lunes, 22 de agosto de 2011

La ruta del día después


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Unos mil kilómetros separan Bengasi de Trípoli. Sin embargo, miembros del Consejo Nacional de Transición (CNT) han emprendido ya el camino hacia la capital. La ruta ha sido preparada durante meses desde la ciudad oriental que alumbró, el pasado 17 de febrero, el sueño incierto de una nueva Libia.

Según fuentes rebeldes, los responsables del organismo -creado a finales de febrero- tomaron la noche del domingo un avión desde la capital insurgente hacia las montañas occidentales de Nafusa.

Desde allí, seguirán por carretera hasta Trípoli, protagonista desde el sábado de un asalto rebelde que se mueve rápido y ha alcanzado ya la simbólica plaza Verde. Según el ministro italiano de Exteriores, Franco Frattini, el régimen apenas mantiene el control sobre el 10 o el 15%de la ciudad.

La transición es una incógnita que preocupa a las naciones occidentales, que establecieron oficinas en Bengasi y han asesorado al CNT,reconocido hasta la fecha por más de 30 estados. La vecina Túnez, que anunció la decisión este domingo, fue la última en sumarse a la lista.

Para despejar dudas, el Consejo hizo público el miércoles la declaración constitucional que debería guiar el día después a la caída de Muamar Gadafi, el excéntrico que modeló Libia durante casi 42 años.

Una vez lograda 'la liberación', el texto prevé el traslado de la sede del CNT desde Bengasi hasta Trípoli y la formación de un Gobierno interino en un máximo de 30 días.

Para evitar que el vacío de poder suma en el caos al país, el órgano rebelde ha encomendado la seguridad de los enclaves estratégicos de la capital a una brigada de milicianos, aleccionados por las fuerzas especiales de Qatar.

Según la hoja de ruta, la transición debería completarse en 20 meses. El órgano rebelde se compromete a entregar el poder a una asamblea elegida democráticamente en el plazo de ocho meses. El nuevo Congreso redactaría entonces una Constitución, que los libios tendrían que ratificar en referendo. El proceso sería supervisado por la ONU.

La OTAN trabajará con los rebeldes

Con el 'tsumani' rebelde adueñándose del corazón del régimen, la OTAN –a través de su secretario general Anders Fogh Rasmussen- subrayó en la madrugada de este lunes que trabajaría con los insurgentes para reconstruir el país sobre la base de la reconciliación nacional. La diplomacia internacional, con Estados Unidos a la cabeza, es unánime al señalar que la nueva etapa debe iniciarse cuanto antes.

El documento rebelde habla de un estado democrático y multipartidista. En un país administrado hasta ahora por un 'perro loco' –como le bautizó Ronald Reagan- sus huellas actuarán como un pesado contratiempo. No existe experiencia política ni los huecos de libertad que permitieron en Túnez o Egipto crear una incipiente sociedad civil.

La salvaje represión de la dictadura ha dejado un país huérfano de posibles líderes. De hecho, las máximas figuras del CNT trabajaron para el dictador y desertaron una vez prendida la llama.

Su presidente, Mustafa Abdel Yalil, y su primer ministro, Mahmud Yibril, fueron ministros de Justicia e Interior de Gadafi y colaboraron en la represión de los disidentes.

Al nulo historial democrático de los líderes hay que sumar la propia naturaleza de Libia: Una sociedad de tribus que han quedado divididas por las revueltas. Y de la insurgencia: el reciente asesinato del jefe militar Abdel Fatah Yunes mostró las grietas del muro que camina imparable hacia la victoria.

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