Khalid Sheikh Mohammed, uno de los presuntos ideólogos de los ataques del 11 de septiembre de 2001, se enfrentará a un juicio militar en la base naval de Guatánamo, en vez de un proceso en un tribunal civil.
"Simplemente, no podemos permitir que el juicio siga posponiéndose", dijo el fiscal general Eric Holder.
El gobierno del presidente estadounidense Barack Obama abandonó así su intención de someter a Mohammed a un juicio civil.
En marzo, Obama había puesto fin a la suspensión de juicios militares en la base militar, después de haber ordenado esa medida hacía dos años.
El presidente acusó al Congreso de afectar la seguridad nacional al oponerse a sus planes de cerrar la controvertida prisión e intentar que los sospechosos de delitos de terrorismo fueran llevados ante la justicia ordinaria.
Pena de muerte
Holder, que era un fuerte defensor de la decisión de someter a los presos por el 11-S a la justicia ordinaria, anunció su cambio de postura en una comparecencia ante la prensa.
El fiscal dijo que sus manos estaban atadas por las restricciones que habían impuesto los congresistas.
Mohammed fue capturado en Pakistán en 2003. En una audiencia en 2007, alegó que había sido torturado en Guantánamo.
Documentos de la CIA registraron hasta 183 ocasiones en que había sido sometido al "tormento de toca" (waterboarding, en inglés) o simulación de ahogamientos.
La fiscalía estadounidense afirma que Mohammed confesó haber participado en numerosos atentados, además de los ataques del 11-S.
La confesión incluye la bomba en un club nocturno de Bali (Indonesia) en 2002, el atentado contra el World Trade Center de Nueva York en 1993, el asesinato del periodista estadounidense Daniel Pearl, y otros.
Mohammed será juzgado junto a otros cuatro sospechosos de ser sus cómplices: Walid bin Attash, Ramzi Binalshibh, Ali Abdul Aziz Ali y Mustafa Ahmed al Hawsawi.
"Criminal de guerra"
"Felicitamos al presidente y al fiscal general por haber tomado esta decisión"
John McCain y Joe Lieberman
Cuando llegó al poder en 2009, Obama prometió cerrar Guantánamo en un año. Meses después, el fiscal general Holder anunció que Mohammed sería llevado ante la justicia en un tribunal civil de Nueva York.
Pero, como explica el corresponsal de la BBC en Washington Paul Adams, la fuerte resistencia ejercida por los grupos de oposición ha llevado al gobierno a ir desistiendo de sus planes poco a poco.
Preguntado sobre el cambio, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que la principal preocupación del presidente es que los acusados de perpetrar los atentados del 11-S fueran enjuiciados de la forma más rápida y justa posible.
La oposición en el Congreso a los planes del presidente, dijo, ha demostrado ser muy difícil de superar.
Después del anuncio, el presidente de la Comisión de Asuntos Judiciales de la Cámara de Representantes, Lamar Smith, calificó de "desafortunado" que "al gobierno de Obama le haya llevado dos años darse cuenta de lo que la mayoría de los estadounidenses saben: Mohammed no es un criminal común, es un criminal de guerra".
Los senadores John McCain y Joe Lieberman hicieron una declaración conjunta en la que calificaron la decisión de "lo correcto".
"Felicitamos al presidente y al fiscal general por haber tomado esta decisión".
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