martes, 10 de abril de 2012

Un informe psiquiátrico considera a Breivik penalmente responsable



Una nueva pericia descarta que el autor de la matanza de la isla de Utoya sufra de patologías mentales que excluyan su responsabilidad.

Anders Breivik mató a 77 personas en dos ataques perpetrados en julio



Anders Breivik, durante una vista judicial, el pasado día 10. / DANIEL SANNUM LAUTEN (AFP)

Anders Behring Breivik es responsable de sus actos. Una segunda pericia psicológica presentada hoy en Oslo considera que el terrorista de la isla de Utoya está cuerdo y debería responder como tal ante los tribunales. El pasado verano, Breivik asesinó a 69 personas que participaban en los campamentos de la Juventudes Laboristas noruegas en la isla de Utoya, unos cuarenta kilómetros al norte de Oslo. Poco antes, Breivik había detonado una potente bomba en el centro político la capital noruega. En total, el doble atentado de Oslo y Utoya costó la vida a 77 personas, en su mayoría jóvenes y adolescentes. El proceso contra Breivik comienza el próximo lunes en los juzgados de Oslo y se prolongará durante varios meses.
El pasado noviembre, un primer informe psiquiátrico había declarado enfermo al ultraderechista. Según aquél diagnóstico, Breivik padece esquizofrenia paranoide. Esto habría impedido su encarcelamiento en una prisión convencional y obligado a recluirlo en un manicomio. El resultado de ese primer informe fue objeto de numerosas críticas en Noruega. Un tribunal de Oslo encargó la nueva pericia médica que se ha presentado hoy.
El asesino confeso, que tiene 33 años, insiste en su salud mental. Breivik explicó su doble atentado con un largo manifiesto xenófobo en el que se declara un “guerrero” opuesto al Islam y a la izquierda “multicultural”. Preparó sus atentados con gran esmero durante varios meses que dedicó a experimentar con bombas y afinar la puntería. El artefacto que colocó en el centro de Oslo reventó buen número de edificios gubernamentales. Aprovechando el caos consiguiente, Breivik viajó a la Isla de Utoya donde, vestido de policía, disparó contra decenas de adolescentes de ambos sexos. Durante alrededor de una hora, Breivik asesinó a tiros, uno por uno, a 69 jóvenes simpatizantes del Partido Laborista. Breivik se considera a sí mismo un activista político y ha protestado reiteradamente contra los que lo califican de loco.
La última palabra sobre la salud mental de Breivik la tendrán los jueces, que evaluarán el contenido de ambos informes periciales. Breivik se enfrenta a cargos de terrorismo, penados en Noruega con hasta 21 años de prisión. Es la pena máxima.

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