jueves, 21 de abril de 2011

Sarkozy propone intensificar los ataques aéreos contra el Ejército libio


Italia se suma a Francia y Reino Unido en el envío de asesores militares a Bengasi.- Naciones Unidas advierte del peligro de confundir una misión humanitaria con una operación bélica


El presidente francés, Nicolas Sarkozy, recibió ayer en el Elíseo al líder del Consejo Nacional de Transición libio, Mustafá Abdelyalil, al que trasladó su intención de aumentar los esfuerzos para ayudar a los rebeldes, enfrascados en su guerra contra el régimen de Muamar el Gadafi. En concreto, prometió intensificar los bombardeos, iniciados hace ya un mes por la Alianza. París reiteró sin embargo que no enviará tropas de combate, aunque confirmó el envío de un pequeño número de militares -"menos de 10"- para aconsejar a los insurrectos.


Tim Hetherington, fotógrafo y director de la cinta 'Restrepo', muere en Misrata

Los insurgentes reclaman un mayor reconocimiento internacional

Es la tercera vez que Sarkozy, primer líder en reconocer diplomáticamente a la oposición libia, recibía a representantes del Consejo, pero la primera a la que se desplazaba su presidente, el exministro de Justicia Abdelyalil. Tras un encuentro de unos tres cuartos de hora, el líder rebelde explicó que acudió a París para pedir al Gobierno que "intensificara el apoyo prestado a la revolución libia", y anunció que ha invitado al presidente francés a desplazarse hasta Bengasi, bastión de los rebeldes. "Creo que sería importante para la moral de la revolución", recalcó, tras recordar que Francia apoyó al movimiento desde su inicio.

La comitiva rebelde obtuvo la promesa del mandatario francés de que intensificará los bombardeos, iniciados hace un mes por Francia, EE UU y Reino Unido, para tratar de desatascar la situación sobre el terreno. Las circunstancias son particularmente críticas en Misrata, a 200 kilómetros al este de Trípoli, donde los rebeldes están cercados por las fuerzas leales al dictador. En esta ciudad se registraron los más encarnizados combates de la jornada. Al menos cinco civiles murieron en un ataque con mortero. También fallecieron allí dos fotógrafos, Tim Hetherington yChris Hondros. mientras otros dos reporteros resultaron heridos en los combates.

El ministro de Defensa italiano, Ignazio la Russa, confirmó que en línea con Francia y Reino Unido, su país enviará al menos una decena de militares para asesorar a los rebeldes. "Iremos allí donde nos indiquen y donde sean necesarias condiciones de seguridad para dar a los rebeldes conocimientos útiles para hacer frente a un Ejército profesional como el de Gadafi", dijo La Russa. El ministro abogó por intensificar la operación militar aérea en Libia.

Pero los analistas advierten de que los bombardeos aéreos están abocados al fracaso, debido a la dificultad de distinguir a los rebeldes de los leales a Gadafi. Entrevistado por Le Point, Jean-Patrick Gaviard, general de la aviación francesa y asesor de la OTAN, explica que Gadafi "ha entendido rápidamente que sus tanques y vehículos blindados son muy vulnerables y ha embarcado a sus tropas a bordo de camiones muy difíciles de distinguir de los de la insurgencia". El resultado es que "la diferenciación para no atacar vehículos amigos es cada vez más compleja". París mantiene su negativa de enviar tropas. "La postura de Francia es simple: no contemplamos soldados en el terreno, de ninguna manera y bajo ninguna forma", indicó François Baroin, portavoz del Gobierno.

Ante el anuncio de Francia, Italia y Reino Unidos de enviar a sus asesores militares, Naciones Unidas ya se ha puesto en guardia. La vicesecretaria general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Valerie

Amos, ha advertido contra la confusión entre las operaciones militares y las misiones humanitarias en el país. "Nuestra responsabilidad, en estos momentos, es garantizar que nuestra ayuda se ofrece de forma imparcial", ha comentado.

En su opinión, las patrullas militares podrían poner en riesgo a los cooperantes y el reparto de ayuda. "Tenemos que ser extremadamente cuidadosos con eso y asegurarnos de que no se difuminan", añade Amos en declaraciones recogidas por la BBC, después de llegar de una visita a Libia.

Amos ha matizado que, a pesar de que los suministros humanitarios están llegando a las dos partes en conflicto, sin un alto el fuego el acceso a estas zonas queda siempre condicionado a la intensidad de la violencia. Si la situación de seguridad no lo permite, adelanta que la ONU pedirá apoyo militar a la

UE con el fin de abrir las rutas humanitarias.

Reconocimiento internacional

La escalada en la campaña de la OTAN que prometen París y Roma es una de las recurrentes peticiones del Consejo Nacional, pero este Gobierno transitorio pretende obtener algo más: ser reconocido formalmente como el legítimo representante de Libia, como ya anunciaron Francia, Catar e Italia. "Necesitamos que lo hagan Reino Unido y EE UU, porque ello ayudaría a resolver problemas legales y debilitaría la oposición a la campaña de la OTAN por parte de Rusia y China", aseguró Mustafá Gheriani, portavoz del Consejo. Abdulyalil no mencionó en París el asunto del reconocimiento, pero dejó muy clara su posición. "Los acuerdos económicos futuros se pactarán con quienes nos proporcionen ayuda hoy".

Uno de los problemas más acuciantes que afrontan los dirigentes políticos sublevados contra Gadafi es la imposibilidad de exportar petróleo para recaudar las divisas que sufraguen el esfuerzo bélico en una coyuntura de parálisis económica total. El Consejo de Seguridad de la ONU incluyó en la lista de empresas sometidas a sanciones a todas las sociedades petroleras libias, agrupadas bajo la National Oil Company. Una de ellas, Agoco, productora de un tercio del crudo que se extrae en Libia, tiene su sede en Bengasi y ha cortado toda relación con Trípoli y el régimen de Gadafi. El objetivo es excluir Agoco de la lista de empresas porque en el comité de sanciones están representados todos los miembros del Consejo de Seguridad, y Rusia no se cansa de repetir que la OTAN está violando el mandato de la ONU al respaldar a los rebeldes.

El régimen sirio exagera el peligro del islamismo para deslegitimar la protesta


La oposición convoca marchas para mañana en todo el país, incluida Damasco

ENRIC GONZÁLEZ - Jerusalén - 21/04/2011

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La crisis siria se hace cada día más grave y compleja. Numerosos testimonios de ciudadanos en Homs, Deraa y otras ciudades aseguran que grupos islamistas armados aprovechan las manifestaciones contra la dictadura para fomentar el caos, y que en algunas mezquitas se escuchan soflamas incendiarias e invocaciones a la yihad, la guerra santa.

    Damasco
    Siria

    Siria

    A FONDO

    Capital:
    Damasco.
    Gobierno:
    Régimen Militar.
    Población:
    19,747,586 (est. 2008)

Varios testimonios aseguran que en algunas mezquitas se invoca a la yihad

Ciudadanos que desean reformas temen que el país se hunda en el caos

La muerte a tiros de un general del Ejército y de sus dos hijos el pasado domingo, en Homs, parece confirmar que las protestas por la falta de libertades y de empleo se combinan con una revuelta religiosa que reclama un Gobierno islámico.

Mahmud Issa, un dirigente de la oposición al régimen, fue detenido ayer de madrugada en Homs por haber puesto en duda, durante una entrevista con la televisión catarí Al Yazira, que el general y sus hijos hubieran sido tiroteados por milicianos islamistas. Issa pidió que se abriera una investigación sobre los hechos, lo que, según la Liga Siria de los Derechos Humanos, enfureció a los familiares del general, enterrado ayer mismo. El director de la Liga, Mazen Darwish, explicó que la familia amenazó a Issa y luego exigió a la policía que le detuviera.

El Gobierno de Bachar el Asad insiste desde el inicio de la crisis en que existe una sublevación armada salafista (musulmanes suníes radicales que solo aceptan la ley coránica), pero la policía, hasta ahora, solo ha matado a manifestantes desarmados, al menos 230 según los recuentos más conservadores. El régimen, que veta la presencia de periodistas y practica una política de absoluta opacidad informativa, no ha presentado ninguna prueba que confirme la presencia de bandas islamistas con armas en la mano.

Muchísimos sirios deseosos de reformas y de mayores márgenes de libertad temen, en cualquier caso, que aumente la violencia y el país se hunda en el caos. Aún se recuerda la sublevación islamista de finales de los setenta, que Hafez el Asad, padre del actual presidente, ahogó en sangre en 1982 destruyendo con aviación y artillería la ciudad de Hama y dejando entre las ruinas entre 10.000 y 20.000 cadáveres. La diversidad de sectas religiosas en el país (mayoría suní, élite chií alauí, cristianos de diversas confesiones), el recelo ante las tendencias secesionistas de la minoría kurda y la proximidad del caos iraquí podrían llevar a Siria a una guerra civil con múltiples bandos, similar a la que destrozó Líbano a partir de 1975.

En cualquier caso, las manifestaciones contra el régimen de El Asad no amainaban. Varios miles de estudiantes y jóvenes desfilaron ayer en torno a la mezquita de El Omari, en Deraa, la ciudad donde a mediados de marzo comenzaron las protestas. En Alepo, al norte, grupos de estudiantes contrarios a El Asad se enfrentaron con grupos de fieles al régimen y hubo disturbios dentro de la universidad y en las calles próximas, según France Presse.

El anuncio de que el Gobierno había aprobado la derogación del estado de excepción, vigente desde 1963, lo que en teoría debería privar al régimen de sus instrumentos más represivos (detenciones arbitrarias, torturas, censura, prohibición de actos públicos), no convenció a casi nadie. Era difícil de creer que Bachar el Asad fuera a moderar el comportamiento de su aparato policial, porque el envío a la Asamblea del proyecto de derogación coincidió con una actuación brutal de las fuerzas de seguridad en Homs y con la muerte de una docena de manifestantes.

El viernes se perfilaba como una fecha crucial. En numerosas ciudades, incluida Damasco, habían sido convocadas manifestaciones y la oposición esperaba que la indignación por el comportamiento de la policía animara a cientos de miles de personas a salir a la calle. Por otra parte, circulaban por Internet amenazas contra la minoría cristiana, presuntamente emitidas por grupos salafistas, y en ellas se anunciaba que mañana se producirían "castigos a los infieles". Era imposible saber si las amenazas eran verídicas o una maniobra de los servicios secretos sirios para atemorizar a los cristianos y atraerlos hacia la relativa seguridad del actual régimen.

martes, 19 de abril de 2011

Secret memos expose link between oil firms and invasion of Iraq

Ahora sabemos por qué inglaterra invadio a Iraq

By Paul Bignell

Tuesday, 19 April 2011

A British Army soldier investigates a large fire near Basra's Shuiba refinery

Reuters

A British Army soldier investigates a large fire near Basra's Shuiba refinery



Plans to exploit Iraq's oil reserves were discussed by government ministers and the world's largest oil companies the year before Britain took a leading role in invading Iraq, government documents show.

Graphic: Iraq's burgeoning oil industry

The papers, revealed here for the first time, raise new questions over Britain's involvement in the war, which had divided Tony Blair's cabinet and was voted through only after his claims that Saddam Hussein had weapons of mass destruction.

The minutes of a series of meetings between ministers and senior oil executives are at odds with the public denials of self-interest from oil companies and Western governments at the time.

The documents were not offered as evidence in the ongoing Chilcot Inquiry into the UK's involvement in the Iraq war. In March 2003, just before Britain went to war, Shell denounced reports that it had held talks with Downing Street about Iraqi oil as "highly inaccurate". BP denied that it had any "strategic interest" in Iraq, while Tony Blair described "the oil conspiracy theory" as "the most absurd".

But documents from October and November the previous year paint a very different picture.

Five months before the March 2003 invasion, Baroness Symons, then the Trade Minister, told BP that the Government believed British energy firms should be given a share of Iraq's enormous oil and gas reserves as a reward for Tony Blair's military commitment to US plans for regime change.

The papers show that Lady Symons agreed to lobby the Bush administration on BP's behalf because the oil giant feared it was being "locked out" of deals that Washington was quietly striking with US, French and Russian governments and their energy firms.

Minutes of a meeting with BP, Shell and BG (formerly British Gas) on 31 October 2002 read: "Baroness Symons agreed that it would be difficult to justify British companies losing out in Iraq in that way if the UK had itself been a conspicuous supporter of the US government throughout the crisis."

The minister then promised to "report back to the companies before Christmas" on her lobbying efforts.

The Foreign Office invited BP in on 6 November 2002 to talk about opportunities in Iraq "post regime change". Its minutes state: "Iraq is the big oil prospect. BP is desperate to get in there and anxious that political deals should not deny them the opportunity."

After another meeting, this one in October 2002, the Foreign Office's Middle East director at the time, Edward Chaplin, noted: "Shell and BP could not afford not to have a stake in [Iraq] for the sake of their long-term future... We were determined to get a fair slice of the action for UK companies in a post-Saddam Iraq."

Whereas BP was insisting in public that it had "no strategic interest" in Iraq, in private it told the Foreign Office that Iraq was "more important than anything we've seen for a long time".

BP was concerned that if Washington allowed TotalFinaElf's existing contact with Saddam Hussein to stand after the invasion it would make the French conglomerate the world's leading oil company. BP told the Government it was willing to take "big risks" to get a share of the Iraqi reserves, the second largest in the world.

Over 1,000 documents were obtained under Freedom of Information over five years by the oil campaigner Greg Muttitt. They reveal that at least five meetings were held between civil servants, ministers and BP and Shell in late 2002.

The 20-year contracts signed in the wake of the invasion were the largest in the history of the oil industry. They covered half of Iraq's reserves – 60 billion barrels of oil, bought up by companies such as BP and CNPC (China National Petroleum Company), whose joint consortium alone stands to make £403m ($658m) profit per year from the Rumaila field in southern Iraq.

Last week, Iraq raised its oil output to the highest level for almost decade, 2.7 million barrels a day – seen as especially important at the moment given the regional volatility and loss of Libyan output. Many opponents of the war suspected that one of Washington's main ambitions in invading Iraq was to secure a cheap and plentiful source of oil.

Mr Muttitt, whose book Fuel on Fire is published next week, said: "Before the war, the Government went to great lengths to insist it had no interest in Iraq's oil. These documents provide the evidence that give the lie to those claims.

"We see that oil was in fact one of the Government's most important strategic considerations, and it secretly colluded with oil companies to give them access to that huge prize."

Lady Symons, 59, later took up an advisory post with a UK merchant bank that cashed in on post-war Iraq reconstruction contracts. Last month she severed links as an unpaid adviser to Libya's National Economic Development Board after Colonel Gaddafi started firing on protesters. Last night, BP and Shell declined to comment.

www.fuelonthefire.com

Not about oil? what they said before the invasion

* Foreign Office memorandum, 13 November 2002, following meeting with BP: "Iraq is the big oil prospect. BP are desperate to get in there and anxious that political deals should not deny them the opportunity to compete. The long-term potential is enormous..."

* Tony Blair, 6 February 2003: "Let me just deal with the oil thing because... the oil conspiracy theory is honestly one of the most absurd when you analyse it. The fact is that, if the oil that Iraq has were our concern, I mean we could probably cut a deal with Saddam tomorrow in relation to the oil. It's not the oil that is the issue, it is the weapons..."

* BP, 12 March 2003: "We have no strategic interest in Iraq. If whoever comes to power wants Western involvement post the war, if there is a war, all we have ever said is that it should be on a level playing field. We are certainly not pushing for involvement."

* Lord Browne, the then-BP chief executive, 12 March 2003: "It is not in my or BP's opinion, a war about oil. Iraq is an important producer, but it must decide what to do with its patrimony and oil."

* Shell, 12 March 2003, said reports that it had discussed oil opportunities with Downing Street were 'highly inaccurate', adding: "We have neither sought nor attended meetings with officials in the UK Government on the subject of Iraq. The subject has only come up during conversations during normal meetings we attend from time to time with officials... We have never asked for 'contracts'."