domingo, 5 de febrero de 2012

La democracia que nos ofrece Estados Unidos


Barras y Estrellas

Una mirada a cómo Estados Unidos mantiene su hegemonía internacional. Las decisiones que se toman en el Pentágono, el Departamento de Estado y el Capitolio afectan a ciudadanos de todo el mundo.
Este blog relata cómo funciona esa compleja maquinaria.

Absuelto sin razones


Cuando el ejército es fiscal y juez, puede obrar según su propio criterio, sin tener que dar más explicaciones. Este fin de semana nos han comunicado que el Ejército de Tierra norteamericano ha desestimado los cargos presentados contra el último integrante que quedaba por juzgar en el inafusto caso del escuadrón de la muerte afgano, en el que un grupo de soldados salió a la caza de civiles para ejecutarlos sumariamente, amputarles partes del cuerpo como trofeos y manipular la escena del crimen para que pareciera que los muertos eran insurgentes y habían atacado primero.
WagnonMichael Wagnon. Ted Warren / AP
El especialista militar Michael Wagnon, de 31 años, es hombre libre. Se le iba a juzgar por tomar parte en la muerte de un granjero, Marach Agha, en la localidad de Kari Kheyl en febrero de 2010, uno de los tres asesinatos por los que se ha condenado a cuatro soldados. Ni él mismo se lo creía. Según dijo su abogado, Colby Vokey, a Reuters, estaba “en éxtasis” y “muy aliviado”.
El líder del escuadrón, el sargento Calvin Gibbs, fue declarado culpable en noviembre en un consejo de guerra. Cumple ahora la perpetua, con posibilidad de condicional en 10 años. Era él quien incitaba a los demás hombres a matar a los afganos a sangre fría, a veces de tiros en la cabeza, en ejecuciones sumarias. Se tatuaba una calavera en la pierna izquierda por cada muerto.
Como en los mayores escándalos sucedidos en las dos guerras más recientes de EE UU, Irak y Afganistán, fue una machada, la decisión de registrar lo ocurrido, lo que hizo que los abusos se filtraran y dieran la vuelta al mundo. A Gibbs y sus secuaces les gustaba tomar fotos con los cadáveres, como si se hallaran de caza mayor, posando con sus trofeos. Hace un año, varios medios las publicaron, después de obtenerlas a través de un informante anónimo.
DER SPIEGELUn sonriente soldado, posa con su trofeo / DER SPIEGEL
En realidad lo que tiró de la manta fue una investigación sobre el abuso de hachís en la base afgana de Ramrod. Pronto, los investogadores militares oyeron rumores sobre las incursiones del sargento Gibbs y sus hombres, y llegaron hasta el especialista Jeremy Morlock, que se convirtió en el principal acusador de sus compañeros. En marzo fue condenado a dos años de prisión después de declararse culpable.
Pronto fueron cayendo los integrantes del escuadrón. El soldado Adam Winfield también se declaró culpable y fue condenado a tres años. Por último, Andrew Holmes recibió una condena de siete años, también después de declararse culpable. Sólo el líder, el sargento Gibbs, y Wagnon se habían declarado inocentes. El Ejército se ha negado a revelar bajo qué condiciones considera probada la inocencia de Wagnon, el único en librarse de la cárcel.
Esta absolución de facto llega sólo dos semanas después de que el soldado del Marine Corps Frank Wuterich se declarara culpable de omisión del deber en un incidente ocurrido en la localidad iraquí de Haditha en 2005 y que una masacre de 24 civiles quedara solventada con ninguna condena de prisión. El grupo Anonynous ha filtrado este fin de semana los correos electrónicos de Wuterich y sus abogados en ese caso.

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