martes, 18 de octubre de 2011

Irán rechaza categóricamente cualquier relación con el compló en EE UU

Irán rechaza categóricamente cualquier relación con el compló en EE UU

Sus máximos líderes muestran inquietud y acusan a Washington de querer crear "fisuras" entre el régimen y el Gobierno de Arabia Saudí



El presidente irani, Mahmud Ahmadineyad, hoy en Teherán a la espera del ministro de Cooperación Internacional de Qatar / ATTA KENARE (AFP)


Irán ha rechazado de forma rápida, categórica y al más alto nivel cualquier relación con el compló para asesinar al embajador saudí en Washington del que le acusa Estados Unidos. El desmentido del mismísimo líder supremo, Ali Jameneí, demuestra la preocupación que el asunto ha suscitado dentro del régimen. No ha habido fisuras ni inconsistencias en la negativa. Hasta el expresidente reformista Mohamed Jatamí ha mostrado su inquietud por lo que ha calificado de “pretexto” para actuar contra la República Islámica. Y en un inesperado gesto, el ministro de Exteriores, Ali Akbar Salehí, incluso ha insinuado una posible cooperación si se le presentan pruebas.

“Sin duda la acusación ha causado un gran desasosiego [entre los dirigentes iraníes] porque son conscientes de que se trata de algo muy grave”, explica un embajador europeo en Teherán. Más allá de los detalles concretos, las alegaciones alimentan la desconfianza con Arabia Saudí, dan nuevos argumentos a los países tibios en el asunto de las sanciones por el programa nuclear, y alientan la división interna al apuntar a los Pasdarán (el ejército ideológico a las órdenes directas del líder supremo). El régimen sin embargo ha evitado entrar en ese juego respondiendo de forma unánime y ahorrando, salvo excepciones menores, los exabruptos. (Solo el diputado Mohammad Karim Abedí ha fanfarroneado diciendo que “Irán puede ocupar Arabia Saudí cuando quiera”).

“Hemos rechazado esa acusación tajantemente”, declaró el presidente Mahmud Ahmadineyad el lunes por la noche en una entrevista con la cadena Al Jazeera. Ahmadineyad, que suele llenar titulares por su encendida verborrea, se mostró sin embargo bastante contenido durante el programa. Reconoció sus diferencias con el Gobierno estadounidense, pero aseguró que no son motivo para tratar de asesinar al embajador de un país vecino. “La Administración norteamericana tal vez quiera distraer la atención de lo que está sucediendo dentro de Estados Unidos”, señaló de acuerdo con lo que ha sido la línea oficial desde que se hiciera público el compló la semana pasada.

Lo que es más significativo, Ahmadineyad dijo que Washington “intentaba crear fisuras entre Teherán y Riad”. Pocas horas antes, el propio Jameneí, aprovechando una visita a la provincia de Kermanshah, había sugerido esa idea al mencionar que “la división entre suníes y chiíes siempre había sido un instrumento de los enemigos del islam”.

Desde la revolución iraní de 1979, las relaciones entre Irán, que cortó lazos con Washington, y Arabia Saudí, que se convirtió en su principal aliado en la región, no han sido especialmente amistosas. A menudo, la pugna de ambos países se ha querido explicar en términos de liderazgo político-religioso. Irán se erigió entonces en líder de los musulmanes chiíes (en torno al 10% del islam), frente Arabia Saudí que encabeza a la mayoría suní. Esa división se superpone además a la rivalidad histórica entre árabes y persas (la minoría mayoritaria en Irán). Consciente de la superioridad numérica de los suníes y de los musulmanes no árabes, Jameneí ha seguido la línea de su predecesor y fundador de la República Islámica, Ruholá Jomeiní, llamando siempre a la unidad y evitando cualquier discriminación (al menos en sus discursos públicos porque los suníes iraníes se quejan de estar marginados).

Sea como fuere, las dos potencias regionales llevan años enfrascadas en una especie de guerra fría que ni siquiera logró cerrar el acercamiento durante el Gobierno de Jatamí (1997-2005). No está claro qué beneficio obtendría el régimen iraní de convertir en abierto ese enfrentamiento que hasta ahora han librado a través de distintos intermediarios en Líbano, Palestina o Irak. El propio Jatamí ha roto el silencio que observa desde que Ahmanineyad aplastara a la oposición con la que simpatiza, para expresar su preocupación y aconsejar a los dirigentes que actúen de forma que no den pretextos a quienes tratan de atacar la seguridad y los intereses nacionales.

De hecho, la gravedad de la situación, que algunos analistas han querido ver como el prólogo a una eventual acción militar, ha llevado a una inusitada oferta del jefe de la diplomacia iraní. En un comunicado, que las embajadas tradujeron y difundieron con inusual presteza, Salehí manifestó el lunes que su país “está dispuesto a estudiar el caso con paciencia” y que “insta a Washington a presentar cualquier documento disponible”. No obstante, Ahmadineyad ha dicho que no iba a abrir una investigación al respecto. Eso descarta la posibilidad de que encausen a Gholam Shakuri, el supuesto cómplice del estadounidense de origen iraní detenido en Nueva York, y por supuesto, la extradición que reclama EE UU.

La bandera de Hamás ondea en Ramala


La enseña verde del movimiento islamista domina en la capital palestina en la celebración de la llegada de los prisioneros excarcelados por Israel




Los palestinos de Ramala celebran la liberación de los presos. / Nasser Ishtayeh (AP)


Hacía mucho tiempo que en Ramala, capital administrativa de la Autoridad Palestina, no se veían tantas banderas verdes. Desde la guerra civil entre Hamas y Fatah, en 2007, que dejó Gaza en manos de los primeros y la Cisjordania ocupada en manos de los segundos, Hamas era un partido semiproscrito en territorio cisjordano. Hoy, sin embargo, el verde de Hamas ha dominado los alrededores de la Mukata, la sede presidencial a la que llegaron más de cien de los prisioneros palestinos canjeados por el soldado Gilad Shalit.

El propio Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina y líder de Fatah y de la OLP, se ha hecho acompañar en el estrado por Hassan Yousef, dirigente de Hamás. "Sois luchadores por la libertad y guerreros santos en nombre de Dios y la patria”, ha proclamado Abbas en su saludo a los excarcelados. Tanto Abbas como Yousef afirmaron que la “reconciliación completa” entre sus partidos estaba “próxima”. A juzgar por la convivencia del verde de Hamas con el amarillo de Fatah y el rojo del Frente Democrático para la Liberación de Palestina, en banderas que ondeaban sobre una multitud eufórica, la paz entre facciones parecía conseguida.

Las diferencias, sin embargo, persisten. Hamás, de corte islamista, propugna la lucha armada y aspira a la destrucción de Israel; Fatah, de corte prooccidental, opta por la negociación y la convivencia de dos Estados. Entre los miles de personas que se aglomeraban ante la Mukata dominaba un sentimiento de unidad nacional, pero nadie dudaba de que la liberación de más de un millar de presos constituía un triunfo de Hamás. Algunos excarcelados islamistas, llevados a hombros por familiares y amigos, no quisieron escuchar el discurso del presidente Mahmud Abbas y se alejaron del estrado. “Abbas no ha hecho nada por los presos”, ha dicho uno de ellos.

Un hombre quiso que su hijo de 15 días asistiera a la celebración popular. El bebé iba envuelto en verde. “Para que Hamas le proteja siempre”, ha explicado el padre. Un grupo de mujeres cubiertas de negro, con sólo los ojos y las manos visibles, enarbolaba banderas verdes porque, dijeron, “Dios ayuda a Hamás”. Un muchacho que portaba el retrato de Maruán Barghouti, el dirigente palestino más popular y el gran ausente de la jornada porque Israel se negó a excarcelarlo, ha explicado que se sentía cercano a los postulados de Fatah y no creía en el islamismo. “Pero los de Hamás son hoy héroes para nosotros porque han puesto de rodillas a Israel”, precisó en inglés.

“Abbas no ha hecho nada por los presos”, ha dicho uno de los liberados

En Cisjordania, a diferencia de Gaza, no se decretó fiesta y en el centro de Ramala, a apenas un kilómetro de la Mukata, el ambiente era de normalidad. No hubo incidentes notables durante las celebraciones, aunque cuando se anunció que los presos no iban a ser liberados junto a la prisión de Ofer, como estaba inicialmente previsto, algunos jóvenes arrojaron piedras contra las garitas israelíes. En el habitualmente conflictivo control fronterizo de Calandia, que separa Ramala de Jerusalén, no se lanzaron piedras sino cohetes festivos.

Los juegos políticos detrás de la liberación del soldado Shalit


Shalit y Netanyahu

Netanyahu recibió este martes a Shalit.

El canje del soldado israelí Gilad Shalit por más de mil prisioneros palestinos tendrá importantes consecuencias políticas.

El acuerdo de intercambio abre puertas a cambios sociales y políticos y fortalece a ciertos actores, mientras que debilita a otros.

clicVideo: un soldado israelí por cientos de palestinos

Luego de que el grupo palestino Hamas entregara a Shalit a mediadores egipcios como parte del pacto de intercambio, ¿cómo quedan parados los principales actores del conflicto palestino-israelí?


El grupo militante islámico es el gran ganador del canje.

Hamas se siente victorioso luego de haber mantenido al sargento Shalit fuera del alcance de Israel durante más de cinco años haberlo utilizado para comprar la libertad de más de un millar de palestinos.

Además la organización islamista –que aboga por la lucha armada y es considerada terrorista por Israel - sale reforzada y adquiere un nuevo protagonismo. Hay que recordar que en el canje no sólo se liberan prisioneros de Hamas sino de otras facciones palestinas como al-Fatah, le explica a BBC Mundo Ignacio Álvarez-Ossorio, profesor de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Alicante (España).

Esto le permite al grupo lanzar "un mensaje a la calle palestina y a la escena política de que se preocupa por todos los presos, que es un aspecto que al-Fatah tenía en cierta medida olvidado".

El contraste es muy fuerte entre un movimiento que consigue liberar a más de mil prisioneros y otro –al-Fatah- que parece más preocupado por otras cuestiones, explica Álvarez-Ossorio.

Y aunque aún no se conocen los detalles del acuerdo, éste no sólo contempla la liberación sino que lleva implícita una suavización del bloqueo y permitirá la entrada de más ayuda humanitaria. En ese sentido, ese es otro punto a favor para Hamas.

La noticia es bien recibida en Irán, país que apoya a Hamas y rechaza los esfuerzos diplomáticos de Abbas de dialogar con Israel, cuya existencia es negada por Teherán. Como nos explica Amir Azimi, del Servicio Persa de la BBC, Irán ve el triunfo de Hamas como una oportunidad para opacar a Abbas y quitarle el protagonismo que tenía en su campaña de diálogo y paz con Israel.

Un récord que avergüenza a EE.UU

http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/10/111017_eeuu_abuso_infantil_rg.shtml

Los países que apoyan la Primavera Árabe armaron durante años a las dictaduras



Los intereses políticos y económicos primaron sobre los derechos humanos. España abasteció a los regímenes de Mubarak y Gadafi.

Los Gobiernos que ahora se solidarizan con la Primavera Árabe y censuran a los regímenes represivos son "exactamente los mismos" que durante años proporcionaron "las armas, la munición y el equipamiento militar y policial que fue utilizado para matar, herir y detener arbitrariamente a miles de manifestantes pacíficos".

Así lo denuncia Amnistía Internacional (AI) en un informe sobre cómo las potencias armaron aBahrein, Egipto, Libia, Siria y Yemen, cinco de los países cuyas autoridades -algunas ya derrocadas- han respondido violentamente a las protestas que desde comienzos de año se propagan como una mecha encendida por el norte de África y Oriente Próximo.

Apenas ninguna gran potencia queda libre de pecado en la investigación. Desde Estados Unidos hasta Rusia, pasando por la mayoría de los países europeos y otros sospechosos menos habituales como Brasil o Corea del Sur, fueron numerosas las naciones que abastecieron a los regímenes represivos al menos desde 2005, es decir, antes de que estallaran las revueltas.

Y lo hicieron, según denuncia la ONG, "a pesar de tener pruebas del riesgo sustancial" de que esas armas acabaran siendo utilizadas para "cometer graves violaciones de los derechos humanos".

Prioridades

Queda claro, al repasar las 100 páginas del informe, que en las negociaciones influyeron más los argumentos geoestratégicos y comerciales que la preocupación por las poblaciones oprimidas. "Parece que, en el proceso de toma de decisiones, a menudo se ha dado prioridad a los intereses políticos y económicos sobre las consideraciones respecto a los derechos humanos", critica la organización con sede en Londres.

Fue de esa manera como terminaron en manos de las fuerzas de Hosni Mubarak, Muamar Gadafi o Bachar Asad las armas que se emplearon para enfrentarse a la Primavera Árabe por la vía de la violencia. No todas procedían de fábricas estadounidenses, rusas, británicas o francesas, pero sí "la mayoría".

El papel de España

También a España le toca su parte en el reparto de culpas. En los últimos cinco años, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha mantenido acuerdos con los tiranos que hasta hace sólo unos meses dominaban con mano férrea a egipcios y libios. Entre 2005 y 2010, según el informe de AI, nuestro país exportó armas, munición y vehículos blindados a la dictadura de Mubarakpor valor de casi tres millones de euros.

Resultan aún más abultadas las cifras procedentes de las ventas negociadas con Gadafi. En ese mismo periodo, España hizo caja -más de 3,8 millones de euros- abasteciendo de bombas, misiles y cohetes al coronel.

Precisamente Amnistía Internacional encontró el pasado abril, en la ciudad libia de Misrata,submunición de racimo y proyectiles de mortero MAT-120 de procedencia española. Un armamento cuya prohibición acabó ratificando el propio Ejecutivo de Zapatero en diciembre de 2008, apenas un año después de haber firmado el contrato con la dictadura del país africano.