Un estado independiente palestino ahora le conviene a Israel, a Estados Unidos, a la región de Oriente Medio y al mundo. Los palestinos desde hace 60 años están reclamando su independencia, pero hasta ahora no lo han logrado gracias a sus conflictos internos, a las guerras llevadas a cabo por los árabes e israelíes y también por la injerencia de Estados Unidos u otros aliados de este país en asuntos internos de la región. La creación de un Estado palestino conviene al Estado israelí, porque ellos también viven las consecuencias de esa guerra y no duermen tranquilos y en cualquier momento un atentado suicida puede acabar con la vida de sus ciudadanos. La región de Oriente Medio necesita más la paz que antes y un resultado negativo puede revivir los conflictos y el terrorismo islámico a nivel mundial.
Hasta ahora más de 150 países han ratificado su compromiso apoyando la creación de un Estado palestino, ahora todos los ojos miran hacia el Consejo de Seguridad, el órgano que da el visto bueno de la creación de un Estado nuevo y específicamente a Estados Unidos. El presidente norteamericano Barack Obama debe estar en una encrucijada, porque desde antes de llegar al poder siempre ha manifestado a favor de la creación de un Estado independiente palestino y ha hecho ese compromiso en diferentes ocasiones y uno más especial desde la universidad de Al-Azhar en su visita al Cairo.
Pero él, por un lado, puede perder y recibir críticas de su aliado principal Israel y por otro lado de la opinión pública internacional. Como bien se sabe Estados Unidos está en una crisis económica y una parte importante de la economía de este país está en manos de empresarios, inversionistas de origen judío, uno no puede aumentar la crisis económica en este país y a la vez en el mundo, pero de otro lado una respuesta negativa aumentaría la desestabilidad de la región de Oriente Medio, el terrorismo islámico y los palestinos con la ayuda de la población árabe en general pueden ir a una nueva intifada.
Pero lo peor puede pasar y en eso los políticos norteamericanos deben pensar muy bien; ahora el mundo musulmán está viviendo una transformación, la mayoría de ellos están en manos de unos gobiernos de transición.
Hasta ahora el gobierno de Estados Unidos controló la región apoyando a unos dictadores pero a futuro ya no puede hacer ésto, porque en unos meses van a ir a las elecciones y el poder ahora está en manos de las masas. Una respuesta negativa por parte de la potencia hegemónica puede aumentar la desestabilidad y los partidos políticos islamistas pueden llegar al poder y ésto no conviene ni al mundo musulmán y menos al mundo occidental.
Obama no puede perder su credibilidad en el mundo musulmán, y hasta ahora con sus compromisos hacia los musulmanes ha ganado el corazón de ellos. Otro asunto muy importante, el sistema internacional se está transformando, estamos yendo hacia un mundo multipolar, la población mundial es más exigente que antes y vigila a sus gobernantes. En Oriente Medio se están jugando los intereses y en la región los otros Estados también quieren estar, especialmente en la repartición de recursos naturales. Tomar una decisión arbitraria puede traer consecuencias negativas en el sistema internacional.
El Estado israelí hasta ahora y en muchas ocasiones hizo caso omiso al derecho internacional y se convirtió en el niño malcriado de Estados Unidos en la región, pero ya llegó la hora de aplicar el derecho internacional a ese país. Porque el que más perdió por los actos de ese niño malcriado fue Estados Unidos, gracias a ese apoyo incondicional al Estado hebreo Estados Unidos no tiene la misma credibilidad que tenía antes.
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