lunes, 10 de octubre de 2011

Tony Blair, en el punto de mira palestino


Tony Blair.| AP

Tony Blair.| AP


En su larga carrera de obstáculos hacia un Estado, el liderazgo palestino intenta cargarse lo que consideran una de las principales vallas para llegar a la meta: el enviado del Cuarteto Internacional y ex primer ministro británico Tony Blair. Uno de los artífices de la cooperación de seguridad israelopalestina y aliado del primer ministro Salam Fayad para la mejora económica en Cisjordania es visto hoy en Ramala como "un mediador proisraelí".

El órdago del presidente palestino Abu Mazen en la ONU, exigiendo un Estado de pleno derecho aparcando el diálogo con Israel, ha roto muchas cadenas de miedos y dependencias. Si la OLP se atreve a criticar públicamente al mismísimo presidente norteamericano, Barack Obama, ¿no lo va hacer con el emisario del Cuarteto, carente de verdaderos instrumentos de presión e influencia?

Las cadenas, pues, se han roto y las insinuaciones dan paso al ataque directo. El dirigente de la OLP, Mohamed Shtaya, afirma que "Blair no es objetivo y ya no tiene utilidad". Según él, ya no puede ser "un mediador neutral y fiable". El mensaje sin paliativos de Shtaye, uno de los principales asesores del presidente Abu Mazen, rompe meses de silencio enfadado: "No esperamos demasiado del Cuarteto. Hay descontento hacia su enviado, el señor Tony Blair. Nuestra valoración general de su labor es que ya no sirve para nada. Ha mostrado una clara inclinación hacia Israel y ha perdido gran parte de su credibilidad. Esperamos que el Cuartero reconsidere el nombramiento de esta persona".

"Últimamente Blair habla como un diplomático israelí, dedicándose a vender sus políticas, por lo que es inútil para nosotros", añade el veterano dirigente Nabil Shaat que a diferencia de Shtaya no pide públicamente su dimisión aunque lo considera "evidente y obvio". "Blair ha mostrado una actitud negativa durante nuestro recurso a la ONU", aseguró.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha salido al paso sin negar el enfado. "Continuaremos trabajando con Tony Blair, en su posición de enviado del Cuarteto", sostiene el portavoz de la Presidencia, Nabil Abu Rudeina. "Trabajando" hasta que le cambien.

El papel de Blair es fundamental al menos en la dinámica interna del Cuarteto. Una dinámica muy particular. Muy tradicional. Más que mediar entre israelíes y palestinos, el británico se ocupa de hacerlo entre los cuatro actores del Cuarteto que defienden intereses muy diferentes. Estados Unidos, con Israel; Rusia, con los palestinos; la ONU, ejerciendo de arbitro esperando acontecimientos; La Unión Europea que exhibe Desunión (las más propalestinas Suecia y España frente a las más proisraelíes Alemania e Italia, por ejemplo).

Los palestinos tienen hoy dos entidades políticas separadas (Cisjordania y Franja de Gaza ) y tres matices (Al Fatah de Abu Mazen, el islamista Hamas y el premier Fayad). Si preguntan a Hamas, dirán que Blair es un agente sionista desde que FUE nombrado hace más de cuatro años. Si acuden a la Mukata (sede presidencial), responderán ahora que "Blair está acabado". Si preguntan a Fayyad, la respuesta es que "puede seguir ayudando mucho a los palestinos en el día a día”.

Cuando le entrevistamos en su despacho del Hotel American Colony en Jerusalén Este, Blair presumía de la ausencia de anarquía y milicianos en las calles: "Cuando fuí designado, no podía ir a Yenín o Nablús. La Autoridad Palestina proporciona hoy seguridad en toda Cisjordania donde la economía crece un 10%. El turismo se ha triplicado. Aún hay un largo camino que recorrer, pero las cosas están cambiando".

Pero, hoy, los palestinos han puesto la quinta marcha a ese camino subiéndose al avión de la ONU. Más allá de personalismos, el problema es el cargo, incrustado y felizmente perdido en el laberinto de un Cuarteto heterogéneo.

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