miércoles, 3 de agosto de 2011

El fiscal acusa a Mubarak de matar opositores durante la represión en Egipto


El expresidente egipcio, que comparece en camilla, y sus hijos se declaran no culpables de los cargos.- Enfrentamientos a pedradas entre partidarios y detractores del exmandatario


El misterio quedó desvelado en torno a las 10 de la mañana. De blanco, en una camilla, con el rostro pálido, el rais entró en la jaula donde ya le esperaban sus dos hijos, Alaa y Gamal, uno de sus principales colaboradores, el exministro de Interior Habib el Adli, y seis oficiales asesores de este. Así, postrado e intentando incorporarse de cuando en cuando, ha escuchado el depuesto faraón la primera vista del juicio que se celebra contra él y también los cargos por asesinato, de los que se ha declarado no culpable.

    Enfrentamientos en Egipto
    Ampliar

    La policía detiene a un manifestante cerca de la Academia de Policía de El Cairo.- MARWAN NAAMANI (AFP)

      Egipto

      Egipto

      A FONDO

      Capital:
      El Cairo.
      Gobierno:
      República.
      Población:
      81,713,52 (est. 2008)

    La noticia en otros webs

    Habían terminado las especulaciones de las últimas semanas y las desconfianzas de los que esperaban que en el último momento el proceso fuera aplazado o que Hosni Mubarak, de 83 años, no compareciera por motivos de salud. El Gobierno egipcio, sin embargo, había asegurado que el exmandatario se encontraba en condiciones de asistir aunque pocos egipcios confiaban en poder ver al que consideran el origen de todos sus males, en la jaula-celda de los acusados. El empresario Hussein Salen, implicado en esta causa, se encuentra bajo arresto en España.

    El juez Ahmed Refat, que preside el procedimiento, ha nombrado primero al extitular de Interior y sus asesores, que contestaron con un breve "sí, presente". Después, han surgido problemas porque algunos abogados de El Adli y sus asesores no están registrados mientras que otros no han podido estar presentes. La explicación se encontraba en las puertas de la Academia de Policía Mubarak, el ahora irónico nombre del centro de formación de los principales represores de las protestas que tumbaron al exdirigente y donde ahora se juzga al exlíder que le dio nombre. A las afueras, en la única ventanilla habilitada para recoger los permisos expedidos con cuentagotas para asistir a la vista, un centenar de abogados trataba de identificarse al mismo tiempo y recoger su acreditación. Con la llegada de Mubarak a la sala del tribunal habilitado, que estaba siendo retransmitida en una pantalla gigante en el exterior, los simpatizantes del rais que se manifestaban fuera, se lanzaron contras las puertas del recinto gritando, golpeando con palos y lanzando sillas, en protesta por lo que consideraban "una injusticia". Algunas mujeres lloraban y clamaban la liberación del rais. La policía ha cargado contra ellos y ha cerrado la puerta impidiendo el acceso de cualquier persona acreditada o no.

    Pasadas dos horas de juicio y tras un receso, se han leído los cargos contra los comparecientes. La fiscalía ha acusado a Mubarak de ordenar a la policía disparar contra los manifestantes durante las protestas que en los 18 días de enero y febrero pasado acabaron con su reinado y dejaron 850 muertos. El octogenario líder ha tomado el micrófono de manos de su hijo Gamal y con voz clara se ha declarado no culpable. "Niego completamente esas acusaciones", ha señalado el rais, poco después de que sus dos vástagos negaran también su culpabilidad. Ambos han permanecido junto a su padre todo el tiempo, dirigiéndole algunas palabras de cuando en cuando y tratando de evitar, aparentemente, que las cámaras de la televisión egipcia (la única autorizada a grabar el proceso) pudieran obtener un buen plano. La fiscalía acusó a Mubarak y a Al Adli así como a los oficiales imputados, de permitir que los policías disparar contra los manifestantes y los atropellaran con su vehículos, y no utilizaron sus poderes para prohibir estas acciones. Ambos podrían enfrentarse a la pena capital si se demuestran los cargos contra ellos.

    También pesan sobre ellos acusaciones por corrupción y malversación, en el caso de Mubarak durante sus 30 años de Gobierno. Siendo presidente del país, aceptó para él y sus dos hijos cinco villas y otras propiedades por un valor de 39 millones de libras egipcias (6 millones y medio de dólares) del empresario Husein Salem, detenido en España, a cambio de cederle terrenos privilegiados en la localidad de Sharm el Sheij. Otro de los cargos que se le imputan es el supuesto acuerdo con el exministro de Petróleo Sameh Fahmi sobre la venta de gas a Israel, por un precio inferior a su valor real en el mercado, a través de una compañía de Salem, que es juzgado en ausencia y que ocasionó millones de dólares de pérdidas al país.

    El abogado de Mubarak, Fareed El-Deeb, ha pedido la comparecencia como testigo, entre otros, del mariscal Mohamed Hussein Tantawi que se encuentra al frente del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas que actualmente gobierna el país, desde la caída del dictador.

    Mubarak permanecerá en el hospital de la Academia de Policía en la que se le está juzgando, mientras dure el proceso. Desde el pasado 13 de abril Mubarak ha estado bajo arresto en un hospital de la ciudad de Sharm el Sheij, en el Mar Rojo, a causa de una cardiopatía (sufrió un infarto durante su interrogatorio). Los médicos desaconsejaron su traslado a la prisión de El Cairo, por ese motivo y además, en las últimas semanas fuentes médicas, además de su abogado, han afirmado que estaba muy débil y deprimido que se negaba a comer e ingería sólo líquidos. El juez Ahmed Refat, ha manifestado su intención de que sea un juicio rápido con sesiones diarias.

    Aunque el juicio se había previsto para las 10 de la mañana, tres horas antes ya había un grupo de simpatizantes y detractores ante las puertas de la academia-tribunal. Con pancartas exaltando a Mubarak unos y con fotos de los muertos de la revolución otros, las palabras se han convertido en gritos y cuando estas ya no se oían, han dado paso a las pedradas. La policía ha intervenido con bastones y piedras para disolverles y ha formado cordones para separar a ambos grupos. Pero el avance de la mañana y las quejas de los que no habían podido acceder a la sala, han seguido caldeado los ánimos y las pugnas entre ambas facciones se han sucedido. El júbilo de los que nunca creyeron que verían al rais tras las rejas contrastaba con las expresiones de dolor de los que juraban que morirían "antes que condenar a Mubarak", mostrando su foto. "Él es la base de este país, él es nuestro presidente. Egipto sólo tiene un presidente y ahora le están juzgando", clamaba una joven con una camiseta en la que podía leerse: "Soy egipcia y rechazo insultar al líder de la umma (la comunidad islámica)" "Sólo quiero verle sufrir lo que yo he sufrido, lo que mi hija ha sufrido", afirmaba una mujer de Alejandría, cuya hija perdió la vida durante la revuelta.

    No hay comentarios:

    Publicar un comentario