El precio del petróleo suele predecir las recesiones.
La guerra de Yom Kipur en 1973 y la revolución islámica iraní en 1979 llevaron a incrementos que presagiaron crisis económicas.
Más recientemente, la recesión de 2008 a 2009 fue precedida de una elevación en el precio del petróleo y otras materias primas.
¿Con los precios ascendentes de la energía ya desde antes de la actual crisis en Medio Oriente y África del Norte, se encamina la economía global a otra caída?
Primero, hagamos un poco de historia.
La burbuja
El petróleo es una mercancía cuyo precio internacional se fija por la oferta y la demanda mundiales.
La crisis de los precios del petróleo de la década de 1970 se debió en gran medida al tema del suministro: conmociones en Medio Oriente interrumpieron las exportaciones, lo que disparó los precios y alimentó la estanflación en Occidente.
Entonces se fortaleció el poder de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que pudo limitar la oferta mundial y sostener un mayor precio del crudo mucho tiempo después de que la crisis había terminado.
La "burbuja" de las materias primas de 2007 a 2008 -en la que el petróleo desempeñó un papel de liderazgo- tuvo una historia bastante diferente.
Muchos han culpado a los especuladores financieros, pero el economista Paul Krugman sostiene que el verdadero problema fue la demanda mundial.
Con las poblaciones e ingresos cada vez mayores en Asia, parece haber un aumento inexorable de la demanda mundial de energía.
Y no hay que perder de vista que existe un límite de la cantidad de hidrocarburos por explotar.
"Doble golpe"
¿A qué nos enfrentamos ahora? ¿A la problemática de la década de 1970 o a la de 2008?
La respuesta podría ser que a una combinación de ambas.
Poco antes de la actual crisis en Medio Oriente, Krugman ya sostenía que el paso acelerado de la recuperación global fuera de Occidente estaba creando las mismas condiciones económicas que generaron el alza previa de los precios de los productos básicos.
Y el problema no sólo se manifiesta en los precios de la energía sino también en los de los alimentos, metales y el algodón.
"Lo que los mercados de materias primas nos están diciendo es que vivimos en un mundo finito, en el que el rápido crecimiento de las economías emergentes está poniendo presión sobre los limitados suministros de materias primas, elevando sus precios", dijo.
Ahora, con la situación que se vive en Libia, el precio del crudo Brent se elevó en hasta el 230% desde que tocó fondo en diciembre de 2008.
Y está por debajo en sólo el 19% del máximo histórico de julio de 2008, justo antes de la crisis financiera mundial.
En el límite
Pero ¿cuánta influencia puede tener la crisis libia?
Después de todo, el país es responsable de sólo el 2% de la producción mundial de petróleo, aunque su participación en el mercado europeo se estima en alrededor del 10%.
Y en un caso extremo en Libia, Arabia Saudita -el mayor productor mundial de petróleo- se ha comprometido a intervenir con suministros adicionales.
Los sauditas, que dominan la OPEP, dicen que tienen una capacidad extra de cuatro millones de barriles de reserva, así que ¿cuál es el problema?
En primer lugar, debido al resurgimiento de la demanda global, la capacidad de reserva ya está en el límite.
En segundo lugar, los mercados están preocupados por la extensión de la crisis más allá de Libia: a Irán, un productor de petróleo mucho más grande, y a Argelia, rica en gas.
Más preocupante aún: un "día de ira" ha sido convocado en la propia Arabia Saudita para el 11 de marzo próximo.
Dominó financiero
¿Significa todo esto que nos dirigimos a otra recesión si el precio del petróleo sigue subiendo?
No necesariamente.
Las economías han tenido cuatro décadas para acostumbrarse a precios altos y volátiles, con el resultado de que, especialmente los europeos, usan hoy la energía mucho más eficientemente.
Sin embargo, muchos economistas dicen que la burbuja de las materias primas de 2007 a 2008 jugó un papel en la posterior crisis financiera y en la recesión en occidente.
La explicación es que el aumento de los precios de los alimentos y la energía fue lo que empujó a los ya sobrecargados usarios de los subprimes a la mora absoluta de sus hipotecas, derribando la primera de una serie de fichas del dominó financiero.
No obstante, ahora que reventó la burbuja inmobiliaria es menos probable que se repita la misma crisis financiera.
¿Pagar el precio?
Lo que el alza del precio del petróleo probablemente significará esta vez -pero sólo si el aumento se mantiene unos meses- es un mayor apretón de cinturones en los presupuestos familiares.
Un poco más alarmante es que el aumento ocurre en un momento en que los bancos centrales están bajo creciente presión para comenzar a subir nuevamente las tasas de interés.
El dilema para la política monetaria occidental es particularmente agudo, porque la única manera de mantener la inflación baja es castigando a las familias aún más mediante el aumento de sus costos de endeudamiento.
De todos modos, es demasiado pronto para predecir si el precio del petróleo se mantendrá alto durante el tiempo suficiente para que ocurra lo peor.
Y si esto significa que se va a alcanzar un Medio Oriente estable y democrático, entonces tal vez valga la pena pagar el precio.
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