otras personas han informado de ataques aéreos: "Varios cazas han bombardeado la carretera del aeropuerto y ha habido un ataque en el distrito de Abu Hadi, en las afueras", ha relatado Mohammed Dwo. También ha habido bombardeos en algunos puntos del centro, según Al Yazira. No obstante, el bombardeo aéreo no ha podido ser confirmado.

También se ha informado de que un avión militar -un caza- ha sido abatido sobre la ciudad. El corresponsal de Reuters en la ciudad ha relatado que ha visto "un avión que sobrevolaba en círculos la ciudad, salir de las nubes, dirigirse aparentemente sobre un objetivo y entonces ha sido alcanzado y se ha ido derecho al suelo en llamas y una enorme columna de humo negro se ha levantando". "Parecía que estaba atacando unos cuarteles militares en Bengasi", ha dicho. Los propios rebeldes han reconocido ya que el aparato estaba encuadrado en sus filas y pilotado por un militar unido a su causa.

El líder del Consejo Nacional Libio, el Gobierno rebelde, ha pedido a la comunidad internacional que actúe rápido para proteger a los civiles. "Están bombardeando todos los distritos de Bengasi", ha dicho Mustafa Abdel Jalil a Al Yazira. "La comunidad internacional llega tarde para salvar a los civiles de las fuerzas de Gadafi. Si no ponen en práctica la resolución de la ONU, habrá una catástrofe en Bengasi hoy", ha sentenciado". Miles de personas han huido o están tratando de abandonar Bengasi ante lo que parece una asalto inminente de las tropas leales a Gadafi.

Pese a la información de los reporteros y los testimonios de los testigos, el Gobierno libio sostiene que no ha iniciado ninguna acción militar sobre Bengasi. Un portavoz del Gobierno, Mussa Ibrahim, ha declarado que "en absoluto hay ataques sobre Bengasi. Como dijimos, estamos respetando el alto el fuego y queremos que vengan observadores internacionales. Hay rebeldes atacando pueblos y ciudades intentando instigar una intervención militar extranjera". La televisión estatal decía que grupos de Al Qaeda estaban atacando a las tropas.

El ataque sobre Bengasi se produce pese al alto el fuego anunciado ayer por el Gobierno de Gadafi. Fue la respuesta del dictador a la resolución de la ONU que autoriza el uso de la fuerza para establecer una zona de exclusión aérea que impida a la aviación Libia bombardear a los rebeldes. Hoy, una cumbre en París de líderes políticos decidirá la organización de la intervención militar aliada. Pese a todo, ya ayer muchos desconfiaban de las intenciones de Gadafi.