miércoles, 12 de octubre de 2011

La primavera árabe inflama la rivalidad histórica irano-saudí


Los cables de Wikileaks revelaron que Riad pidió bombardear Irán, será que Arabia saudí y estados unidos están planeando un ataque a Irán y con esa acusación pueden atacar a ese país.

Ahmadineyad y el rey saudí Abdalá en una foto de 2007 / AP/SAUDÍ PRESS AGENCY


La primavera árabe, que ha lanzado a millones de jóvenes a la calle para pedir democracia y libertad y ha acabado ya con tres dictadores, ha inflamado también la rivalidad histórica existente entre Irán y Arabia Saudí, cuyos dirigentes temen las consecuencias que estas revueltas puedan tener en su área de influencia y sobre todo en el interior de ambos regímenes autoritarios.

El antagonismo entre Irán (de población persa) y Arabia Saudí (árabe) tiene, por supuesto raíces en la diferencia étnica, pero también en la religiosa, ya que ambos se consideran depositarios de la verdadera fe desde el mismo momento en que murió Mahoma. El enfrentamiento por la herencia del profeta dio origen a las dos grandes ramas del islam: suní y chií. Las estrategias distintas que cada uno defiende hacia sus grandes reservas de hidrocarburos -Arabia Saudí tiene las mayores del mundo- no hacen más que añadir leña al fuego.

La relación entre los dos países ribereños del golfo Pérsico se deterioró considerablemente tras el derrocamiento de la dinastía Pavlevi en Irán y la toma del poder por el imán Jomeini, en 1979. La Casa de Saud que reina en Riad desde 1932, después de haber logrado unificar buena parte de la península Arábiga, se sintió amenazada por el régimen de los ayatolás. El apoyo de la monarquía saudí a Irak durante la sangrienta contienda que le enfrentó a Irán (1980-1988), tampoco ayudó a mejorar el clima entre Teherán y Riad.

Sin embargo, han sido estos últimos meses los que más han enrarecido las relaciones. El régimen saudí ha acusado al presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, de apoyar la revuelta de la minoría chií que se concentra en la Provincia Oriental del reino. Mientras tanto, la conservadora monarquía ha tratado de aplacar el malestar de su población conimportantes concesiones económicas, un notable impulso a la construcción de viviendas sociales y el compromiso de atender algunas de las reivindicaciones de la mujer, como la concesión del voto para las próximas elecciones municipales, que se celebrarán dentro de cinco años.

Irán ha tenido razones, incluso más evidentes, para poner freno a cualquier acercamiento a su vecino, con el que no comparte frontera terrestre. Los cables de Wikileaks -publicados por cinco medios internacionales, entre ellos EL PAÍS- han revelado la demanda del Gobierno de Riad de que EE UU bombardee Irán para acabar con su programa atómico y con cualquier posibilidad de que la República Islámica se dote de armas nucleares. Israel y Arabia Saudí son los más claros partidarios de recurrir a una operación armada para poner fin a las aspiraciones nucleares de los ayatolás.

Teherán también ha visto con malos ojos la decisión de Arabia Saudí de enviar tropas a Bahréin en apoyo de esa monarquía absoluta de credo suní que oprime a la mayoría chií de esta minúscula península del golfo Pérsico. Irán, que reprimió sin que le temblara el pulso la llamada revolución verde contra el fraude electoral que permitió la reelección de Ahmadineyad en 2009, se ha mostrado a favor de las reivindicaciones de democracia y defensa de los derechos humanos planteadas por los bahreinís en las calles de Manama.

Tanto Irán como Arabia Saudí compiten por afianzar su influencia en Oriente Próximo, a veces de forma tan palpable como en Líbano, pero también en los demás países. Uno de los mayores temores de Riad es que Teherán consiga cubrir bajo su capa a Irak, país con un 60% de población chií que ha estado siempre gobernado por suníes y que, tras la desastrosa invasión de Estados Unidos, trata de hacerse dueño de su futuro.

La crisis económica ha venido a sumarse a la tremenda tensión que ejerce la primavera árabe sobre estos regímenes autárquicos situados en polos diametralmente opuestos -la República Islámica ha criticado desde su instauración a todas las monarquías corruptas del mundo árabe y Arabia Saudí considera un peligro el proselitismo de los ayatolás-. Con apenas 26 millones de habitantes, Riad defiende una estrategia energética a largo plazo con una reducción de la producción petrolífera que mantenga los precios. Irán, por el contrario, con 70 millones de habitantes y la economía por los suelos necesita bombear con urgencia petróleo, y cuanto más caro mejor, para sostener el desarrollo y frenar eventuales revueltas.

La acusación formulada contra Irán por Estados Unidos, principal aliado de Arabia Saudí, no hace más que deteriorar el difícil juego de influencias y poderes que se desarrolla en Oriente Próximo y puede originar una nueva escalada bélica en una zona vital para la estabilidad del planeta.

EE UU sopesa las represalias contra Irán


EE UU está considerando una serie de medidas contra Irán, empezando por sanciones económicas y diplomáticas, como represalia por la presunta participación de ese país en el complot terrorista abortado por los servicios de seguridad norteamericanos. Varios altos funcionarios de la Administración y miembros del Congreso se refirieron ayer a la necesidad de que el régimen iraní pague por su implicación en un atentado en suelo estadounidense que Washington interpreta como una prueba del peligro que representa ese país y algunos han llegado a calificar de “acto de guerra”.

Las represalias que se están estudiando en este momento se limitan a medidas para acrecentar el aislamiento de Irán y serán conducidas, inicialmente, a través del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Pero el vicepresidente Joe Biden advirtió que “nada está descartado”. “Es un acto indignante por el que los iraníes van a tener que responder”, manifestó.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, añadió que la diplomacia norteamericana se moverá en los próximos días para “convencer a nuestros amigos de que las quejas contra Irán están bien fundamentadas”, lo que anticipa un esfuerzo por parte de Estados Unidos para conseguir una resolución con nuevas sanciones económicas contra el régimen iraní. La actuación de Irán representa, según Clinton, “una violación de las normas internacionales y del sistema internacional”.

La Administración norteamericana considera el compló descubierto para asesinar al embajador de Arabia Saudí en Washington y cometer otros actos terroristas, entre ellos un atentado contra objetivos israelíes, como una escalada intolerable en el desafío que Irán presenta desde hace años. El Gobierno iraní ha sido acusado de estimular o participar en actividades terroristas, incluido contra ciudadanos norteamericanos en Irak. Pero nunca se había descubierto un plan para actuar dentro de EE UU contra el embajador de un país aliado y amigo.

De ahí la sensación de urgencia que al instante se ha creado en Washington. El Gobierno se cree obligado a actuar y siente, además, la presión del Congreso para hacerlo. El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, evitó ayer precisar cuáles son las medidas que debían adoptarse contra Irán, pero animó a la Administración a “hacer sentir la presión” al régimen islámico. Varios destacados senadores demócratas y republicanos coincidieron en que el régimen iraní ha ido demasiado lejos esta vez y es preciso responder.

Estados Unidos ya tiene en vigor una serie de sanciones económicas contra Irán, algunas de las cuales cuentan con el respaldo de la ONU. Ayer mismo, el Departamento del Tesoro impuso otras sanciones contra personas directamente vinculadas a los Guardianes de la Revolución y la Fuerza Al Qods, a los que se considera directamente responsables del complot descubierto. El objetivo ahora sería añadir otras medidas para aislar diplomáticamente por completo a Irán y estrangular económicamente al régimen. “Es necesario enviar un fuerte mensaje a Irán y aislarlo de la comunidad internacional”, dijo Clinton. Estados Unidos confía en que, dada la naturaleza de este caso, contará con respaldo suficiente en el Consejo de Seguridad para hacerlo. Aunque Rusia y China son habitualmente reticentes a que la ONU se involucre en la asuntos de los países miembros, ambos comparten la preocupación internacional por el comportamiento de Irán y podrían encontrar ahora razones suplementarias para respaldar nuevas sanciones.

Una de las razones para que eso ocurra es la implicación de Arabia Saudí, un país rico y petrolero con el que Rusia y China están interesados en mantener buenas relaciones comerciales. Un intento de atacar directamente a un embajador saudí puede ser interpretado por la mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad como una provocación excesiva.

Una de las dificultades con las que se puede encontrar la Administración norteamericana es la de demostrar la veracidad de las acusaciones que se han hecho contra el régimen iraní. Hasta ahora, toda la causa está sostenida sobre las declaraciones del único detenido, Mansur Arbabsiar, un ciudadano estadounidense de origen iraní que confiesa haber recibido órdenes de un primo suyo con alta responsabilidad en los Guardianes de la Revolución. Todas las pruebas han sido recogidas por el FBI y han sido obtenidas gracias a que Arbabsiar aceptó cooperar con los investigadores y renunció a su derecho de comparecer inmediatamente ante un juez.

Algunas de esas pruebas podrían no ser suficientemente contundentes como para convencer a la comunidad internacional de actuar de forma unitaria. En ese caso, EE UU podría verse obligado a buscar otras alternativas, como la de sanciones exclusivamente de parte de sus principales aliados. El peso político y diplomático de Arabia Saudí puede, no obstante, facilitar bastante la labor de Estados Unidos.

Aunque no están fuera de la mesa, la opción de represalias militares parece aún bastante lejana. Comprometido todavía en la guerra de Afganistán, EE UU no parece en condiciones de abrir otro frente mucho más complicado. Podrían existir otras acciones militares diferentes a un ataque directo sobre objetivos en Irán, pero no parece que se haya entrado aún en esa fase.

Irán, sobre el complot: 'EEUU intenta desviar la atención de las protestas en Wall Street'



El secretario de Justicia, Eric Holder, habla en una rueda de prensa sobre el complot iraní. | AFP

El secretario de Justicia, Eric Holder, habla en una rueda de prensa sobre el complot iraní. | AFP


La trama para asesinar al embajador saudí ha avivado este miércoles la tensión entre Washington y Teherán. El Gobierno estadounidense ha congelado los activos de la aerolínea iraní Mahan Air y ha iniciado contactos con los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU. El régimen ha negado su intervención en el complot y lo ha presentado como una cortina de humo de Estados Unidos para esconder las protestas de los indignados neoyorquinos en Wall Street.

Las autoridades estadounidenses anunciaron el martes la detención de un ciudadano de origen iraní y desvelaron una presunta trama para asesinar al embajador saudí en un restaurante de Washington. Elcomplot salió a la luz por la torpeza de sus responsables, quecontactaron con un presunto narcotraficante mexicano que en realidad era un confidente de la agencia contra el narcotráfico.

Según el trato, los iraníes pagarían algo más de un millón de euros a cambio de que el cártel de Los Zetas asesinara al diplomático. El plan es tan extraño que Washington no descarta que sus responsables hayan actuado sin el consentimiento de los líderes del régimen.

Por ahora no se han pronunciado ni el líder supremo Ali Jamenei ni el presidente Mahmoud Ahmadineyad. Sí lo hizo Ali Larijani, presidente del Parlamento y ex negociador iraní, que presentó la trama como "una acusación inventada" y lo inscribió dentro un detalle dentro de la pugna geopolítica de la región: "EEUU quiere desviar la atención de los problemas a los que se enfrenta en Oriente Próximo, pero no puede frenar el despertar islámico con esas excusas".

El líder supremo, Ali Jamenei, no mencionó el complot en su discurso. Pero se refirió a las protestas de los indignados neoyorquinos, que según él precipitarán el final del capitalismo. Jamenei transmitió ánimos a los indignados, denunció "los malos tratos" de la Policía y explicó que las protestas eran el fruto de "la pobreza, la desigualdad social y la corrupción al más alto nivel en EEUU". "Pueden desarticular este movimiento pero no podrán terminar con él", dijo el líder supremo, "al final crecerá y derribará a Occidente y al sistema capitalista".

Manssor Arbabsiar. | Efe

Manssor Arbabsiar. | Efe

Jamenei pronunció esas palabras en un discurso transmitido por la televisión oficial y acompañado por un teletipo de la agencia del régimen que acusa a Washington de intentar "desviar la atención mundial del levantamiento de Wall Street". El artículo cita a un diputado iraní que dice: "No hay duda de que se trata de un nuevo complot americano-sionista para desviar la atención de la opinión pública de la crisis que Obama tiene entre manos".

El FBI imputa la trama a dos personas: el detenido Manssor Arbabsiar y el prófugo Gholam Shakuri, al que identifica como miembro de la Guardia Revolucionaria iraní. El proceso está en manos de un tribunal de Manhattan.

Este miércoles, los diplomáticos estadounidenses iniciaron contactos con los otros miembros del Consejo de Seguridad para informarles de los detalles del complot y el Departamento de Estado advirtió que animaría a sus socios a endurecer las sanciones contra el régimen, al que la ONU ha sometido a cuatro tandas de sanciones en el último lustro.

A la espera de las gestiones diplomáticas, el Tesoro estadounidenseanunció la congelación de los activos de la aerolínea Mahan Airpor su connivencia con las actividades ilícitas del régimen. Mahan Air es la única aerolínea privada del país y tiene una plantilla de 2.800 personas.

El Tesoro extendió una orden que prohíbe a cualquier ciudadano o empresa estadounidense hacer negocios con ella y justificó su decisión acusando a la aerolínea de encubrir actividades ilícitas del régimen. Washington acusa a Mahan Air de llevar cargamentos de armas para Hizbulá. También de transportar a escondidas a miembros de la Fuerza Quds, la sección de la Guardia Revolucionaria iraní a la que se le imputa el complot contra el diplomático saudí.

Washington acusa a Mahan Air de encubrir los viajes de los guardias entre Irak, Siria e Irán y de ayudarles a esquivar los procedimientos de seguridad, que obligan a las aerolíneas a declarar los nombres de sus pasajeros.

lunes, 10 de octubre de 2011

Tony Blair, en el punto de mira palestino


Tony Blair.| AP

Tony Blair.| AP


En su larga carrera de obstáculos hacia un Estado, el liderazgo palestino intenta cargarse lo que consideran una de las principales vallas para llegar a la meta: el enviado del Cuarteto Internacional y ex primer ministro británico Tony Blair. Uno de los artífices de la cooperación de seguridad israelopalestina y aliado del primer ministro Salam Fayad para la mejora económica en Cisjordania es visto hoy en Ramala como "un mediador proisraelí".

El órdago del presidente palestino Abu Mazen en la ONU, exigiendo un Estado de pleno derecho aparcando el diálogo con Israel, ha roto muchas cadenas de miedos y dependencias. Si la OLP se atreve a criticar públicamente al mismísimo presidente norteamericano, Barack Obama, ¿no lo va hacer con el emisario del Cuarteto, carente de verdaderos instrumentos de presión e influencia?

Las cadenas, pues, se han roto y las insinuaciones dan paso al ataque directo. El dirigente de la OLP, Mohamed Shtaya, afirma que "Blair no es objetivo y ya no tiene utilidad". Según él, ya no puede ser "un mediador neutral y fiable". El mensaje sin paliativos de Shtaye, uno de los principales asesores del presidente Abu Mazen, rompe meses de silencio enfadado: "No esperamos demasiado del Cuarteto. Hay descontento hacia su enviado, el señor Tony Blair. Nuestra valoración general de su labor es que ya no sirve para nada. Ha mostrado una clara inclinación hacia Israel y ha perdido gran parte de su credibilidad. Esperamos que el Cuartero reconsidere el nombramiento de esta persona".

"Últimamente Blair habla como un diplomático israelí, dedicándose a vender sus políticas, por lo que es inútil para nosotros", añade el veterano dirigente Nabil Shaat que a diferencia de Shtaya no pide públicamente su dimisión aunque lo considera "evidente y obvio". "Blair ha mostrado una actitud negativa durante nuestro recurso a la ONU", aseguró.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha salido al paso sin negar el enfado. "Continuaremos trabajando con Tony Blair, en su posición de enviado del Cuarteto", sostiene el portavoz de la Presidencia, Nabil Abu Rudeina. "Trabajando" hasta que le cambien.

El papel de Blair es fundamental al menos en la dinámica interna del Cuarteto. Una dinámica muy particular. Muy tradicional. Más que mediar entre israelíes y palestinos, el británico se ocupa de hacerlo entre los cuatro actores del Cuarteto que defienden intereses muy diferentes. Estados Unidos, con Israel; Rusia, con los palestinos; la ONU, ejerciendo de arbitro esperando acontecimientos; La Unión Europea que exhibe Desunión (las más propalestinas Suecia y España frente a las más proisraelíes Alemania e Italia, por ejemplo).

Los palestinos tienen hoy dos entidades políticas separadas (Cisjordania y Franja de Gaza ) y tres matices (Al Fatah de Abu Mazen, el islamista Hamas y el premier Fayad). Si preguntan a Hamas, dirán que Blair es un agente sionista desde que FUE nombrado hace más de cuatro años. Si acuden a la Mukata (sede presidencial), responderán ahora que "Blair está acabado". Si preguntan a Fayyad, la respuesta es que "puede seguir ayudando mucho a los palestinos en el día a día”.

Cuando le entrevistamos en su despacho del Hotel American Colony en Jerusalén Este, Blair presumía de la ausencia de anarquía y milicianos en las calles: "Cuando fuí designado, no podía ir a Yenín o Nablús. La Autoridad Palestina proporciona hoy seguridad en toda Cisjordania donde la economía crece un 10%. El turismo se ha triplicado. Aún hay un largo camino que recorrer, pero las cosas están cambiando".

Pero, hoy, los palestinos han puesto la quinta marcha a ese camino subiéndose al avión de la ONU. Más allá de personalismos, el problema es el cargo, incrustado y felizmente perdido en el laberinto de un Cuarteto heterogéneo.

¿Para qué sirve Tony Blair?


Frente a los elogios israelíes, la diplomacia rusa y europea en la zona cuestiona el papel del exprimer ministro, enviado especial del Cuarteto




¿Para qué sirve Tony Blair? Cuando se formula esa pregunta a las autoridades palestinas y a diplomáticos europeos y rusos, hay dos tipos de respuesta: una que podría resumirse con la frase “para nada” y otra que vendría a definirle como “portavoz de los intereses israelíes”. El Gobierno israelí, en cambio, valora muy positivamente su trabajo como enviado especial del Cuarteto (Estados Unidos, Unión Europea, Rusia y Naciones Unidas) en Oriente Próximo. Han pasado más de cuatro años desde que Blair asumió la misión, justo el mismo día en que dimitió como primer ministro británico (27 de junio de 2007), y no ha habido cambios sustanciales ni en el proceso de paz ni en el bloqueo de Gaza.

Como primer ministro, Tony Blair se definió en numerosas ocasiones como “amigo de Israel”. En 2004, 52 diplomáticos retirados del Reino Unido publicaron una carta en la que criticaban la sumisión de Blair a los intereses israelíes y estadounidenses. Pese a ello, pese a su negativa a pedir un inmediato alto el fuego tras la invasión israelí de Líbano (2006) y pese a su protagonismo en la invasión de Irak, las autoridades palestinas dieron el visto bueno a su nombramiento como mediador. Creyeron que su alto perfil político y su aparente influencia en el Gobierno israelí ayudarían a restablecer unas negociaciones que permanecían en vía muerta.

La OLP llegó a plantearse pedir la dimisión de Blair

Las primeras críticas a su trabajo surgieron durante la invasión israelí de Gaza entre el 27 de diciembre de 2008 y el 18 de enero de 2009. Mientras Gaza era bombardeada, Blair pasaba las fiestas de Navidad y fin de año en una de sus residencias británicas. Y se dejaba fotografiar en la inauguración de un nuevo establecimiento del modisto Giorgio Armani en Londres. El mediador sólo llegó a sus oficinas en Jerusalén el 5 de enero, cuando la infantería israelí ya había irrumpido en la Franja. Hasta la fecha, Blair no ha visitado Gaza, lo que su oficina justifica por razones de seguridad.

El enviado especial del Cuarteto suele pasar una semana al mes en Jerusalén. No cobra por su trabajo, pero cuesta caro. Hasta este verano se hospedaba en el American Colony, el hotel más famoso y refinado de Jerusalén. Su suite (más de 400 euros por noche) y los alojamientos y oficinas de su docena de colaboradores ocupaban toda la cuarta planta del establecimiento, con un coste superior al millón de euros anuales. Los salarios de su escolta personal son retribuidos por los contribuyentes británicos, así como los más de 200.000 euros al año que el grupo de policías gasta en alojamiento y manutención. Hace un par de meses, Blair y su equipo se trasladaron a un moderno edificio en Sheik Jarrah (el barrio más prestigioso de Jerusalén oriental), alquilado por casi 800.000 euros anuales.

Es un diplomático israelí”, afirmó el jefe del equipo negociador palestino

“Tony Blair nos explicó en una ocasión que su misión no era política, sino humanitaria, y se dirigía a mejorar las condiciones de vida de los palestinos: reducción de controles militares en los territorios ocupados, más entradas de productos en Gaza y cosas por el estilo”, comenta un portavoz de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). “Y para eso nos basta hablar directamente con los israelíes”, añade el mismo portavoz. Tanto los dirigentes palestinos como los israelíes se acostumbraron con el tiempo a la irrelevancia del representante del Cuarteto.

Mientras tanto, Blair se ocupaba de sus numerosos negocios y actividades privadas: el holding de inversiones Firerush Ventures (con 130 empleados), el asesoramiento al banco Goldman Sachs (2,3 millones de euros anuales) y a otras entidades y grupos como la petrolera surcoreana UI Energy, el fondo de inversiones Mubadala de Abu Dhabi, la familia real kuwaití y la sociedad de capital riesgo Khosla Ventures (750.000 euros anuales), y a pronunciar conferencias por el mundo, con una tarifa media de 200.000 euros. Blair posee una casa en Londres adquirida por cuatro millones de euros y una casa de campo en Buckinghamshire de seis millones de euros. El diario The Guardianestima su fortuna personal en unos 23 millones de euros.

Las relaciones de Blair con la Autoridad Palestina y la OLP se tensaron mucho a raíz del asalto por parte de comandos israelíes a la llamada Flotilla de la Paz, el 31 de mayo del año pasado. La violencia empleada contra las naves que intentaban llegar a Gaza, con el resultado de diez activistas turcos muertos, hizo que Barack Obama cuestionara en público el bloqueo impuesto sobre la Franja. Blair se puso del lado de Israel y justificó el bloqueo, apoyando una “suavización” centrada en el envío de más variedad de productos a la población sitiada. Eso, según la OLP, frenó el impulso de la campaña internacional contra el bloqueo.

La crisis definitiva llegó hace unas semanas, cuando los palestinos decidieron pedir a la ONU que les reconociera como Estado. Tony Blair hizo lo posible por frenar la iniciativa, sumándose a Israel y Estados Unidos. Fuentes diplomáticas señalan que también fomentó las divisiones entre los países de la Unión Europea, para impedir que adoptaran una posición conjunta favorable a la iniciativa palestina. “Blair es un diplomático israelí”, declaró Nabil Shaath, jefe del equipo negociador palestino.

El comité central de la OLP llegó a plantearse pedir la dimisión de Blair como representante del Cuarteto, pero decidió esperar al desenlace de la petición ante la ONU. Mientras, el diario británico Daily Mail y varios periódicos israelíes anunciaron una supuesta relación sentimental entre Tony Blair y Ofra Strauss, una de las mujeres más ricas de Israel. Pese a los desmentidos por parte de Blair y Strauss, el asunto ha deteriorado aún más la imagen del mediador internacional en Oriente Próximo.

Mujeres árabes, libres pero no iguales


Aunque la primavera árabe ha supuesto un cambio radical en las sociedades del Norte de África y Oriente Próximo, las mujeres no tienen asegurados sus derechos


Umm Ahmad, una abuela septuagenaria, avanza renqueante tras los manifestantes en Shahba, a unos 90kilómetros al sur de Damasco, apoyada en un bastón que esgrime amenazante cuando los shabiha (milicias paramilitares) se disponen a atacar al cortejo.“¡Estos son mis hijos, hijos de perra!”, les lanza. Algunos jóvenes se le acercan y le besan la cabeza.

Este relato colgado en agosto en árabe en Facebook y autentificado demuestra que, aunque seles ve menos que en Túnez o en Egipto, las mujeres también participan de lleno en la primavera siria. Si se exceptúa Libia, donde solo una joven ingeniera se hizo famosa porque espió para la OTAN, en los demás países abundan los rostros de mujeres que se han apuntado a la revolución.

“Lógico porque la primavera ha sido ante todo caso de jóvenes y hay una nueva generación de jóvenes mujeres que ha estudiado y, en las ciudades, no solo se rebeló contra la dictadura a secas sino también contra las estructuras patriarcales y tradicionales”, señala Laura Feliu, profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona. Han logrado agrietar esas estructuras, pero no es seguro que las derriben.

Hace más de 50 años las mujeres ya lucharon, junto a los hombres, en la guerra de independencia de Argelia. Cientos de ellas fueron condenadas en 1958 por rebelión o atentar contra la seguridad del Estado, pero la descolonización dio al traste con el estatuto que adquirieron durante la contienda como explica DianeSambron en su libro “Mujeres musulmanas. Guerra de Argelia 1954-1962”.

“Ahora también,medio siglo después, hay un intento de reconducir las cosas hacia el modelo establecido, de volver al orden patriarcal”, constata Luz Gómez, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid. La concesión, el viernes, del premio Nobel de la Paz a la activista yemení Tawakul Kerman “es el mejor regalo para animarnos a seguir peleando”, asegura Salwaal Neimi, novelista siria exiliada en París. “Nos representa a todas”.

Quizá es en Túnez donde las mujeres han sido más protagonistas porque es allí donde gozan,si se exceptúa a algunas comunidades cristianas árabes, de la mejor situación mientras que es en el Golfo Pérsico donde disponen de menos derechos. El estatuto personalpromulgado tras la independencia de Túnez, en 1956, las equipara prácticamente ambos sexos. En la enseñanza media y superior el 60% de los estudiantes son mujeres.

Su principal logro ha sido la aprobación, por práctica unanimidad, de una ley electoral de tipo “cremallera” que no solo obliga a incluir en las listas el mismo número de hombres y mujeres sino que estos se deben alternar. Aun así la mayoría de los cabeza de lista son varones y por eso se prevé que menos de un tercio de los escaños de laAsambleaConstituyente que será elegida el 23 de octubre estarán ocupados por mujeres. Ese tercio es, no obstante, un récord.

Hassan Zaghouni,director de la rama tunecina del instituto Sigma Conseils, proporciona otros datos que matizan la imagen vanguardista de Túnez: el 54,4% de las mujeres rechazan que una de ellas pueda ser presidenta de la República, el 21,1%afirman que votarán como sus maridos y el 18% se oponen a que sus congéneres concurran a las elecciones.

Las feministas tunecinas advierten de las intenciones de los islamistas de En Nahna (Renacimiento), que obtendrá probablemente la mayoría relativa, de recortar sus derechos. El único aparente paso atrás es lamasiva reaparición del hiyab prácticamente prohibido en tiempos de la dictadura de Ben Ali. “El paisaje vestimentario urbano de Túnez se ha modificado”, constata el periodista Karim Jaffel de Kapitalis,pero el velo islámico es ante todo una manifestación de libertad individual.

En Egipto el retroceso es más palmario desde los tiempos en que ambos sexos se mezclaban en la plaza Tahrir para derrocar a Hosni Mubarak. El Consejo Nacional para los Derechos de las Mujeres ha desaparecido porque era una creación de la dictadura. “A consecuencia de la presión del islam militante los mujeres no participan en ninguno de los comités políticos surgidos tras la caída de Murarak”, escribe AnwaarAbdalla, profesora en la Universidad Helwan de El Cairo.

En Siria la revolución aún no ha derribado al régimen cuya “represión despiadada casi ha echado a las mujeres de las calles que abarrotan los hombres con sus protestas”, explica la escritora Al Neimi. “Pero aunque no aparezcan en primer plano están en la retaguardia colgando videos en Youtube, preparando pancartas que se exhibirán en la manifestación”, concluye.

Pese a todo la rebelión siria tiene ya en sus filas a un buen puñado de heroínas como la joven actriz May Skaff, detenida,liberada, y pendiente de juicio, y la psicoanalista sexagenaria RafahNached, encarcelada y a la que le pueden caer hasta siete años por organizar unos cursillos, frecuentados por muchos manifestantes, por ayudar a sus compatriotas a superar el miedo.

A ojos de Natana Delong-Bas, redactora-jefa de la “Enciclopediadel Islam y las Mujeres” de la Universidad de Oxford, el éxito del cambio en el mundo árabe debe medirse según un criterio: “la presencia o la exclusión de las mujeres en los círculos y los centros de decisión”. “Esa es la prueba deuna democracia auténtica”, escribe en su publicación.