miércoles, 5 de septiembre de 2012

Proceso de paz en Colombia, por qué esta vez puede ser diferente



Juan Manuel Santos y sus ministros
El presidente Santos dijo que asume toda la responsabilidad de lo que suceda con este proceso.
Las palabras que más se escucharon después de que el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, confirmaran la existencia de un acuerdo previo para negociar la paz fueron cautela, oportunidad, prudencia y esperanza.
Una combinación llena de contrastes, pero que refleja el sentir de la mayoría del pueblo colombiano.
Fuera de Colombia, la bienvenida al inicio de un nuevo proceso de paz fue prácticamente unánime. Tanto la Organización de Estados Americanos (OEA), como la Unión Europea, la Iglesia Católica y la mayoría de los países americanos saludaron la noticia y expresaron su respaldo a un diálogo que pueda poner fin a más de 50 años de conflicto armado en el país andino.
Hasta el momento, la única voz critica ha sido la del expresidente colombiano Álvaro Uribe, que describió como una "bofetada a la democracia" las negociaciones formales de paz entre las FARC y el gobierno de Santos, a quien apoyó en las elecciones de 2010.
Por su parte, el principal partido opositor de Colombia, el Polo Democrático Alternativo (PDA), consideró como "factible" la agenda de las negociaciones.
Sin embargo, el escepticismo permanece, no en vano son muchos los procesos de paz que terminaron en un sonado fracaso, y es lógico preguntarse por qué en esta ocasión habría de ser diferente.

Otro país y otro planteamiento

Los negociadores de paz

Este miércoles el presidente Santos anunció los negociadores del acuerdo de paz con las FARC:
  • Humberto De la Calle fue vicepresidente de Colombia durante la Presidencia de Ernesto Samper, ministro del Interior del presidente César Gaviria y magistrado de la Corte Suprema de Justicia.
  • Luis Carlos Villegas fue presidente de la Asociación Nacional de Empresarios, y es abogado. Estuvo vinculado a varios gobiernos y es de la junta directiva de Ecopetrol, la empresa más grande de Colombia.
  • El general (r) Óscar Naranjo fue director de la Policía Nacional. Santos lo ascendió a general de cuatro estrellas. Su reemplazo en la policía ha generado debates porque algunos consideran que su alta reputación difícil de igualar.
  • El general Jorge Enrique Mora fue comandante del Ejército Nacional durante el gobierno de Pastrana y de las Fuerzas Militares durante el primer año de Uribe.
  • Sergio Jaramillo fue designado por Santos Alto Consejero de Seguridad Nacional en 2010. Fue el viceministro de Santos en la cartera de Defensa en 2009.
Francisco Gutiérrez, profesor del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia, le dijo a BBC Mundo que existen diferencias muy grandes con otros procesos, incluso en la forma como se ha planteado.
"Creo que el presidente Santos planteó las cosas con el tono y la actitud que tocaba, y las fases y los temas de discusión son bastante acertados", señaló Gutiérrez.
Las fases y temas a los que hace mención Francisco Gutiérrez aparecen detallados en el denominado "Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera" firmado por el gobierno colombiano y las FARC.
Según explicó el presidente Santos, el acuerdo previo es fruto de numerosas conversaciones exploratorias, que se dieron con el acompañamiento de los gobiernos de Cuba y Noruega a lo largo de año y medio de trabajo "serio, realista y eficaz".
El mandatario aseguró que Colombia está "ante una oportunidad real de terminar de manera definitiva con el conflicto armado interno".
En opinión del presidente Santos, el país ha cambiado mucho en los últimos años y eso supone una razón más para ser optimistas y asumir riesgos, sin perder la prudencia.
En este sentido, Francisco Gutiérrez recalcó la importancia de otra de las grandes apuestas del jefe del gobierno colombiano, que es la redistribución de tierras.
"La redistribución de tierras y la política de paz son las grandes apuestas de este gobierno. Son políticas de fortalecimiento del Estado, algo que los analistas han pasado un poquito en sordina y que es muy importante subrayar, esas dos políticas refuerzan el estado", expresó.

El fantasma del Caguán


Muchas son las comparaciones que se han hecho con los intentos anteriores por lograr la paz en Colombia.
Pero el referente al que más se recurre es el proceso de San Vicente del Caguán, emprendido por la administración de Andrés Pastrana hace 14 años, que no cuajó.
La revista colombiana Semana resume en cinco puntos las diferencias entre éstas negociaciones y las de Caguán: un Estado más fuerte militar y políticamente, frente a una guerrilla con su cúpula debilitada; una estrategia clara para terminar el conflicto, que incluye un preacuerdo y reglas de funcionamiento; un diálogo que tiene lugar en el extranjero, sin exigir el cese de hostilidades; la influencia de Chávez y el acompañamiento internacional en las conversaciones y el contexto político dentro de Colombia, en medio de la legislatura de un gobierno con perspectivas de reelección.
Según Francisco Gutiérrez, las FARC no llegaron a aquel proceso con una verdadera intención de dejar las armas sino más centrados en la cuestión del canje de rehenes, y el estado tampoco llegó a la mesa de negociación en las mismas condiciones en que lo hace ahora.
Asimismo, según le dijo a Semana Álvaro Villarraga, presidente de la Fundación Cultura Democrática e investigador de los procesos de paz en Colombia, en Caguán "las FARC eran prepontentes, sentían que estaban en desarrollo y creyeron en la posibilidad de una victoria militar".
Ahora en cambio, el líder de la guerrilla, Rodrigo Londoño, más conocido como Timochenko, dijo que los rebeldes se acercaban a la mesa de negociación "sin rencor ni arrogancia".

Compromiso de las FARC

Cinco componentes básicos del acuerdo

1. Fomentar el desarrollo rural, dar mayor acceso a la tierra, mejorar las infraestructuras, hacer que la prosperidad y los servicios del estado lleguen a todos los puntos.
2. Garantías para el ejercicio de la oposición política y participación ciudadana. No sólo en la forma sino en la realidad, que se rompa el lazo entre política y armas.
3. El fin mismo del conflicto armado. Entrega de armas y reintegración de las FARC a la vida civil.
4. Combate al narcotráfico con más efectividad.
5. Respetar los derechos de las víctimas. "La ley de víctimas es una obligación de todos", declaró Santos. "Significa emprender un ejercicio de esclarecimiento de la verdad, todos tenemos derecho a saber qué pasó y quiénes fueron los responsables".
En su conversación con BBC Mundo, Francisco Gutiérrez opinó que las FARC también están mostrando un compromiso interesante.
"Es la primera vez que las FARC aceptan discutir el tema de las armas", subrayó el profesor de Ciencia Política.
"Si se revisan otros procesos, las FARC siempre habían mantenido en reserva el derecho de mantenerse en armas. En este momento lo ponen sobre la mesa.
"El punto de partida es ya mucho más avanzado que en procesos anteriores", sostuvo.
Otro de los elementos que subrayó el presidente Santos es que este proceso de paz se inicia sin que haya despeje de territorios ni fin de las acciones de las fuerzas de seguridad.
"Las operaciones militares continuarán con la misma o más intensidad", manifestó el mandatario.
El hecho de que se emprenda un diálogo de paz mientras el conflicto permanece activo es visto como uno de los peligros que enfrenta este proceso.
"Es bastante peligroso y va a haber una oposición feroz al proceso", reconoció Francisco Gutiérrez, quien consideró que uno de los principales escollos al proceso es que se quede sin gasolina política.
"Realmente una cosa muy importante es que el gobierno y la guerrilla vayan acordando ir disminuyendo la intensidad del conflicto a medida que avanzan las conversaciones", le explicó Gutiérrez a BBC Mundo.
"Naturalmente el proceso puede fracasar, es un proceso complicado y difícil y puede fracasar, pero creo que hay que ver cómo sale, darle una oportunidad", concluyó.

martes, 4 de septiembre de 2012

«Solo vemos dos soluciones en Siria: o se arma a los rebeldes o se interviene»



Abdulbaset Seida, líder del principal órgano opositor, ve «imposible» entablar un diálogo con el régimen y asegura que el pueblo sirio «está dispuesto a deshacerse» de Al Assad «a cualquier precio»

Día 04/09/2012 - 11.23h
«Solo vemos dos soluciones en Siria: o se arma a los rebeldes o se interviene»
EFE
Seida, durante la rueda de prensa ofrecida junto al ministro García-Margallo

El presidente del Consejo Nacional Sirio (CNS), el kurdo Abdulbaset Seida, insiste en la necesidad de que la comunidad internacional establezca una zona de exclusión aérea para detener la sangrienta represión del Gobierno sirio. Seida, de 56 años y residente en Suecia, visitó Madrid, donde se reunió con el ministro español de Exteriores,José Manuel García-Margallo. Presidente desde junio del principal órgano de la oposición a Bashar al Assad, asegura que los rebeldes controlan ya el 70% del territorio y cree que Siria ha llegado a un «punto de no retorno».
Margallo, que anunció que el Gobierno español desbloqueará próximamente un millón de euros -en marzo ya aportó 400.000 euros- de un fondo de emergencia de la Agencia Española de Cooperación Internacional (Aecid) que se entregará, a través de la ONU, a varios organizaciones humanitarias presentes en Siria, aseguró que Assad «no puede seguir ni un minuto más» y que «todas las opciones están encima de la mesa». En rueda de prensa conjunta en la Casa Árabe, Seida definió como «multiconfesional», «multiétnica» y «sin miedo» la Siria que aspira a crear el CNS, fruto de una «transición no traumática» y de un «diálogo nacional» entre los opositores.
—Tras casi 18 meses de lucha y ante la aparente superioridad militar del régimen, ¿a qué apela la oposición para detener el baño de sangre?
—Nosotros pedimos a la comunidad internacional que establezca tanto una zona de exclusión aérea, para poder proteger a los civiles, como áreas de seguridad donde la población que ahora no puede huir a países vecinos pueda protegerse de los bombardeos. Esto ayudaría a que los miembros del llamado Ejército Libre Sirio hagan su trabajo sobre el terreno de una manera más contundente y eficaz.
—¿Qué alternativas contemplan a la vía diplomática, que hasta ahora parece no haber dado resultados?
—La revolución siria se inició de manera pacífica. Fue el régimen el que comenzó a matar y a bombardear las ciudades. Las deserciones y la creación del Ejército Libre Sirio provocaron una nueva situación, en la que la revolución tomó una vertiente militar. Ante el fracaso de las iniciativas diplomáticas, vemos únicamente dos salidas: o bien armar al ELS para que pueda defenderse de los ataques gubernamentales, o bien que se lleve a cabo una intervención militar bajo el mandato de la ONU y obligar así al régimen a detener la matanza de civiles.
—¿Cuál es la relación con los combatientes en territorio sirio? ¿Apoyan los soldados del Ejército Sirio Libre (ELS) la acción de la oposición en el exilio?
—El CNS se formó como resultado de conversaciones entre movimientos juveniles, fuerzas políticas y representantes de los llamados Comités de Coordinación Local (red de activistas que se encargan de convocar y preparar las manifestaciones contra el régimen). Representa a toda la sociedad siria. A kurdos, musulmanes, cristianos, alauíes, drusos, y también a partidarios de distintas opciones políticas, como los Hermanos Musulmanes, los liberales o grupos laicos. Todos están representados en el Consejo. Hablar de una oposición externa que desconoce o no representa a los protagonistas del conflicto es algo impreciso.
—España ha instado al CNS a ser «más abierto» e «inclusivo», ante las divisiones entre distintos grupos. ¿Qué pasos están dando en esta dirección?
—Este es un proyecto nacional, abierto a todo el mundo. Estamos dialogando y estamos dispuestos a que otras fuerzas puedan participar. No tenemos problemas con ninguna facción. Lo que queremos es concentrarnos en lograr la caída del régimen. Ya dijimos en Moscú que Assad es el que mata a los sirios y tiene que marcharse. Después, no tendremos ningún problema en discutir lo que sea. Por supuesto que reconocemos nuestros errores y carencias, no es una situación normal en la que trabajamos, se trata de circunstancias extraordinarias, muy complejas. Habrá fuerzas que no quieran adherirse al CNS. Intentaremos coordinarnos con ellas y dialogar de cara a la etapa post-Assad.
—¿Es consciente Al Assad de su falta de apoyos? ¿Cuánto más cree que puede seguir al frente del país?
—Assad ha perdido su legimitidad, pero cuenta con la ayuda de Rusia y de Irán para mantenerse en el poder. Moscú insiste en que se dialogue con el régimen, pero esto es imposible, como ha dicho a la BBC el nuevo enviado especial, Lakhdar Brahimi (aseguró a la cadena británica que su misión es «prácticamente imposible»). El bloqueo en el Consejo de Seguridad frena la vía diplomática. Pero el pueblo sirio ha llegado a un punto de no retorno y está dispuesto a deshacerse de este régimen a cualquier precio.

Desmond Tutu pide que Bush y Blair sean juzgados por la Corte Penal Internacional



El premio nobel de la paz critica que los líderes occidentales no paguen por la «inmoralidad» de la invasión de Irak



El premio Nobel de la Paz y ex arzobispo sudafricano, Desmond Tutu, ha pedido que el ex presidente de EEUU, George W. Bush, y el ex primer ministro británico, Tony Blair, respondan ante el Tribunal Penal Internacional (TPI) de las consecuencias de la invasión de Irak en 2003.
En una columna para el diario británico «The Observer», Tutu condena la «inmoralidad» de la invasión, al estar basada en el «engaño» de que Irak poseía armas de destrucción masiva, y argumenta que el conflicto generó tal cifra de muertos que ambos ex dirigentes son merecedores de comparecer ante el tribunal de La Haya, tal y como han hecho por similares motivos antiguos jefes de Estado de países asiáticos y africanos.
«Los entonces líderes de Estados Unidos y Reino Unido se inventaron el escenario en el que se convirtieron en matones de colegio y por el que terminaron dividiéndonos. Nos han llevado al borde del precipicio en el que estamos, con el espectro de Irán y Siria ante nosotros», escribió Tutu.
El religioso recordó que el conflicto se ha cobrado la vida de más de110.000 iraquíes y 4.500 soldados estadounidenses en el transcurso del cambio de régimen que entonces lideraba Sadam Husein.
«El coste de la decisión de eliminar a su asesino y, por supuesto, déspota líder», explica Tutu en referencia a Sadam, «ha sido atroz, comenzando por el propio país».
Tutu entiende que así se eliminaría el polémico déficit que afecta a los procesos abiertos en el tribunal, de los que parecen excluidos líderes occidentales.
«En un mundo consistente, los responsables de este sufrimiento y esta pérdida de vidas humanasdeberían recorrer la misma senda de sus compañeros africanos y asiáticos a quienes se ha obligado a responder por sus acciones ante La Haya», aseveró Tutu.
«El liderazgo y la moralidad son indivisibles. Los buenos líderes son custodios de la moralidad. La cuestión no es si Sadam Husein era bueno o malo, o a cuánta gente mató. La cuestión es que elseñor Bush y el señor Blair jamás deberían haberse puesto a la altura de su inmoralidad», sentencio Tutu.

Blair rechaza las acusaciones

En un comunicado posterior, Blair lamentó las declaraciones de Tutu y aseguró que Irak es ahora «un país más próspero» y acusa al arzobispo de «repetir la vieja canción de que se mintió sobre los datos de inteligencia» empleados para invadir Irak cuando en realidad, a juicio del ex primer ministro británico «todos los análisis independientes» demuestran que tal aserción es un «error».
«Es raro que (Tutu) diga que el hecho de que Sadam masacrara a cientos de miles de sus ciudadanos es irrelevante respecto a la moralidad de la decisión de derrocarle», interpreta Blair en un comunicado de respuesta, recogido por «The Guardian», que recuerda a las miles de personas muertas en 1988 en Halabja por armas químicas de Sadam, que se suman a las purgas políticas y étnicas ordenadas por el fallecido dictador.
«Es el mismo argumento que hemos escuchado muchas veces, sin nada más que añadir. Pero en una democracia saludable se puede estar de acuerdo en que no estamos de acuerdo», concluyó Blair, quien recordó que Irak goza ahora «de una economía tres veces más grande» de la que disponía al inicio de la invasión, y que su tasa de mortalidad infantil se ha reducido a una tercera parte de la que padecía en 2003.

¿Habrá guerra en septiembre?



"La mayor amenaza que todos afrontamos hoy es el plan de Irán para desarrollar armas nucleares. Se trata de un régimen cruel que avanza velozmente en su programa nuclear porque no ve determinación ni una línea roja rotunda por parte de la comunidad internacional. Cuanto más clara sea la línea roja, la opción de un enfrentamiento se reducirá". 
La última frase de estas declaraciones anoche del primer ministro, Benjamín Netanyahu, y la filtración sobre nuevas línea rojas que supuestamente EE.UU se plantea fijar a Teherán enfrían el enfrentamiento sin precedentes que mantiene con el presidente norteamericano, Barack Obama y reducen las probabilidades de un inminente ataque contra las centrales nucleares iraníes.
Es un cambio de tono del líder israelí, que hasta ayer mostraba y filtraba su disposición a una ofensiva militar, si EE.UU no se comprometía a hacerlo, para frenar el programa nuclear de Irán. Los periodistas que se reunieron con Netanyahu en agosto para hablar off the record sobre este asunto, salieron con la sensación que la decisión ya estaba tomada. Negociaciones discretas para rebajar las llamas con Obama y la firme posición del presidente Simón Peres y los jefes de organismos de seguridad israelíes contra un ataque unilateral han congelado la decisión. 
Las palabras de Netanyahu son el colofón a un enloquecido mes en el que se han multiplicado las amenazas israelíes de un bombardeo de las centrales nucleares antes de las elecciones norteamericanas en noviembre, las proclamas de los dirigentes iraníes a favor de la destrucción de Israel y la guerra de nervios y filtraciones entre Netanyahu y Obama.

Netanyahu, anoche en un acto con heridos de guerra de EE.UU e Israel. (Oficina Primer Ministro).



El enfado y preocupación de la Casa Blanca ante  los tambores de guerra llegados de Jerusalén fueron tan notorios que Obama no dudó en enviar a las cámaras y micrófonos al secretario de Defensa, Leon Panetta y al jefe del Ejército, el general Martin Dempsey, para transmitir dos mensajes que rompen la intimidad habitual entre los dos países. El primero señaló las limitaciones militares de su aliado israelí para destruir en solitario las centrales nucleares de Irán mientras Dempsey declaró que hoy "EE.UU no quiere ser cómplice" de un ataque.
Dos punzas retóricas y públicas que irritaron a Netanyahu y dañaron la capacidad de disuasión de Israel pero consiguieron enfatiza la oposición norteamericana a un ataque militar mientras siga abierta la puerta de la diplomacia e Irán no llegue a la "zona de inmunidad". 
Por si no fuera suficiente, el diario Yediot Ajaronot, informa que EE.UU ha enviado en los últimos días una propuesta secreta a Irán con la mediación de dos países europeos: "Nosotros no nos sumaremos al ataque israelí y vosotros no atacaréis nuestras bases y portaaviones en el Golfo Pérsico".   
Simon Shiffer, el veterano periodista que firma la noticia, ya reveló el viernes un duro enfrentamiento dialéctico entre Netanyahu y el embajador de EE.UU, Dan Shapiro, sobre el proyecto iraní en. Ambas informaciones han sido desmentidas por EE.UU. 
A todo esto, el minigabinete de seguridad israelí se reúne hoy para escuchar las valoraciones actualizadas de los servicios de Inteligencia. "Queremos una declaración rotunda de Obama dejando claro que no permitirá bajo ningún concepto un irán nuclear", nos decía un ministro esta mañana. 
Netanyahu se agarra al último informe de la OIEA (Organismo Internacional de la Energía Atómica) según el cual, Irán ha duplicado el número de centrifugadoras en la planta subterránea de Fordo elevando en un 23% la cantidad de uranio enriquecido. "El informe confirma lo que digo desde hace mucho tiempo: las sanciones internacionales agravan la economía iraní pero no retrasan ni un milímetro los avances de su programa nuclear", afirma. 
Entonces, ¿a qué viene este cambio de tono de Netanyahu dando más tiempo a Obama antes de enviar algunos de sus más de 400 cazas F16 y F15 a las centrales de Natanz, Bushehr, Fordo o la base militar de Parchin? Quizá otra filtración. The New York Times, diario próximo a Obama, indica que EEUU se plantea aumentar considerablemente la presión sobre el régimen iraní para que cese el programa nuclear.  
O quizá, como informa hoy el diario Maariv, negociaciones para la entrega a Israel de modernos aviones de abastecimiento de combustible y bombas capaces de destrozar bunkers de 60 metros de profundidad. 
Israel considera que armas nucleares en manos de Irán es una amenaza existencial debido a las proclamas del Ayatolá Ali Jamenei y el presidente Mahmud Ahmadinayad a favor de la desaparición de la "entidad sionista"  y teme el inicio de una carrera nuclear en la zona. Irán,  por su parte, defiende que su plan es civil y pacífico recordando que  Israel es la única potencia regional con cabezas nucleares. Por tanto, dice, Israel teme un cambio en el equilibrio de fuerzas en Oriente Próximo.

El Líder Supremo de Irán, el Ayatolá Jamenei. (Reuters)
En resumen, ¿se acerca o se aleja una guerra entre Israel e Irán con potencial de afectar a toda la región? ¿El nuevo tono de Netanyahu más cercano a Obama es una maniobra para recuperar el factor sorpresa perdido completamente en agosto? 
Nadie sabe si en las próximas semanas habrá un ataque y posterior represalia pero ahí va mi previsión: hasta la reunión de Netanyahu y Obama, prevista a finales de septiembre con motivo de la Asamblea de la ONU, no pasará nada.  
Nada excepto la intensificación de la guerra secreta que incluye atentados contra turistas israelíes en Bulgaria o científicos nucleares iraníes en Teherán y más ciberataques de letales gusanos.