miércoles, 6 de febrero de 2013


LOS MEJORES PAÍSES PARA HACER NEGOCIOS
29 de enero de 2013


Territorios fértiles para los espíritus más emprendedores.
Hace años que se borraron las fronteras en el mundo. El planeta semeja cada vez más una piel lisa. Los empleados, sobre todo los más cualificados, trabajan igual en Turquía que en Suráfrica. Ambos países, por cierto, representan parte de la cartografía de este nuevo mundo económico. Pero antes de que lleguen los trabajadores lo hacen las empresas. Y estas se instalan allí donde existen más oportunidades de hacer negocios. La actividad empresarial, conviene no olvidarlo, es un ejercicio de tiempo, paciencia, habilidad, tesón… y confianza. Con estas materias está construida. Así que en un mundo cada vez más ancho, y esperemos que menos ajeno, conviene preguntarse: ¿cuáles son los mejores territorios para hacer negocios?
La contestación nos lleva desde las antípodas (Australia) a Asia (Singapur y Japón) haciendo parada en África (Suráfrica), la nueva Europa (Turquía) y Latinoamérica (Chile y Colombia). Es un viaje por la economía de nuestro tiempo. Y también es un cruce de caminos. Pues hay algunas características, narra Enrique Alcat, profesor del Instituto de Empresa, comunes. “Todos estos territorios comparten una gran solidez institucional, sistemas que permiten poner en marcha un negocio muy rápidamente y con poco coste; una mano de obra cualificada, un nivel muy bajo de corrupción, una fiscalidad reducida y, además, entienden al extranjero como un aliado, no como a un rival”, desgrana este experto.
Estas son las características tangibles, luego aparecen las inasibles. Esas que no se pueden cuantificar. Estas atienden a razones como la cultura, el clima, la gastronomía, la educación (por ejemplo, la existencia de colegios para los expatriados con hijos), el ocio, la amabilidad de las personas… Escrito en tres palabras: “el toque humano”.
Esta mirada tiene mucho que ver en cómo entiende cada cultura su relación con el trabajo. Ya que en el fondo de eso se trata todo este tema. Iñaki Lozano, managing director de la consultora especializada en nuevas formas de trabajo BICG, tiene esa visión adelantada a su tiempo. Y cuenta: “Los países en los que los profesionales quieren hoy y querrán mañana trabajar verán como su competitividad aumenta”. Y esas Arcadias este experto las localiza sobre todo en los países escandinavos (Noruega, Suecia y Dinamarca) y Finlandia. “Desde décadas atrás tienen unas infraestructuras y una forma de comprender la manera en la que se trabaja muy distintas a lo que hasta hace poco entendíamos por un trabajo de oficina convencional, rígido y estructurado”, relata Iñaki Lozano.
Este experto nos enfrenta a una reflexión interesante: “Los países donde se hacen los mejores negocios son aquellos capaces de atraer a los mejores profesionales”, enfatiza Lozano. Es una derivada nueva. Diferente. Pero que tiene toda la lógica de los tiempos. Y nos sitúa frente al dilema de escoger. ¿Cuáles son esos países dónde crear prosperidad es más fácil?

Singapur, la Arcadia del negocio
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AFP/Getty Images
 
Los rankings, esa métrica a veces tan errada y a veces tan precisa, dicen que esta esquina de Asia es el mejor lugar del mundo para hacer negocios (Doing Business 2013). También lo creé Gastón Fornes, profesor de negocios internacionales de Esic y experto en esa zona del planeta. “Tiene una gran ventaja: una mano de obra muy cualificada y altamente competitiva”, asegura. En ese mismo espacio ubica a Hong Kong. “Ambas son la entrada al sur de China, una región cada vez más próspera”, dice. En esas tierras se puede pedir un crédito a partir de unas garantías mínimas, funcionan bajo el concepto de ventanilla única y tienen una seguridad jurídica clara, con un tribunal exclusivamente destinado a solucionar conflictos comerciales. Si están pensando en algún sector concreto, la construcción puede ser la respuesta, ya que los permisos son sencillos de conseguir.

Turquía limita con Europa
Más pronto que tarde será la nueva Europa. No la busquen en los rankings. Bueno, si lo hacen la hallarán en el 72º (Doing Business 2013). Ya dijimos que a veces aciertan y otras yerran. Este destino lo han escogido los expertos de KPMG, y lo argumentan. “Las reformas estructurales llevadas a cabo en los últimos años han preparado el terreno para impulsar cambios a gran escala en diversos sectores económicos”. De hecho, los principales objetivos de esos esfuerzos se han centrado en aumentar el papel del sector privado dentro de la economía turca, mejorar la eficiencia y resistencia del sector financiero y situar a las infraestructuras a la altura del desarrollo económico del país. Además, por su situación en el mapa del mundo (construye la bisagra entre Europa y Asia) se reivindica como el puente por el que acceder a 1.500 millones de consumidores. Consciente de ello, la facilidad para el comercio es uno de los pilares.
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AFP/Gettyimages
Por eso cuentan (no es muy conocido) con determinadas zonas francas donde la intervención estatal es mínima. En estos espacios muchas disposiciones relacionadas con el comercio exterior no se aplican. Algo que puede ser una excelente puerta de entrada para, desde allí, distribuir productos a bajo precio. Hay que tener presente que el país forma parte de la Unión Aduanera de la UE, por lo que las importaciones de artículos que lleguen de algún Estado miembro no pagan impuestos fronterizos. Y además esa proximidad a Europa explica que su legislación laboral y comercial se esté adaptando a la normativa europea a marchas forzadas. Lo que contribuye a generar un entorno de negocio garantista.

Japón, un ‘container’ 800 dólares
Desde la comprensión internacional, el país asiático a veces puede ser una adivinanza en vuelta en un ministerio dentro de un enigma. Son palabras de Wiston Churchill y son del siglo pasado. Pero bien podrían leerse en nuestros días. “Debido a los compromisos internacionales de Japón en materia de reducción de emisiones y a las tremendas consecuencias del accidente de Fukushima, las autoridades niponas han decidido adoptar importantes medidas en materia de eficiencia energética y están promocionando las fuentes renovables”, analizan en KPMG. Una puerta abierta al negocio. Junto a estas oportunidades, hay una serie de prácticas que contribuyen a crear ese espacio. Debido al fuerte componente exportador de su economía, es ahí donde se crea el mejor territorio para negociar. Se tardan 10 días en completar una exportación, el coste de mandar fuera un container (800 dólares) es bastante bajo y solo hacen falta tres procedimientos para exportar la mayoría de los productos. Además las garantías jurídicas son de primer nivel.

Chile emprende
¡Qué cambio ha dado esta tierra en solo dos décadas! Ya hablan de ella como la California de Suramérica. No por los cítricos o la industria audiovisual, sino por la tecnología y los emprendedores. Lo explica con entusiasmo Javier Santiso, profesor de la escuela de negocios ESADE. “Se ha transformado en un vivero de star-up, pero no solo para jóvenes empresas del país, sino también está siendo capaz de atraer a firmas estadounidenses y de otros territorios para que desarrollen en Chile sus proyectos”. En todo esto mucho tiene que ver “una gran calidad de su clase política”, reflexiona Santiso. ¿No les da envidia? Por lo tanto, no extraña que se tarden solo siete días en crear una empresa. Estas facilidades generan un entorno de negocio que se sostiene además en una fiscalidad simplificada que solo exige seis pagos al año. Por mirar la otra cara de la moneda, Venezuela pide 71. Además, en los terrenos de la seguridad jurídica, se publican todas las sentencias mercantiles de juzgados de primera instancia. Luz y taquígrafos.

Corea enciende la luz
Cuentan los expertos que es la gran asignatura pendiente de la economía española. De hecho, tiene un presente cargado de futuro para los negocios. En primer lugar, por el elevado nivel educativo de sus ciudadanos. Junto con Finlandia suele encabezar desde hace algunos años el informe PISA, que evalúa el desempeño de los estudiantes de la mayor parte del planeta.
En solo dos décadas, el país asiático ha dado un giro radical y ahora destaca, entre otras cosas, por ser sede de algunas de las mayores multinacionales tecnológicas del mundo, como Samsung o LG. En este escenario, la empresa ocupa un lugar central. Se tardan siete días en crear una y requieren solo cinco procedimientos. Y dar de alta la luz para un negocio se consigue en 28 días (una de las cifras más bajas del planeta) y exige cuatro pasos. Pueden parecer datos que solo forman parte de la “contabilidad” del país, pero no es así. Reflejan la bonanza de ese ecosistema favorable para los negocios. Tanto es así que cuenta con una ventanilla única para el comercio transfronterizo, existe un tiempo limitado para resolver los procesos por insolvencia y en ese importante espacio que es la seguridad jurídica permite las demandas por medios electrónicos.

Colombia impulsa su espíritu reformista
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AFP/Getty Images
 
Ningún país de América Latina ha empeñado tanto esfuerzo y recursos en una estrategia reformista. El propósito ha sido aumentar la eficiencia del sector público y dar mayores facilidades al mundo privado. De esta forma se ha creado una especie de invernadero económico cuyo principal abono es ese espíritu de mejora, “que bien podrían copiar muchos países europeos, incluyendo España”, atestigua Javier Santiso. Es más, desde 2010, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, le ha querido dar un impulso extra a este proceso. El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo lidera este movimiento liberalizador que ya está dando resultados.
El número de nuevas empresas que se crea en el país ha pasado de 33.752 en 2006 a 57.768 durante 2011. Y todo esto sucede bajo el resguardo del plan –y de la agenda– “Prosperidad para todos 2010-2014”, que persigue reducir la pobreza, aumentar la renta, generar empleo, incrementar la seguridad, garantizar un desarrollo sostenible y mejorar la calidad del entorno de negocios. Mucho de ese camino ya lo tiene andado. Para el mundo de los negocios, el país ofrece unos costes de implantación reducidos, beneficios fiscales para la puesta en marcha de start-up. Y además ha aumentado la seguridad jurídica de los inversores y recortado trámites y trabas. Algunos datos. El tiempo para crear una empresa ha disminuido de 60 a 14 días y los procedimientos de 19 a 9. Esta mejora del entorno también se deja sentir en los impuestos. Se ha pasado de tener que completar 69 al año a seis, y de tener que dedicarle 456 horas anuales a esta materia a 193 horas.
Como un bálsamo extendido con generosidad, esta nueva filosofía impregna todo el espacio económico gracias a las reformas introducidas a lo largo de los últimos años. Por ejemplo, los procedimientos en caso de insolvencia se han vuelto más eficientes y los créditos recuperados han pasado de 56 centavos de dólar a 76. En este entorno de seguridad se sienten cómodas las empresas extranjeras. De hecho, estas mejoras normativas van desde la construcción a los sistemas electrónicos y fraguan ese paisaje de espacio sólido donde construir negocios.

Suráfrica, ‘potentia’ económica
Hace tiempo que África dejó de ser un continente para convertirse en un mundo. Es cierto que de momento solo representa el 5% del comercial mundial, pero en términos aristotélicos es potentia. En este sentido, Suráfrica “tiene el sistema institucional más desarrollado dentro de África, una de las economías más saludable, trabajadores con formación laboral cualificada y recursos naturales”, desgrana Santiso. Unas cifras medias que irán mejorando, pero que ya suponen una gran oportunidad. Se tardan 19 días en montar una empresa, 16 en exportar una mercancía y 23 en registrar una propiedad. Y a los impuestos hay que dedicarles 200 horas anuales.

Australia siempre paga
En las antípodas, el tiempo pasa alegre para los emprendedores. Se necesitan solo dos días y dos pasos para montar una empresa. Este apoyo al emprendimiento, junto a un marco jurídico relativamente sencillo, es el gran asidero para los negocios en el país. Por ejemplo, son muy habituales los acuerdos extrajudiciales y son bastante garantistas en las operaciones. O sea, tienen un nivel muy bajo de impagados. En cuanto a la tecnología (una de sus potencias), aplicada al negocio diario, permite el pago y el envío de formularios de tributos a través de medios digitales.

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