jueves, 5 de mayo de 2011

Bin Laden, Hitler, Lenin y Guevara: el poder de los santuarios

Mar Arábigo

Según el gobierno de EE.UU., Bin Laden fue sepultado en el Mar Arábigo.

El cuerpo de Osama bin Laden fue sepultado en el mar para negarles a sus seguidores un santuario, según se ha informado. Pero ¿por qué las tumbas de los líderes importan tanto?

Para un hombre que había sido el más buscado del mundo, fue un lugar de descanso final profundamente mediocre.

Su cadáver fue lanzado al océano desde un portaaviones de Estados Unidos y los funcionarios de ese país se han esforzado en insistir en que el proceso se llevó a cabo en "estricta conformidad con los preceptos y las prácticas islámicas".

Pero el propósito de su sepultura marina era clara: asegurarse de que no habría ninguna tumba que se convirtiera en santuario para sus seguidores y en herramienta de reclutamiento para el islamismo extremista.

Es un motivo con claros antecedentes históricos. Los regímenes victoriosos, sobre todo cuando se enfrentan a movimientos ideológicos con líderes carismáticos, a menudo se han mostrado ansiosos de negarles a sus enemigos derrotados un punto de encuentro, un lugar donde los simpatizantes puedan reunirse para venerar a sus muertos.

Hitler y Ernesto "Che" Guevara

El cadáver parcialmente cremado de Adolfo Hitler fue desenterrado por las fuerzas soviéticas invasoras de su sepultura inicial en Berlín, la capital alemana, antes de ser trasladado en varias ocasiones.

Casa de Hitler en los Alpes

La casa de Hitler en los Alpes fue demolida.

Su destino final es un misterio y algunos alegan que su cráneo y su mandíbula fueron llevados a Moscú, la capital de la ex Unión Soviética.

La casa del dictador en los Alpes bávaros, conocida como Berghof, fue demolida en la década de 1950 por el gobierno de Alemania Occidental, que temía que se convirtiera en un punto focal para los neo-nazis.

Otros líderes nazis ejecutados por los aliados después de los juicios de Nuremberg fueron cremados y sus cenizas fueron esparcidas en el río Conwentzbach para frustrar cualquier intento por parte de posibles simpatizantes de conmemorarlos.

En el otro extremo del espectro político, el cuerpo del revolucionario argentino Ernesto "Che" Guevara fue fotografiado someramente por los enemigos que lo mataron en Bolivia antes de enterrarlo en una tumba sin nombre. Sus adversarios quizás anticipaban el culto que inspiraría.

El Madhi, Lenin y Stalin

El destino de Bin Laden hace eco de cómo el imperio británico trató a otro musulmán insurgente, Ahmad Muhammad, conocido como El Mahdi, cuya tumba fue destruida en Sudán para evitar convertirla en un punto de encuentro para sus seguidores.

Ahmad Muhammad, conocido como el Mahdi

La tumba de El Mahdi fue destruida por los británicos pero sus seguidores la reconstruyeron, sin él dentro.

El Mahdi obtuvo victorias militares contra los británicos, incluida la masacre de la guarnición de Jartum, antes de morir de tifus. Sus seguidores fueron aplastados por los británicos, su tumba fue destruida y sus huesos fueron arrojados al río.

El esfuerzo consciente de algunos para evitar levantarles santuarios a sus enemigos se contrapone a la voluntad de los regímenes ideológicos de crearles santuarios a sus héroes.

La muestra pública del cadáver embalsamado de Vladimir Ilich Lenin, mucho después de su muerte, en un mausoleo de la Plaza Roja de Moscú, puede haber tenido la intención de representar la persistencia de la mitología de la fundación de la Unión Soviética.

Pero esto significaba que, por extensión, el destino de los restos de José Stalin -que al principio aparecían junto a los de Lenin, su predecesor, y luego fueron retirados durante el deshielo iniciado por Nikita Jruschov- simboliza el proceso por el cual disminuyó su reputación.

Mussolini y Franco

Para el catedrático Michael Cox, del departamento de Relaciones Internacionales de la London School of Economics, en el Reino Unido, el fin marino de Bin Laden va más allá de las circunstancias específicas del mundo después del 11 de septiembre de 2001.

Mussolini y Hitler

Mussolini terminó en una cripta pero de Hitler se desconoce el paradero.

En su opinión, la mitología de muchas ideologías revolucionarias depende tanto de la veneración de los héroes caídos que sus oponentes siempre intentan frenar cualquier atractivo emocional.

"No es algo específicamente islámico. Hay una cuestión más amplia sobre el papel de los mártires en cualquier tipo de lucha, no sólo en términos de la iconografía, sino también en cómo el martirio se utiliza como un medio para continuar la lucha. Los mártires ayudan a crear nuevos adeptos", señala.

En efecto, un fuerte indicativo del poder de los santuarios son las batallas que se libran por ellos mucho después de la muerte de sus ocupantes.

El cadáver del líder italiano Benito Mussolini fue, sucesivamente, colgado de ganchos de carne por partisanos victoriosos, enterrado en una tumba anónima, desenterrado por fascistas leales a él, re-capturado por las autoridades y finalmente enterrado de nuevo en una cripta, años después de su muerte.

Del mismo modo, el Valle de los Caídos, cerca de Madrid, que alberga la tumba de Francisco Franco y fue construida en parte por presos republicanos, divide a muchos españoles hasta nuestros días según las líneas de la guerra civil.

Inmortalidad

¿Podría el lugar de la muerte de Bin Laden convertirse en "su" santuario?

Dando sepultura a Bin Laden en el mar, las autoridades estadounidenses pretendían evitar que su lugar de reposo se convirtiera en un lugar de peregrinación.

Sin embargo, algunos creen que ese papel podría ser representado por el sitio donde el fundador de al-Qaeda fue abatido.

"Probablemente Pakistán destruirá la casa en la que vivió Bin Laden. ¿Pero qué harán con el suelo sobre el que estuvo?", escribió el periodista Jon Lee Anderson en su blog en la revista New Yorker.

Por esta razón, considera el historiador Laurence Rees, autor de "A puerta cerrada. Historia oculta de la Segunda Guerra Mundial", el santuario de cualquier líder político tiene la intención de proporcionarle cierto tipo de inmortalidad.

Los dictadores mismos, observa, tienden a darle una gran importancia a dejar atrás un recuerdo permanente de sí mismos.

"Hitler no creía en la vida después de la muerte, pero sí creía que seguiría viviendo a través de lo que había logrado", dice.

"Él se imaginaba que estaría en una especie de sarcófago gigante y que, incluso después de la muerte, seguiría físicamente ahí, pero la derrota le negó eso", añade.

Teorías de conspiración

Por supuesto, la misma falta de un monumento permanente o, de hecho, de un cadáver, hizo que las teorías de conspiración sobre el destino de Bin Laden florecieran casi tan pronto como se anunció su muerte.

"No es algo específicamente islámico. Hay una cuestión más amplia sobre el papel de los mártires en cualquier tipo de lucha, no sólo en términos de la iconografía, sino también en cómo el martirio se utiliza como un medio para continuar la lucha. Los mártires ayudan a crear nuevos adeptos"

Michael Cox, London School of Economics

Tampoco ha sido el líder de al-Qaeda el único difunto cuya falta de un santuario ha dado lugar a tales sospechas. Las especulaciones sobre el destino de Hitler, en particular, se convirtieron en un subgénero de la conspiración especialmente resistente.

David Aaronovitch, un columnista del periódico británico The Times que se dedicó a desacreditar ese tipo de especulaciones en su libro "Historias del vudú: El papel de las teorías de la conspiración en la formación de la historia moderna", cree que este fenómeno se deriva de una proclividad humana profundamente arraigada.

"Tan pronto como escuché la noticia, yo sabía que -como dos y dos son cuatro- habría teorías de conspiración diciendo que no era Bin Laden", dice.

"Es un error suponer que las teorías de conspiración surgen debido a algo tan concreto como las evidencias. Se trata de un deseo de que haya una historia diferente".

"Impulso emocional"

Pero igualmente, indica Aaronovitch, está profundamente arraigada la necesidad de marcar el fallecimiento de un miembro de la tribu a que uno pertenece.

Seguidores de Bin Laden

El lugar donde murió Bin Laden podría adquirir un valor simbólico para muchos de sus seguidores.

Según él, a su vez, esto significa que el propio hecho de negarle esos rituales a un opositor refleja un impulso emocional no reconocido.

"Los ritos de sepultura tienen mucho de psicología profunda", dice.

"Hay una especie de satisfacción que creo que los estadounidenses no reconocen, ahora que pueden decir 'lanzamos a Osama bin Laden al mar'", explica.

Las coordenadas exactas del lugar donde Bin Laden fue sepultado tal vez nunca se lleguen a saber y este hecho da una idea de su trascendencia tanto en la vida como en la muerte.

De la zona cero de Bush a la de Barack Obama

Obama viaja hoy a Nueva York para reunirse con familiares de víctimas del 11-S.- La lentitud de las obras en el lugar donde se alzaban las Torres Gemelas provoca las quejas de los neoyorquinos

BARBARA CELIS | Nueva York 05/05/2011


Hace casi una década que una valla separa la zona cero del resto de Manhattan y para los neoyorquinos, convivir durante tanto tiempo con 64.000 metros cuadrados de ruinas, grúas, proyectos fallidos, edificios a medio construir y salvajes enfrentamientos políticos, económicos y emocionales no ha sido especialmente fácil. Pero si se compara la zona cero en la que hoy se elevará triunfal la voz de Barack Obama con el vacío casi total que aquí reinaba hace apenas tres años, no hay duda de que estamos mucho más cerca del Nueva York del futuro que de ese escenario en el que aún hervían las ruinas humeantes de las Torres Gemelas cuando el presidente George W. Bush habló de venganza tres días después del 11S. Obama acudirá allí a hoy para hablar de victoria y pese a la exasperación que ha provocado en los neoyorquinos la desesperante lentitud de los trabajos de reconstrucción del área, la foto del presidente demócrata sí reflejará el paso del tiempo.


Bush habló el 14 de septiembre de 2001 abrazado a un bombero, encaramado a los restos de un camión anti-incendios con un trasfondo de escombros y cascotes calientes sobre los que aún planeaba el miedo. Obama, que ha sido lo suficientemente astuto para no explotar políticamente la zona cero y no dejarse ver allí hasta hoy, aparecerá ante su país y el mundo depositando las primeras flores que por fin se posarán sobre el avanzado esbozo de un memorial concebido en 2004 por los arquitectos Michael Arad y Peter Walter. Ese lugar, considerado sagrado por las familias de las 2792 personas fallecidas en los atentados, ha sido una de las principales víctimas de los avatares económicos y políticos sufridos por la zona cero. En 2008, cuando el memorial seguía siendo un dibujo sobre un papel, los familiares de las víctimas descubrieron que el presupuesto de 1000 millones de dólares que el Port Authority of New York y New Jersey -propietarios del área- había destinado a su construcción, no disponía de esa cifra y solo contaba con la mitad. Si el alcalde Michael Bloomberg no hubiera tomado cartas en el asunto asumiendo la responsabilidad de su construcción-políticamente no podía permitirse el lujo de llegar al décimo aniversario sin un memorial- hoy Obama no podría posar frente a las dos piscinas construidas sobre la huella física que dejaron las Torres Gemelas.

La noche en que el presidente anunció solemnemente por televisión que su gobierno había matado a Osama Bin Laden, Ann Marie Borcherdng y su marido, vecinos de la zona cero de Nueva York y familiares de una de las víctimas del 11S, se quejaban ante este periódico de tener que estar celebrando la muerte del terrorista "frente a un solar. Con todo el dinero invertido después de diez años, aún seguimos mirando cada mañana hacia un agujero". Es imposible negar la evidencia: el coste de la reconstrucción aumenta cada año y suma ceros a una velocidad tan desmesurada como temeraria y lo cierto es que, una década después de los atentados, en una ciudad que fue capaz de construir el Empire State Building en solo 13 meses hace ya 80 años, la zona cero aún está lejos de ser un lugar habitable, aunque por fin empiece a acariciar esa idea.

En 2004 se hablaba de 11.000 milllones de dólares para dar vida a un solar entonces vacío sobre el que se proyectaba la construcción de cinco rascacielos, entre ellos la simbólica Torre de la Libertad (hoy rebautizada World Trade Center 1), que medirá 1776 pies de altura, una cifra simbólica que emula el año en que Estados Unidos se independizó de Gran Bretaña. También se preveía un intercambiador de transportes, un memorial por las víctimas y dos centros culturales. En 2008, tras haberse eliminado del mapa los dos centros culturales por falta de financiación, la cifra se había elevado hasta 13.000 millones y sólo un rascacielos, el WTC 7, estaba en pie. Tres años más tarde por fin parece que algo se mueve, aunque despacio: a la silueta del WTC7 se han añadido 62 de los 104 pisos de la Torre de la Libertad, 23 alturas de la WTC 4 y los tímidos cimientos de las torres 2 y 3.

El edificio del Deutsche Bank, dañado durante los atentados, por fin ha sido demolido- ¡se ha tardado más de nueve años!- dejando espacio para la torre WTC5, cuyo futuro, de momento, es incierto por falta de presupuesto. Eso sí, el intercambiador de transportes que firma el arquitecto español Santiago Calatrava, con su cúpula futurista que se abrirá hacia el cielo los días de sol, sigue avanzando, aunque su coste también se ha disparado, pasando de los 2500 millones previstos en 2010 a los 3200. Además su inauguración no llegará hasta 2015, tres años después de lo previsto.

El memorial por las víctimas verá parcialmente la luz cuando llegue el décimo aniversario de los atentados en septiembre, una posibilidad que nadie creía factible hace apenas tres años. Y los edificios 2 y 3, aunque ya estén marcha con las flamantes firmas de Norman Foster y Richard Rogers detrás, tampoco cuentan con el presupuesto necesario para elevarse por lo que Larry Silverstein, arrendatario de la mayoría de los terrenos de la zona cero e impulsor de la construcción de los cinco edificios, anda embarcado en convencer a posibles inquilinos para que le adelanten el dinero del alquiler y con él conseguir financiar las obras pendientes.

El incremento del precio de los materiales de construcción debido a la crisis y los continuos retrasos han disparado el coste total de todo el proyecto por encima de los 15.000 millones de dólares, de los cuales al menos un tercio aún no están asegurados por lo que la utopía de ver todo terminado en 2013, como se preveía en 2008, - en 2002 la fecha final de las obras se situaba entre 2008 y 2009- sigue siendo una quimera.

La guinda a este intenso culebrón protagonizado por políticos en busca de reconocimientos electorales, constructores avispados, arquitectos ofendidos y familiares sin sosiego, es el proyecto de una mequita y una comunidad musulmana a escasas manzanas de la zona cero. Tras la ardiente polémica que provocó su anuncio el pasado verano, hoy el proyecto está parado a la espera de financiación, aunque su futuro no es más que otro capítulo dentro de esta interminable película de la que hoy Barack Obama será el flamante protagonista por un día.

miércoles, 4 de mayo de 2011

La hija de Bin Laden asegura que su padre fue capturado vivo y ejecutado

Los soldados paquistaníes encontraron 16 personas maniatadas, incluidos nueve niños y tres mujeres

La hija menor de edad de Osama bin Laden asegura que su padre, el terrorista fugitivo más buscado del mundo, fue capturado vivo y ejecutado por las fuerzas especiales estadounidenses durante los primeros minutos de la operación lanzada contra el complejo fortificado de Bilal Town, en la localidad de Abbottabad, según señalan altos cargos militares en declaraciones a varios medios locales.

El ejército paquistaní accedió al recinto una hora después del ataque estadounidense y, junto a cuatro cadáveres acribillados, encontró a 16 personas maniatadas con bridas de plástico. De ellos, nueve eran niños de entre 2 y 12 años y tres, mujeres, según informan varios medios locales. Del grupo, tres niños y cuatro eran hijos de los dueños de la vivienda, Arshad y Tareq, respectivamente, por lo que los otros dos eran hijos de Bin Laden, incluida la hija, de 12 años. Ella es la que ha declarado a la prensa local que su padre fue capturado y ejecutado.

De las dos mujeres, una es la última esposa del líder de Al Qaeda, Amal Ahmed Abdulfattah, nacida en Yemen en 1982. Recibió un tiro en la pierna, al parece tras interponerse para proteger a Bin Laden. Se supone que la otra mujer podría ser la médico personal de Bin Laden, que sufría dolores renales. Tras la operación, los militares de EE UU volaron hacia Afganistán. No pudieron llevarse a los familiares del líder terrorista porque no disponían de plazas suficientes en el helicóptero (el otro aparato del operativo fue derribado durante el ataque), según informan medios locales.

Todos los niños están "en lugar seguro y están siendo atendidos de conformidad con la ley", según ha informado el Ministerio de Exteriores paquistaní mediante un comunicado. "Algunos han necesitado cuidados médicos y están siendo atendidos en las mejores instalaciones posibles. Serán entregados a sus países de origen". Según informa Al Arabiya, los familiares de Bin Laden han sido trasladados a la localidad de Rawalpindi, cerca de Islamabad. Están siendo atendidos en el hospital local, adonde fueron transportados en helicóptero, según ha informado un miembro de las fuerzas armadas paquistaníes.

Respecto a la mujer muerta, los militares paquistaníes sostiene que podría ser o bien la mujer de Bin Laden o un familiar cercano, dado que habría sacrificado su vida por él. "Según nuestra información, hizo de escudo ante Bin Laden durante la operación y fue ejecutado por los comandos estadounidenses", según ha señalado un cargo militar a Al Arabiya.

Las Fuerzas especiales estadounidenses solo se llevaron dos cuerpos en el helicóptero. Se supone que uno era el de Bin Laden y el otro, el de su hijo. Cuando llegaron los soldados y las agencias de seguridad paquistaníes, los comandos de EE UU ya sobrevolaban las montañas del cinturón tribal de Pakistán, de camino a Afganistán.

Los cinco cabos sueltos del operativo en el que murió Bin Laden

Primera plana de un diario con foto de Bin Laden

La Casa Blanca desmintió que Bin Laden estaba armado y que se escudó detrás de una de sus esposas.

Tras la euforia que siguió al anuncio inicial de la muerte de Bin Laden, la Casa Blanca ha comenzado a cambiar su discurso sobre qué exactamente pasó durante el asalto al complejo en que se escondía Osama bin Laden.

El portavoz de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, llegó incluso a decir "ofrecimos una gran cantidad de información con gran prisa sobre la operación".

Ahora, con las informaciones que contradicen la versión inicial, surgen muchas preguntas.

¿Utilizó a su esposa como escudo humano?

"Si se hacen las cuentas, sólo tres hombres, como máximo estaban armados. Me pregunto ¿cuánta resistencia pueden oponer ante dos helicópteros llenos de agentes élites de la marina de EE.UU.?"

Mark Mardell, corresponsal de la BBC

La información que ofreció inicialmente la Casa Blanca de que, en un esfuerzo por defenderse, Osama bin Laden se había escudado detrás de su joven esposa, forzándola a sacrificar su vida, ofreció un buen titular a diarios de todo el mundo.

En el Reino Unido, The Daily Telegraph de este martes destacaba en su primera página: "murió como un cobarde cubriéndose detrás de su esposa", en tanto que el Daily Express titulaba "cobarde hasta el final".

La versión la ofreció inicialmente el asesor de contrainsurgencia del gobierno, John Brennan, y muchos concuerdan en que en la euforia del momento daba fuerza moral al operativo. Como quien dice 'miren que tipo de hombre era, escudándose detrás de su esposa'.

Sin duda tiene un gran impacto, pero resulta que ahora la Casa Blanca ha tenido que desmentirlo.

El portavoz de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo este martes que esa información estaba errada.

¿Estaba armado?

Portavoz de la Casa Blanca

Jay Carney se justificó señalando que al inicio se ofreció "gran cantidad de información con gran prisa".

Inicialmente también se dijo que Bin Laden había muerto de un disparo a la cabeza cuando se resistía con un arma automática ante los efectivos del comando Navy Seals que llevaron a cabo el operativo.

Pero Jay Carney desmintió esta versión de los hechos señalando que no estaba armado.

"Con Bin Laden, en su cuarto, había una mujer, la esposa de éste, que corrió hacia uno de los agentes atacantes y fue herida en una pierna, pero no resultó muerta. Él no estaba armado", señaló Carney, quien aclaró que la mujer tampoco estaba armada.

Pero tampoco se ha aclarado qué tipo de resistencia opusieron quienes ahí estaban. ¿Hubo combate?

Según la última versión de la Casa Blanca, dos hombres y una mujer fueron muertos en el primer piso. Pero según resalta del corresponsal de la BBC Mark Madell "esta versión no menciona al hijo de Bin Laden, que también murió en la operación".

Mardell se pregunta: "Si se hacen las cuentas, sólo tres hombres, como máximo estaban armados. Me pregunto ¿cuánta resistencia pueden oponer ante dos helicópteros llenos de agentes élites de la marina de EE.UU.?".

¿Ajusticiamiento?

Esto deja abiertas otras preguntas aún más incómodas para la Casa Blanca.

Si no estaba armado y al parecer no hubo gran resistencia, ¿fue una operación deliberada para matarlo?

La respuesta de Jay Carney es que "Bin Laden no tenía que estar armado para resistir. Había preocupación de que Bin Laden iba a resistir su captura y de hecho resistió".

Pero Carney no dió más detalles de qué tipo de resistencia hubo, y si no hubo ninguna por qué simplemente no lo capturaron para someterlo al debido proceso judicial.

Y como dice el corresponsal de la BBC en Washington, Mark Mardell, "también está la sospecha de que Estados Unidos nunca quería llevarse a Bin Laden vivo".

"Muchos en EE.UU. veían un juicio a Bin Laden como un problema, una oportunidad que podía aprovechar como una tribuna".


¿Qué pasó con los demás?

"También está la sospecha de que Estados Unidos nunca quería llevarse a Bin Laden vivo"."

Mark Mardell, corresponsal de la BBC

Desde Pakistán comienzan a salir otras versiones que también contradicen a la Casa Blanca.

Según un funcionario de la inteligencia paquistaní, había 18 personas en el complejo en el que vivía Bin Laden, incluyendo una hija que según dicen vio morir a su padre.

La Casa Blanca sólo ha dicho que dos mensajeros y una mujer murieron en el ataque, y no ha comentado sobre nadie capturado. Tampoco ha dicho qué pasó con los cuerpos de los otros muertos. ¿Fueron tirados al mar, enterrados en algún lugar o llevados a EE.UU.?

Las autoridades paquistaníes también dijeron que cuatro cadáveres fueron dejados en el complejo, mientras que la esposa herida en una pierna también está en Pakistán.


¿Cuál fue el papel de Pakistán?

El presidente paquistaní, Asif Ali Zardari, señaló que su país no había participado del operativo.

En su discurso inicial, el presidente Obama señaló que "nuestra cooperación con Pakistán nos guió hasta Bin Laden y hasta el complejo donde éste se escondía".

Pero ese discurso parece contradecir lo que posteriormente se dijo, que las autoridades paquistaníes no sabían del operativo.

El director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Leon Pannetta, señaló que no se compartió ninguna información de inteligencia con Islamabad sobre el operativo o el paradero de Bin Laden, por temor de que pondría en riesgo el ataque.

E incluso un prominente legislador demócrata del Comité de la Cámara de Representantes contra el Terrorismo, Brad Sherman, señaló que es muy probable que las autoridades paquistaníes sabían que Bin Laden estaba en ese complejo.

El gobierno de Pakistán señaló que no se trató de un operativo conjunto. Y los servicios de inteligencias dijeron sentirse avergonzados por no saber que Bin Laden vivía a menos de un kilómetro de un complejo militar

Pero aún así muchos se preguntan ¿qué sabían los servicios de inteligencia paquistaní y si no sabían por qué no reaccionaron de inmediato cuando cuatro helicópteros de EE.UU. entraron en su espacio aéreo?

Como apunta Aamer Ahmed Khan, editor del servicio urdu de la BBC, hacerle creer al mundo que fracasó parece la única opción que tenía Pakistán.

Después de todo, Islamabad parece estar haciendo tanto hincapié en que no estuvo involucrado porque teme una respuesta de los militantes talibanes que van cobrando cada vez más fuerza en su territorio.

Esta son algunas de los cabos que quedan sueltos en un operativo del que aún no se conocen todos los detalles.

Egipto confirma que Mubarak podría ser ejecutado por la represión en las protestas


Hosni Mubarak. | Reuters

Hosni Mubarak. | Reuters


Hosni Mubarak podría enfrentarse a la pena de muerte si es condenado por el crimen de haber ordenado la represión que resultó en la muerte de cientos de manifestantes durante las protestas populares que pusieron fin a su Gobierno el pasado mes de febrero.

"Se le acusa, entre otras cosas, de haber dado las órdenes que acabaron con la vida de manifestantes", explica Mohamed Abdelaziz al Juindy, el nuevo ministro de Justicia egipcio, durante una entrevista con la 'CNN'. "Si su implicación en estos crímenes se comprueba, el tribunal no dudará en sentenciar a Mubarak a la pena de muerte", asegura.

"En ciertos casos un juez le puede dar pena un acusado en ciertas ocasiones; en éste caso, sin embargo, creo que no hay motivo para ello", concluye el ministro. Según él, a Mubarak se le acusa de un "crimen horrible en el que murieron más de 800 civiles. Lo único que se hace es reclamar sus derechos y derrocar un presidente corrupto".

Acusado por corrupción

El frágil estado de salud en el que se encuentra Mubarak no alterará los interrogatorios a los que se enfrentará por estas acusaciones. "Será la primera vez que deberá enfrentarse a un interrogatorio y por lo tanto es normal que le afecte psicológicamente", dice el ministro.

"Estará obligado a asistir al juicio", recalca Al Juindy. No obstante, si Mubarak no se encuentra en condiciones de asistir, "se le visitará personalmente, ya que debe tener la oportunidad de defenderse".

A Mubarak también se le acusa decorrupción y malversación del dinero del estado. "Hay informes que demuestran que el presidente derrocado se encuentra en posesión de grandes cantidades de dinero", asegura el ministro de Justicia. "No podemos asegurar la cantidad exacta".

Según Al Junidy, el juicio de Mubarak servirá para demostrar que la justicia se toma al pie de la letra en Egipto. "La ley se respeta en todo Egipto y se aplica a cualquier persona, sin excepciones", concluye.

Éste no es Osama


04 MAY 2011 12:15

¿Acabaremos viendo la fotografía de Bin Laden muerto? Durante horas las versiones acerca de las intenciones de la Casa Blanca al respecto han ido desde que en la foto del terrorista más buscado de la historia no es reconocible hasta que la foto iba a ser publicada a través de Flickr. Pasando por innumerables rumores difundidos de boca en boca, de blog en blog, o a través de un teletipo de Reuters.

¿Debe ser publicada la foto?

A favor: en un momento de transparencia informativa como el que vivimos, qué mejor manera de demostrar la muerte de alguien, qué mejor manera de cerrar definitivamente el camino a la conspiranoia (lean al gran Cavanilles en este post), que distribuyendo la fotografía.

¿Por qué no? ¿Por qué no distribuir también las imágenes de la ceremonia en la que las tropas norteamericanas se deshicieron del cadáver?

En contra: soliviantaría aún más los ánimos del mundo árabe. En realidad, de sus elementos más radicales. Induciría a más violencia.

A favor: la verdad es cruda. La fotografía no la condiciona, o no debe hacerlo, no la transforma, o no debe hacerlo, es puramente informativa.

En contra: podemos vivir el resto de nuestros días sin ver el rostro destrozado de OBL.

Entre tanto, la inventiva gráfica (con escasez de talento, hay que decir) continúa disparada. Tras la foto falsa publicada por una televisión paquistaní -y, tras ésta, numerosos sitios web de todo el mundo- una nueva imagen llegó a las redacciones con visos de ser verosímil.



La barba parece la del hombre que tuvo en jaque al país más poderoso del mundo, la sien ha sido agujereada tal como describen quienes conocen la operación y el ojo izquierdo ha sido llenado de una masa blanca.

Para dotarla de credibilidad, el autor ha colocado a un soldado estadounidense al lado izquierdo de la imagen.

El filtro verde que se le ha aplicado ayuda a unir dos imágenes sin que sea demasiado obvio, oculta los saltos de color que puede haber entre ambas y le da una sensación de haber sido tomada con un visor nocturno.

Para acabar de integrar un elemento de misterio, se ha pixelado algún supuesto dato que ofreciera la cámara en la parte inferior.

La imagen original es ésta otra. Proviene del filme Blackhawk Down (título traducido Blackhawk derribado ó La caída del halcón negro, según los países).

Esta imagen, que fue distribuida en principio por el web Live Leak, podría ser una más de la larga lista de supuestas fotos de Bin Laden. De aquí hasta que la foto real sea distribuida.

Las contradicciones de la operación que mató a Bin Laden


Residentes de Abbottabad observan la que fue la fortaleza donde el líder de Al Qaeda estaba escondido. | AFP

Residentes de Abbottabad observan la que fue la fortaleza donde el líder de Al Qaeda estaba escondido. | AFP


1. ¿Por qué lo mataron?

Bin Laden "se resistió" a su captura. Pero estaba desarmado. ¿Qué quiere decir eso? El fundador de Al Qaeda nunca ha sido un combatiente y, para cualquiera que haya visto en algún momento a un Navy SEAL o a un paramilitar de la CIA resulta imposible pensar que éstos no puedan detener a un hombre de 54 años, inmovilizarlo, esposarlo, ponerle una capucha en la cabeza y meterlo en un helicóptero. El hecho de que la familia de Bin Laden estuviera en el segundo piso de la casa hace pensar que probablemente la lucha estaba ya bajo control de los estadounidenses cuando Bin Laden murió.

2. El objetivo ¿era matarlo o detenerlo?

John O. Brennan, el máximo asesor antiterrorista de la Casa Blanca, dice que "si hubiéramos tenido la oportunidad de tenerlo vivo, si hubiera habido alguna posibilidad, los individuos implicados en la acción lo habrían hecho". Pero, al mismo tiempo, afirma que "no íbamos a poner e nuestra gente en peligro". Si los Navy SEAL tuvieron tiempo para llevarse los ordenadores de Bin Laden, sus dos teléfonos móviles, y hasta 500 euros que estaban en el edificio, resulta imposible pensar, de nuevo, qué tipo de problema habrían tenido en llevarse a Osama vivo.

3. ¿Lo mataron a sangre fría?

Según la hija menor del terrorista, Safia, Bin Laden se rindió y los Navy SEAL le ordenaron que se tumbara en el suelo boca abajo. El terrorista obedeció y entonces le dispararon en la cabeza y en el pecho.

4. ¿Usó a su mujer como 'escudo humano'?

Primero, EEUU dijo que Bin Laden tenía un AK-47 y había usado a una de sus mujeres como escudo humano. El martes Washington negó ambas declaraciones.

5. ¿Qué papel jugaron los paramilitares de la CIA?

EEUU ha admitido que en el ataque no sólo participaron Navys SEAL (las Fuerzas Especiales de la Armada), sino también paramilitares de la CIA, aunque nadie sabe su papel.

6. ¿Qué le pasó al helicóptero abandonado en Abbottabad?

Primero, EEUU dijo que era un helicóptero pakistaní que había sido alcanzado por fuego de los militantes desde el edificio. Después, que era estadounidense. Ahora, la explicación oficial que se ha impuesto es que el helicóptero tuvo "un problema mecánico" y tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia exactamente en la casa donde estaba Bin Laden.

7. ¿Localizaron a Bin Laden como consecuencia del uso de torturas?

EEUU sabía que el camino hacia Bin Laden pasaba por sus mensajeros, ya que el fundador de Al Qaeda no usaba teléfonos móviles, porque éstos desvelan la situación de sus usuarios. Cuando Pakistán -o EEUU- arrestó al entonces 'número tres' de Al-Qaeda, Faraj al Libbi, éste dijo que había sido promovido a esa posición tras la detención de Jalid Sheij Mohamad, el 'cerebro' del 11-S, y que la noticia le había sido comunicada por un mensajero.

Dado que Sheij Mohamed tenía una carta de Bin Laden cuando fue detenido, en marzo de 2003, Estados Unidos decidió que el terrorista conocía a ese mensajero. Mohamed, que ya había sido torturado, fue sometido a ahogamientos simulados 183 veces en una cárcel secreta en Polonia. No está claro, sin embargo, si Mohamad delató al mensajero y, si lo hizo, si fue a consecuencia de las torturas, ya que, según la mayor parte de las informaciones, Mohamed sólo identificó al hombre dos años después, ya en Guantánamo, cuando no estaba siendo torturado.

8. ¿Envió Pakistán cazabombarderos contra los comandos de EEUU?

Pakistán ha declarado que, al no haber sido informado de la operación, envió cazabombarderos a Abbottabad, pero que éstos llegaron demasiado tarde. ¿Por qué tardaron tanto en llegar cuando el tiroteo se prolongó durante tres cuartos de hora? ¿Por qué Islamabad no envió tropas de su Academia Militar, situada a 500 metros de donde estaba teniendo lugar la batalla? ¿Pretendía Islamabad bombardear a los estadounidenses?

Sombras sobre la operación que liquidó a Bin Laden


El exlider de Al Qaeda ni iba armado ni utilizó a una mujer como escudo humano, según reconocieron ayer la CIA y la Casa Blanca.-Ex altos cargos de la Administración Bush atribuyen el éxito de la operación a técnicas de interrogatorio como el 'waterboarding'


La operación de comandos que acabó con la vida de Osama Bin Laden el pasado lunes en Pakistán ha sido un éxito militar sin apenas resquicios y en el plano político ha supuesto un logro sin precedentes para la presidencia de Barack Obama. Pero según pasan las horas, se van conociendo más detalles que ponen de relieve serias contradicciones entre los miembros del Gobierno estadounidense a la hora de relatar lo acaecido en esos 40 minutos de operación. La propia Casa Blanca ha sembrado las dudas en las últimas horas al adornar con nuevos detalles el relato de los hechos. Además, el supuesto uso de torturas para recopilar pistas sobre el paradero de Bin Laden, práctica reconocida anoche por el director de la CIA, Leon Panetta, pone en cuestión la política antiterrorista de Obama.

Restos del helicóptero
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Paquistaníes subidos a bordo de un camión que transporta los restos de un helicóptero del ejército de EEUU que se estrelló durante la operación.- MD NADEEM (EFE)



Según la última versión oficial, ofrecida por el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, el exlíder de Al Qaeda ni estaba armado ni empleó como escudo humano a una mujer cuando el comando de fuerzas especiales le disparó en la cabeza y en el pecho en su escondite de Abbottabad. Este relato contradice en parte la primera versión ofrecida por el principal asesor de seguridad del presidente, John Brennan, quien aseguró que Bin Laden "estuvo implicado en el tiroteo".

La pregunta que muchos se hacen ahora es por qué el comando optó por matar al terrorista internacional en vez de detenerlo. "Se resistió. El personal estadounidense en el terreno se manejó con la máxima profesionalidad y [Bin Laden] fue abatido en la operación por la resistencia que opuso", explicó Carney, quien añadió que el hecho de estuviera desarmado no modifica la calificación de resistencia, ya que "existen muchos modos de resistencia que esgrimir un arma".

En paralelo a estas declaraciones, el director de la CIA despejó anoche cualquier duda sobre la misión específica de los militares. "Teníamos autorización para matarlo, eso estaba claro. Pero también, si en el enfrentamiento [Bin Laden] de repente levantaba los brazos y se rendía, para capturarlo, si se hubiera dado la oportunidad. Pero eso no sucedió", explicó Panetta en declaraciones a la televisión NBC.

Estas últimas revelaciones han puesto a la Administración Obama a la defensiva y a la opinión pública ante la tesitura de si Washington exageró en un primer momento los elementos que rodearon la arriesgada operación terrestre con meros fines propagandísticos, informa The Washington Post.

Sin garantías de la presencia de Osama

Al mismo tiempo, detalles adicionales revelan que el asalto estuvo plagado de incertidumbres hasta el último momento. Panetta, que supervisó todo el operativo, ha reconocido que la inteligencia estadounidense nunca obtuvo fotografías ni recopiló otras pruebas que garantizaran que Bin Laden vivía dentro del complejo residencial atacado. Panetta ha asegurado a la revista Time que solo existía entre un 60 y un 80% de probabilidades de que Bin Laden se encontrara en la casa. "La verdad es que podríamos haber entrado allí y no haber encontrado a Bin Laden", ha admitido Panetta en otra entrevista con PBS NewsHour.

Pero las declaraciones más espinosas de Panetta fueron las relativas a la tortura, al asegurar que quizá ahora haya cuestiones "que deben someterse a debate". Quizá el modo en como se consiguió la información que ayudó a capturar al líder del terrorismo yihadista. Según sus declaraciones, la información obtenida de los detenidos en las cárceles secretas de la CIA, entre ellas Guantánamo, mediante la polémica técnica de asfixia simulada ayudó a trazar el plan que acabó con la vida de Bin Laden. Aunque en la entrevista, Panetta reconoce, que las claves que llevaron a los servicios de espionaje a hallar el escondite del líder de Al Qaeda procedieron de "muchas fuentes de información", y no sólo de ésta.

Preguntado por si en esas "técnicas de interrogación coercitivas" se incluía la asfixia simulada, el director de la CIA, que próximamente tomará el relevo a Robert Gates al frente del Departamento de Defensa, respondió: "Correcto".

Pese a todos estos riesgos, el presidente Obama decidió seguir adelante con la operación, porque al menos, según ha explicado el jefe de la CIA, valdría para obtener más información sobre el paradero del hombre más buscado del planeta. Obama arriesgó. Y esta vez, tras 10 años de operaciones frustradas, acertó.

Debate sobre el uso de la tortura

¿Fueron los brutales interrogatorios a detenidos determinantes para recopilar los datos que condujeron a la CIA hasta el refugio de Bin Laden?. La pregunta se la hace hoy el diario The New York Times cuando se cumplen dos días de la muerte del terrorista más buscado de la historia en una operación relámpago llevada a cabo por un comando de fuerzas especiales de la Armada de EE UU y en pleno debate sobre el empleo de la tortura en los interrogatorios a sospechosos de terrorismo.

Varios exresponsables del anterior Gobierno del presidente republicano George W. Bush han visto en la muerte de Bin Laden la ocasión perfecta para reivindicar la política de las conocidas como "técnicas de interrogatorio mejoradas", como el waterboarding o ahogamiento simulado, para obtener información de los detenidos. Entre ellos está John Yoo, un exresponsable del Departamento de Justicia y que en su día escribió los memorandos secretos en los que se justificaba el uso de estos interrogatorios brutales. "El presidente Obama puede reivindicar, con todo derecho, el éxito alcanzado hoy", escribe Yoo este lunes en la publicación National Review, "pero se lo debe a las duras decisiones tomadas en su día por la Administración Bush."

Pero si se analiza en detalle los interrogatorios a prisioneros, como The New York Times asegura que ha hecho, se llega a la conclusión de que las técnicas agresivas para obtener información privilegiada jugaron un pequeño papel a la hora de identificar al mensajero de confianza de Bin Laden, el kuwaití Abu Ahmad, clave para dar con el paradero del responsable del peor ataque contra EE UU desde la II Guerra Mundial.

Un detenido, que aparentemente fue objeto de algún interrogatorio puntual con dureza, ofreció una descripción crucial del correo de Bin Laden, según responsables de esos interrogatorios. Pero dos prisioneros que sufrieron en sus carnes las técnicas más agresivas -uno de ellos es Khalid Shaikh Mohammed, al que se le sometió a waterboarding hasta en 183 ocasiones- mintió y confundió a los servicios de inteligencia estadounidenses sobre la identidad del hombre de confianza del líder de Al Qaeda.

La discusión sobre el entramado de inteligencia que culminó en la localización de Osama ha reabierto un viejo debate en la política estadounidense sobre el uso de la tortura que ya acaparó todos los focos durante la presidencia de George W. Buh a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Tanto el exmandatario como muchos de sus antiguos colaboradores han argumentado durante años que el uso de la fuerza era necesario para persuadir a los detenidos de Al Qaeda y que confesaran. Uno de los pilares de la campaña que aupó a Barack Obama a la presidencia fue su frontal oposición a la tortura, que, en palabras del propio Obama, contradecía los principios de la Constitución estadounidense a cambio de muy poco o nada.

Glenn L. Carle, un agente retirado de la CIA que participó en interrogatorios a detenidos en 2002, ha asegurado, en conversación telefónica con el diario neoyorquino, que las técnicas coercitivas "no proporcionaron información útil, significativa ni fidedigna". Este antiguo funcionario ha admitido que algunos de sus colegas defienden las medidas pero que "todos estaban profundamente preocupados y la mayoría sentía que era un técnica antiamericana y que no funcionaba".

"La conclusión es la siguiente: si hubiéramos obtenido alguna prueba determinante gracias al empleo del waterboarding en 2003, habríamos capturado a Osama Bin Laden en 2003", ha resumido por su parte Tommy Vietor, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, un órgano consultivo que depende directamente de la presidencia. "Nos llevó años de trabajo de recolección y análisis de múltiples fuentes para identificar el campamento, y llegar a la conclusión de que Bin Laden vivía allí", ha asegurado este responsable.

Mientras, miembros del Ejecutivo de Obama, todavía embarcados en la euforia, intentan sortear una lucha partidista entre demócratas y republicanos sobre la tortura que puede acabar por minar el máximo logro hasta la fecha de Obama en política exterior.

martes, 3 de mayo de 2011

¿Un golpe mortal a Al Qaeda? Los expertos en EEUU discrepan



Fotógrafos en la puerta de la casa donde se encontró a Bin Laden. I AFP

Fotógrafos en la puerta de la casa donde se encontró a Bin Laden. I AFP

Ricard González | Washington


La satisfacción por la muerte de Bin Laden fue un sentimiento compartido ayer no sólo por la gran mayoría de la opinión pública y la publicada, si no también por parte de los expertos estadounidenses en política internacional. Sin embargo, entre los analistas, existen discrepancias notables a la hora de evaluar la relevancia y los efectos de la muerte del líder de Al Qaeda en la lucha que EEUU libra contra el terrorismo yihadista.

Estas son las opiniones de algunos de los más reputados expertos del país:

Fareed Zakaria, CNN

Este es un golpe enorme, devastador para Al Qaeda, que ya se había visto minada por la Primavera Árabe. No es una exageración decir que este es el final de Al Qaeda en cualquier sentido profundo de la palabra.

Al Qaeda no es una organización que tengas unos recursos masivos. No tiene un gran ejército. Al Qaeda era una idea y una ideología, simbolizada por la figura extremadamente carismática de Bin Laden. La Historia nos enseña que la pérdida del líder carismático, del símbolo, es extraordinariamente dañino para la organización. Es muy difícil mantener una organización de este tipo unida, sobre todo si no la apoya ninguna superpotencia.

Fred Kagan, American Enterprise Institute

La muerte de Osama Bin Laden es una consecución importante. Sin embargo, no marca el final de la lucha contra Al Qaeda, o aún menos, la lucha contra el islamismo. El cáncer de Al Qaeda hizo metastasi hace tiempo en Pakistán, la península Arábiga, y los musulmanes africanos. Los expertos que estudian esta organización han descrito hace tiempo su flexibilidad, y naturaleza descentralizada. Otros ataques anteriores han mostrado su capacidad de resistencia.

El momento actual de celebración es, por lo tanto, de gran peligro. No sólo los grupos [afiliados] de Al Qaeda buscarán venganza por la muerte de Bin Laden, sino que EEUU y sus socios se pueden engañar pensando que la guerra se ha acabado. Ellos podrían creer que podemos para de luchar ahora, y retirarnos de Irak, Afganistán, y de toda la región.

Michael O'Hanlon, Brookings Institution

Ojalá sea muy importante la muerte de Bin Laden, pero no creemos que así sea. Él se había convertido primordialmente en una inspiración, en un líder carismático, pero sin una capacidad operacional. De hecho, él nunca fue realmente el líder operacional, lo que correspondió siempre a Al Zawahiri, que desafortunadamente, continúa vivo.

Al Qaeda se ha convertido en un conglomerado de organizaciones con una base nacional, que actúan por libre, sin seguir órdenes de un liderazgo central. Bin Laden estaba escondido, no se comunicaba por teléfono o internet, no iba a las reuniones importantes. Él no era responsable directo de las acciones de los últimos años, sino que lo era en un sentido más amplio, como líder carismático. Y me temo que ese papel lo seguirá ejerciendo a pesar de estar muerto. Me preocupa su leyenda.

Anthony Cordesman, CSIS

Hemos de afrontar la realidad de que los factores sociales, políticos y religiosos que desataron la ameneaza terrorista y extremista continúan existiendo. Además, estos [factores] se han reforzado a ojos de los extremistas por la lucha en Irak y Afganistán, por las turbulencias en Oriente Medio y en los estados musulmanes, y por la ira hacia los regímenes locales y EEUU.

Es muy improbable que la muerte de Bin Laden, o incluso la destrucción de Al Qaeda puede eliminar la amenaza más amplia del extremismo y el terrorismo. Hay un riesgo serio que aquellos en Pakistán que se oponen a las acciones de EEUU en Pakistán contra los talibanes reaccionen con una nueva hostilidad al hecho de que EEUU llevó a cabo el ataque en suelo paquitaní. Y no había forma de encubrir este ataque.

Jonhathan Alter, Bloomberg

No sabemos hasta dentro de unos años las consecuencias de la muerte de Bin Laden para la política exterior de EEUU. Podría ser sólo transitoria. Pero parece que será un punto de inflexión, si no para el mundo, sí para el sentido de quien somos [los estadounidenses].

Los servicios de inteligencia habían fallado todos sus grandes exámenes desde los años 70, no fueron capaces de predecir la evolución del conflicto árabe-israelí, la invasión de Kuwait por parte de Irak ... Más recientemente, la CIA se creyó informes falsos sobre la tenencia de armas de destrucción masiva por Saddam Hussein.

Para cambiar este sentimiento, hacía falta un gran victoria, como conseguir a Bin Laden. Más allá de la política, se encuentra el intangible espíritu estadounidense. La muerte de Bin Laden no permitirá acabar la guerra contra Al Qaeda. Pero levantará el velo que nos ha afligido durante la última década. La vieja confianza que permitió batir a la Depresion [del 1929] y ganar la II Guerra Mundial no está muerta.

Fawaz Gerges, profesor de la London School of Economics

Aunque la muerte de Bin Laden es una victoria significativa para EEUU, Al Qaeda ya no es una organización potente. Bin Laden se ha convertido sólo en un símbolo de odio y violencia. Aunque los ataques suicidas continúan siendo la arma de Al Qaeda, su capacidad de proyectar su poder y llevar a cabo ataques complejos como los del 11-S se ha degradado considerablemente a pesar de las repetidas amenazas del pasado año de Al Zawahiri de que atacarían EEUU.

El ataque indiscriminado a civiles ha vuelto a la opinión pública musulmana contra las tácticas y la ideología de Al Qaeda. Para la mayoría de musulmanes, Al Qaeda ha traído la ruina a la ummah, o la comunidad musulmana global.

La decisión más difícil de Obama

La muerte de Bin Laden

La decisión más difícil de Obama

El presidente ordenó el asalto solo con el 60% de garantías de la presencia de Bin Laden en la casa y sin el consenso de su equipo - El terrorista estaba desarmado


Hubo momentos en que la Casa Blanca no tuvo información del comando

El mandatario meditó durante 16 horas antes de dar la orden de atacar

Era uno de esos instantes en los que está en juego toda una presidencia, y Obama lo afrontó con bastante audacia, teniendo en cuenta que el director de la CIA, Leon Panetta, aunque recomendaba la intervención, solo le daba un 60% de garantías de que el líder de Al Qaeda estuviera dentro de la mansión que se pensaba atacar.

"Yo le dije que, tomando todo en consideración, tenemos la mejor evidencia desde la batalla de Tora Bora, y eso nos dejaba claro que teníamos la obligación de actuar", recordó ayer Panetta en una entrevista.

Otros miembros del Gabinete de Obama no lo veían del mismo modo. El secretario de Defensa, Robert Gates, advirtió de las enormes dificultades de una operación terrestre y se inclinó por recomendar un bombardeo con aviones B-2, lo que hubiera asegurado la destrucción de la residencia de la ciudad de Abbottabad, a unos 60 kilómetros de Islamabad, sin los riesgos que comportaba la utilización de un comando.

Según la reconstrucción de los hechos que puede hacerse uniendo la información facilitada por distintas fuentes oficiales norteamericanas, Obama participó en cinco reuniones dedicadas a analizar este asunto. La primera, el 14 de marzo; la última, el jueves 28 de abril, que el presidente cerró, con toda la información disponible en la mano, solicitando tiempo para meditar en soledad el camino a tomar.

Tres alternativas

A lo largo de esos 40 días, se le habían presentado tres opciones: el asalto con comandos, el bombardeo con B-2 y una operación conjunta con fuerzas paquistaníes, lo que permitiría hacer los preparativos de forma más abierta y evitar el peligro de que el Ejército del país en el que había que actuar acabase atacando a lo que tendría que ser una fuerza invasora.

Panetta, según relató ayer, se manifestó en contra de esta última opción por la desconfianza que le ofrecían los militares y los servicios secretos paquistaníes, que siempre han hecho un doble juego en su actitud ante la guerra entre Estados Unidos y Al Qaeda. "Estaba decidido que cualquier intento de trabajar con los paquistaníes hubiera puesto en peligro la operación; podrían haber alertado al objetivo", ha confesado el director de la CIA.

Obama se interesó por la forma precisa en que sería ejecutado el bombardeo, que parecía la opción más sencilla. Fue informado por oficiales de la fuerza aérea de que, para asegurar la destrucción de la residencia y la muerte de sus ocupantes, sería preciso arrojar 32 bombas de una tonelada cada una, lo que hubiera provocado un cráter en el que hubiera sido casi imposible identificar restos humanos.

El presidente consideró que una acción así nunca habría servido para demostrar ante el mundo que Estados Unidos había abatido a Bin Laden, con lo que todo el esfuerzo hubiera resultado en vano. No le gustó la propuesta desde el principio, y la idea de ordenar la intervención de los SEAL, la fuerza de élite de la Armada asignada al Comando Conjunto de Operaciones Especiales, se abrió paso, pese a todos sus inconvenientes, como la única alternativa viable.

Ese mismo 28 de abril en el que Obama dio por concluidos los debates sobre lo que se denominaría Operación Gerónimo, apareció en público para presentar su certificado de nacimiento ante las dudas que habían hecho circular algunos de sus más acérrimos rivales políticos.

Operación sin absolutas garantías

Antes de ese día y de las reuniones en las que el presidente intervino, los principales responsables de seguridad habían ido acumulando pruebas sobre la presencia de Bin Laden en Abbottabad a partir del seguimiento hecho -no está claro si desde julio o agosto de 2010- al mensajero de Al Qaeda que había sido identificado por presos de Guantánamo. Era una buena cantidad de material, obtenido con aviones espía y agentes sobre el terreno, pero no lo suficiente como poder darle al presidente absolutas garantías de acierto.

El viceconsejero de Seguridad Nacional, Denis McDonough, que estuvo en la reunión del 29 de abril en la que Obama comunicó su decisión, admitió ayer que, cuando el presidente se sentó el domingo siguiente a las 2.05 de la tarde en la War Room de la Casa Blanca para seguir el relato que Panetta hacía de la operación en directo, "no tenía plena certeza" de lo que encontrarían en Abbottabad. "Tenía, eso sí, absoluta confianza en que su equipo había trabajado de forma eficaz", añadió McDonough.

Lo que vio Obama en la War Room a partir ese momento, según el relato facilitado ayer por el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, fue el descenso en dos helicópteros del comando de los SEAL sobre la residencia, su irrupción en la casa, donde mataron a dos hombres -al parecer, mensajeros- que ofrecieron resistencia, y su ascenso hacia la planta superior, donde encontraron y mataron a Bin Laden.

Carney aportó ayer algunas novedades sobre los detalles de la operación: Bin Laden estaba desarmado, la mujer -aparentemente, su esposa- tras la que se protegió no resultó muerta, como se dijo en un principio, sino únicamente fue herida en la pierna. El portavoz de la Casa Blanca dijo que el hecho de que Bin Laden estuviera desarmado no modifica la calificación de que ofreció resistencia, ya que "existen otros modos de resistencia que el de esgrimir un arma".

Concluida la operación militar, los miembros del comando registraron cuidadosamente el edificio y se incautaron de varios ordenadores y discos en los que los investigadores norteamericanos confían en encontrar pistas para perseguir a otros dirigentes de Al Qaeda. Uno de los helicópteros resultó averiado al rozar una valla de la mansión y fue destruido por los propios soldados norteamericanos, aunque no se sabe con seguridad si estos abandonaron después el lugar en el único helicóptero que quedaba disponible o se hizo uso de otros vehículos. Lo que sí confirmó la Casa Blanca es que el cuerpo de Bin Laden fue trasladado en helicóptero al portaaviones Carl Vinson, en el mar Arábigo, desde donde fue lanzado al mar después de cumplirse los ritos funerarios que exige el Corán.

Un icono del siglo XXI


El terrorista Osama bin Laden, muerto a los 54 años, tenía las cualidades que definen a la gente más peligrosa: fe en el propio destino, incapacidad para la duda y una considerable dosis de suerte



Algunos grandes personajes, pocos, hacen historia. Con más frecuencia es la historia, es decir, el azar y la lucha de la humanidad, quien hace grandes a ciertos personajes. Osama bin Laden formó parte de los gigantes accidentales. No fue un gran guerrero, ni un gran pensador, ni un gran estratega. Fue un hombre elocuente y minucioso que supo cabalgar sobre las circunstancias, sin que le faltaran las cualidades que suelen caracterizar a la gente más peligrosa: fe en el propio destino, incapacidad para la duda y una considerable dosis de suerte.

La invasión soviética de Afganistán es el punto de partida de su carrera terrorista

El 11-S convirtió al saudí en el hombre que había humillado a la superpotencia

Aunque causó terribles matanzas, su muerte habría merecido menos interés informativo sin ese icono fascinante que se confunde con su propio rostro y se repite una y otra vez, como si fuera la etiqueta del siglo XXI: la imagen de las Torres Gemelas devoradas por las llamas. Consiguió que los atentados del 11 de septiembre de 2001 se reprodujeran de forma continua gracias a la industria mediática y que, gracias a ello, el terror permaneciera fresco. Ese es el sueño de cualquier terrorista. En el ámbito del terror no importan tanto los números como el impacto. Y Osama bin Laden lo obtuvo.

Nació en Riad (Arabia Saudí) en 1957, dentro de una familia de humilde origen yemení que había acumulado inmensas cantidades de dinero gracias a la construcción. Dicen que su padre, analfabeto, fue un genio del cálculo y la ingeniería. De su padre recibió la herencia genética, el apellido y poco más, porque se divorció de su madre al poco de nacer él. Circula el rumor de que fue hijo ilegítimo. En cualquier caso, además de ser solo uno entre más de 50 hermanos y hermanastros, Bin Laden fue educado en Jedah por su madre, de origen sirio, y su padrastro, ejecutivo del grupo Bin Laden.

Se han elaborado diversas teorías sobre presuntos sentimientos de marginación y frustración que habrían derivado posteriormente en pulsiones destructivas. No encajan, sin embargo, con el recuerdo de quienes crecieron y jugaron con él. Esos testimonios hablan de un chico muy religioso, callado, tolerante, tímido, de carácter equilibrado, propenso a asumir el papel de organizador, pero no el de líder.

Siguió la tradición de los musulmanes píos y se casó muy joven, a los 17 años, con una mujer de 14: era la forma de evitar pecados carnales. Estudió gestión empresarial, sin llegar a licenciarse, en la Universidad Rey Abdelaziz, que eligió frente a otras más prestigiosas del extranjero para poder permanecer en Arabia Saudí y cerca de su madre.

Comienzos como 'guerrero santo'

El punto de inflexión en su vida llegó en 1979, con la invasión de Afganistán por la Unión Soviética. El palestino Abdulá Azzam (1941-1989), un teórico de la yihad (guerra santa) que había sido su profesor, le convenció para que se uniera a un grupo de muyahidin, o guerreros santos, y luchara contra los infieles comunistas en territorio afgano. Con el tiempo, Osama bin Laden se aficionó a relatar sus grandes hazañas bélicas y su calma sobrenatural ante el peligro. Pero en Afganistán no destacó como combatiente, sino como financiador y administrador.

Afganistán fue su escuela. Gracias a aquella guerra conoció al egipcio Ayman al Zawahiri, un cirujano políglota que pertenecía a la Yihad Islámica egipcia. Al Zawahiri transmitió a Bin Laden las ideas de Sayyid Qutb (1906- 1966), el gran ideólogo del islamismo integrista, y le ayudó a concebir una nueva forma de "guerra santa".

Para llegar a esa concepción, Bin Laden partió de premisas falsas y alcanzó conclusiones erróneas. Creyó que la derrota soviética en Afganistán se debía al heroísmo de un puñado de guerrilleros, olvidando el apoyo de Estados Unidos y de las potencias árabes y, sobre todo, el colapso interno de la URSS. Y dedujo que los muyahidin que regresaban a sus países de origen se constituirían en algo parecido a un ejército de reservistas que participaría en sucesivas guerras similares a la de Afganistán, hasta la caída de los regímenes infieles y la victoria final del islam. A eso se refería cuando empezó a utilizar la expresión Al Qaeda, "la red".

La siguiente experiencia de Bin Laden fue la guerra del Golfo en 1991. Tras la invasión de Kuwait por Sadam Husein ofreció al Gobierno de su país, Arabia Saudí, el hipotético "ejército de liberación" formado en Afganistán. El príncipe Sultán, que no tenía interés en ver su país anegado de guerrilleros extremistas y confiaba mucho más en la solvencia militar de sus aliados estadounidenses, le despachó con cierta displicencia. La llegada masiva de soldados occidentales a su país, ultrajando el país de Mahoma y La Meca, y el desprecio con que le había tratado su Gobierno, a él, un Bin Laden al fin y al cabo, le convencieron de que su misión en la vida consistía en derribar la dinastía corrupta de los Saud e implantar un nuevo régimen, auténticamente islámico, en Arabia Saudí. Con el tiempo, Al Zawahiri le inculcó que para acabar con los Saud y propiciar el triunfo islámico convenía "aplastar la cabeza de la serpiente", es decir, Estados Unidos.

Bin Laden ya era un hombre conocido. Las grabaciones de sus discursos se vendían en numerosos mercadillos musulmanes. Su voz pausada y suave y su árabe clásico, anticuado, que los oyentes solían definir como "reconfortante" porque les recordaba al de sus abuelos, tenía tanto impacto como el propio mensaje, un batiburrillo de teología, teorías conspirativas y odio hacia Occidente e Israel. Las palabras de Bin Laden caían sobre terreno abonado: la frustración de los árabes era la misma que ahora, en otro contexto, ha estallado en revueltas internas.

Primer atentado

Organizó su primer atentado en el hotel Gold Mihor de Adén (Yemen), en 1992, con el resultado de dos muertos. Como algunos de sus seguidores no se mostraban convencidos de que matar a inocentes fuera realmente piadoso, desarrolló junto a Al Zawahiri una innovación teológica según la cual las víctimas realmente inocentes iban directamente al paraíso, por lo que se les hacía un favor.

Osama bin Laden, privado de la ciudadanía saudí en 1994, se vio obligado a exiliarse en Sudán; en 1998, la presión estadounidense indujo al Gobierno de Jartum a expulsarle y Bin Laden volvió a Afganistán, donde cortejó a un jefe talibán, el mulá Omar, hasta obtener su protección.

Como el "ejército de reservistas" y las guerras de liberación que había ideado Bin Laden no llegaron a existir, se impuso la concepción puramente terrorista, inspirada en las tácticas libanesas, de Al Zawahiri, al que todos los testimonios señalan como auténtico jefe operativo de Al Qaeda. Bin Laden, sin embargo, fue el hombre al que la CIA designó, ya en tiempos de Bill Clinton, como enemigo número uno y cerebro del terrorismo mundial. Eso le ayudó a convertirse en una celebridad y a hacer de la Al Qaeda original, un grupo escaso que intentaba, sin éxito, conseguir armas de destrucción masiva, una "denominación de origen" a la que podían acogerse islamistas violentos de cualquier país, desde escindidos del FIS argelino a guerrilleros indonesios.

Osama bin Laden no fue quien eligió las Torres Gemelas de Manhattan como objetivo emblemático; eso se le ocurrió a Ramzi Yusef, un kuwaití, veterano de Afganistán, que organizó el primer atentado, el de 1993. Tampoco ideó el uso de aviones comerciales como misiles, una opción que ya circulaba por los mentideros cibernéticos del islamismo radical. Lo que aportó Bin Laden fue una planificación minuciosa, de casi dos años, y lo que, de forma perversa, podría llamarse suerte: ni él mismo esperaba que las torres colapsaran por los impactos.

El 11 de septiembre de 2001, Osama bin Laden se convirtió en el hombre que había humillado a la hiperpotencia estadounidense. Eso le proporcionó una estatura mítica entre millones de musulmanes descontentos. Pero fue la reacción del Gobierno de Washington y de la propia sociedad estadounidense, que volcó sobre él todos sus miedos, la que hizo de Osama lo más parecido a un genio supremo del mal. Bastaba invocar su nombre y el de Al Qaeda para infundir terror. ¿Qué mejor paraguas para cualquier terrorista?

Los principales atentados de Al Qaeda

- 26 de febrero de 1993. Seis personas mueren al estallar una furgoneta bomba en un aparcamiento subterráneo del World Trade Center, en Nueva York. Según los servicios secretos de EE UU, este fue el primer gran atentado de la red de Osama bin Laden.

- 25 de junio de 1996. Una bomba en un camión de combustible mata a 19 soldados norteamericanos y hiere a casi 400 personas en una academia militar de EE UU en Khobar (Arabia Saudí). Tras este atentado, Bin Laden lanza desde Afganistán una declaración de guerra contra los americanos que ocupaban el territorio sagrado de los musulmanes.

- 7 de agosto de 1998. Un doble atentado con camiones bomba en las Embajadas de EE UU en Nairobi (Kenia) y Dar es Salaam (Tanzania) mata a 224 personas, entre ellas 12 norteamericanos. Dos semanas después, el presidente de EE UU, Bill Clinton, ordena el lanzamiento de misiles de crucero contra campos de entrenamiento de Al Qaeda en Afganistán y contra una planta industrial en Sudán.

- 12 de octubre de 2000. Un ataque con bombas contra el buque de guerra Cole de la Marina de EE UU en el puerto de Adén (Yemen) mata a 17 soldados norteamericanos.

- 11 de septiembre de 2001. Al Qaeda perpetra en EE UU el mayor atentado terrorista de la historia, causando 2.976 muertos. Dos aviones secuestrados por terroristas impactan contra las Torres Gemelas en Nueva York, otro avión se estrella en Pensilvania y se produce un ataque contra el Pentágono. El 7 de octubre, EE UU inicia la Operación Libertad Duradera contra Al Qaeda y el régimen talibán en Afganistán.

- 11 de abril de 2002. Explota una camioneta bomba cerca de la sinagoga Ghriba en la isla de Yerba (Túnez), que mata a 21 personas, la mayoría extranjeros, y hiere a otras 30. Al Qaeda se atribuye la responsabilidad.

- 12 de octubre de 2002. Un atentado contra una discoteca en Bali (Indonesia) mata a 202 personas, la mayoría turistas. El grupo Jemaah Islamiyah, vinculado a Al Qaeda, reivindica el ataque.

- 11 de marzo de 2004. Diez explosiones en cuatro trenes de Madrid causan 192 muertos y 1.800 heridos en un atentado atribuido al Grupo Islámico Combatiente Marroquí, vinculado a la red de Bin Laden.

- 9 de noviembre de 2005. Un múltiple atentado contra tres hoteles en Ammán (Jordania) causa 57 muertos.

- 7 de julio de 2005. Cuatro terroristas suicidas en el metro y en un autobús en Londres causan 52 muertos y 700 heridos.

- 11 de diciembre de 2007. Un atentado mata a 41 personas en las oficinas de la ONU en Argel.

Un alivio para el mundo occidental e islámico: expertos

Un alivio para el mundo occidental e islámico: expertos
Pool, Reuters, Estados Unidos | En diciembre de 2001, tres meses después del ataque Al Qaeda al World Trade Center, en Nueva York, un oficial de la Marina estadounidense marca a Osama Bin Laden como objetivo.


DE LOS PRIMEROS análisis se desprende que Al Qaeda queda herida, pero lejos de desaparecer. No obstante, la red terrorista pierde terreno frente a protestas pacíficas como las del norte de África.

Jorge Iván Posada Duque | Medellín | Publicado el 3 de mayo de 2011
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Estados Unidos no se va a rendir en su lucha contra el terrorismo e intentará acabar con Al Qaeda. Es la afirmación en la que coincidieron tres analistas consultados por EL COLOMBIANO después que Osama Bin Laden fuera dado de baja por la CIA en Pakistán.

No solo hay júbilo en el pueblo estadounidense por la muerte del líder de Al Qaeda, sino en el mundo musulmán, que siempre rechazó el activismo terrorista que envileció muchos movimientos asiáticos y que puso un muro simbólico que separó a Occidente del islamismo.

"Este hecho no solo es importante para Estados Unidos sino para el mundo musulmán porque gracias a los actos terroristas de Osama Bin Laden, el Islam ha tenido una mala imagen ante la opinión pública internacional", aseguró Hasan Türk, profesor de Relaciones Internacionales y Estudios Orientales de la Universidad de Antioquia.

A su vez Türk aseguró que gran parte de los países islámicos rechazan el proyecto de Al Qaeda y que el activismo político actual quiere derrotar las tiranías en sus naciones de manera pacífica.

Posición que compartió Juan David Escobar, docente de Geopolítica de la Universidad Eafit. "Lo que evidencia es que el proyecto de Al Qaeda como tal está derrotado y las manifestaciones políticas en el norte de África y en el Medio Oriente, son una señal de que la gente no quería a Al Qaeda, es un rechazo al proyecto político y terrorista", dijo Escobar.



Futuro de Al Qaeda
Sin embargo, cuando ondean las banderas de la victoria sobre el símbolo del terrorismo mundial, los platillos que vaticinan el fin de Al Qaeda están lejos de resonar.

Aniquilada su cabeza visible, esta red de células de activistas fanáticos tendría la capacidad de sobrevivir y continuar con sus ataques.

"No es el fin de Al Qaeda porque Bin Laden venía cumpliendo un papel más simbólico que real. Y finalmente es muy difícil decir que es el fin porque es una organización que funciona en red y su misma naturaleza permite que se reproduzcan las células", explicó el profesor Escobar.

Células que son apoyadas por sectores islamistas en Pakistán, Irak y Afganistán. "El hecho de que Estados Unidos haya invadido a Irak y haya cometido errores atacando a civiles llevó a que Bin Laden fuera protegido y apoyado en Pakistán", aseguró Hasan Türk.

Situación que fue replanteada por los movimientos ciudadanos del Norte de África y de Medio Oriente que rechazan la injerencia de Al Qaeda que quiere tomar aires en el hervor político que se vive en estos países.

"Bin Laden no era un líder operacional de Al Qaeda, era más un símbolo de lo que está organización quería hacer en contra de los Estados Unidos. Las consecuencias son más simbólicas, para decir que va a cambiar mucho lo que está pasando en Medio Oriente", dijo Emilio Viana, docente de la Universidad de Washington y experto en temas de Medio Oriente y Norte de África.

Conflictos en Medio Oriente
Tampoco son claras las consecuencias que tendrá en el Medio Oriente la muerte de Bin Laden, una región donde Estados Unidos tiene miles de tropas en Irak y Afganistán que buscan liquidar a Al Qaeda, y en donde los movimientos extremistas islámicos libran una lucha a muerte contra el mundo Occidental.

"Habrá un cambio de las relaciones entre Estados Unidos y el Medio Oriente. Pero tendrá muy poca influencia sobre lo que está pasando allí porque Bin Laden no tenía ninguna influencia, él ya estaba olvidado", relató el profesor Viana.

Por ejemplo, en Afganistán, donde los Estados Unidos centraron sus ataques en contra de Bin Laden desde 2001, la guerra que actualmente libra contra los talibanes está condicionada a factores que estaban lejos del líder terrorista cuando se escondía en Pakistán.

"No todos estaban a la cabeza de Bin Laden o con vínculos con Al Qaeda y la misma configuración tribal, obedece a unas luchas étnicas y por poder. Es muy difícil pensar que va haber un cambio radical en esta lucha de 10 años", dijo Juan David Escobar.

Gratitud en la comunidad musulmana de EE UU


Lo importante para ellos es la muerte de Bin Laden y no consideran su enterramiento un problema

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El mismo día en que Osama Bin Laden murió en una casa de un millón de dólares de un adinerado suburbio de Islamabad, los talibán enviaron a un niño de 12 años a que se suicidara con una bomba y matara así a cuatro personas en un atentado terrorista en Afganistán. Representantes de las principales organizaciones islámicas de Estados Unidos, un país en el que viven 2,4 millones de musulmanes, respondieron este lunes con ese hecho a la pregunta de hasta qué punto les importa el modo en que la Casa Blanca se haya deshecho del cuerpo del líder de Al Qaeda.

La respuesta, expresada de otro modo, es que su enterramiento no es un problema. Lo que importa es su muerte, que es una buena noticia para todos los musulmanes moderados de EE UU. Para ellos Bin Laden no era nadie que representara una corriente mayoritaria del Islam. Era en sí mismo una minoría violenta. "No hemos visto, en la primavera árabe de estos pasados meses en Egipto o Túnez, eslóganes de homenaje a Bin Laden, ni quema de banderas americanas o israelíes. Bin Laden se representaba a sí mismo. Fueron unas revoluciones en las que se pidió dignidad para la gente, libertad y derechos humanos", aseguró en una comparecencia aquí en Washington Haris Tarin, director de la organización Muslim Public Affairs Council.

"Estamos agradecidos al presidente Barack Obama por haber cumplido su promesa y por haberle devuelto la esperanza y haberles ofrecido un alivio a los familiares de aquellos fallecidos en los ataques de Bin Laden", dijo el imam Mohamed Magid, presidente de la Islamic Society of North America. "Ahora rezamos para que curen las heridas de la devastación que provocó el terrorista. Las operaciones del gobierno, sin embargo, demuestran la firmeza con que se han tomado las medidas necesarias para respetar los ideales que Bin Laden quería destruir".

Aun así, estos grupos musulmanes advierten de las posibles acciones futuras de aquellos radicales a los que Bin Laden haya podido inspirar. "Bin Laden era el portaestandarte de una clase específica de terrorismo, que puede incrementar en los próximos meses sus ataques", aseguró Haris Tarin. "Aun así, es un hecho que su apoyo en el mundo islámico estaba en franco declive". Según recientes encuestas del centro de estudios Pew, el apoyo de Bin Laden en Pakistán se redujo de un 52% en 2005 a un 18% en 2010. Era en los territorios palestinos donde gozaba de una mayor popularidad, con un 34% de los apoyos.

La Casa Blanca no ha dado información detallada de cómo se ha librado del cuerpo de Bin Laden, más allá de que ha sido lazado al océano. La tradición islámica pone un especial énfasis en los enterramientos en tierra. Los representantes de los grupos islámicos aquí en EE UU han querido restarle importancia al asunto. "Al Qaeda nos ha tenido preocupados durante muchos años. Hemos recibido informaciones de nuevos ataques terroristas y asesinatos a diario. No es nuestra intención centrarnos en debates teológicos de esa naturaleza", aseguró Sayyid Syeed, de la organización Islamic Society of North America.

"Estamos hablando de alguien que ha considerado objetivos terroristas a todos los americanos, que ha pedido que se vierta la sangre de los norteamericanos de cualquier credo, incluidos los musulmanes. Es alguien cuya doctrina llevó a la muerte ayer a un niño de 12 años y que dijo que los musulmanes que no pensaran como él eran herejes. Nos preocupa más el hecho de que se haya acabado con él que entrar en esa discusión sobre su enterramiento", añadió Sayyid. Estos líderes musulmanes destacaron que Bin Laden no murió en una cueva en Tora Bora, donde se suponía que pasada sus días tras el 11-S. No sufría por su fe en escondites remotos. Vivía en un complejo fortificado en un barrio de lujo mientras mandaba a niños y jóvenes a morir por sus ideas.