martes, 2 de agosto de 2011

La mayor movilización social en la historia de Israel exige reformas a Netanyahu


Manifestantes isarelies durante una marcha de protesta en Tel Aviv. | Efe

Manifestantes isarelies durante una marcha de protesta en Tel Aviv. | Efe

  • Pide mejoras en los ámbitos de vivienda, asistencia social, educación y salud


Los 'indignados' que protagonizan la mayor protesta social de la historia de Israel preparan un documento con sus demandas para presentárselo al primer ministro, Benjamín Netanyahu, informa este martes el diario 'Haaretz'.

El texto está siendo elaborado por los líderes del movimiento reivindicativo, iniciado el pasado día 14 con una acampada en Tel Avivpor los precios de la vivienda y que ha ido ganando seguimiento entre diversos sectores de la población.

También participan representantes estudiantiles y otros grupos de activistas. Economistas y otros expertos han sido consultados para formular una serie de demandas en los ámbitos de vivienda, asistencia social, educación, salud y política económica.

Las reivindicaciones se presentan junto con su coste estimado para el Estado para defender que los beneficios de su aplicación superan los gastos iniciales, según el borrador obtenido por el rotativo.

Los 'indignados' quieren una enmienda a la ley de edificación que obligue a los contratistas a construir "viviendas asequibles", una reducción gradual de los impuestos indirectos, la revaluación de los procesos de privatización en proceso y un aumento del salario mínimo interprofesional a la mitad del salario medio, actualmente 8.698 shekels (1.766 euros).

También figura entre sus demandas un aumento de los inspectores de trabajo, bomberos, policías, profesores y trabajadores sociales y una reducción del número de alumnos por aula.

Netanyahu anunció el domingo la creación de un equipo ministerial para negociar con los 'indignados', un día después de que 150.000 personas salieran a las calles en la mayor manifestación no vinculada al conflicto de Oriente Medio de la historia del país.

El primer ministro no quiere recibirles ni negociar con ellos porque está "convencido" de que "actúan puramente por motivos políticos" con el objetivo de forzarle a dimitir, según indicó al rotativo una fuente sin identificar que habló recientemente con él. Quien sí lo ha hecho, ayer, es el presidente del país, Simón Peres, quien les alabó y aseguró que su protesta no es "artificial", sino "genuina y muy seria".

Una protesta pacífica

"Lo que más me ha impresionado es vuestra inocencia. Os creo. Creo también que la mayoría de la población está sorprendida por la seriedad del problema. La impresión general es que la clase media puede apañárselas. No sabían cuán serio es el tema", señaló.

El presidente israelí aseguró que la protesta ha "ganado los corazones de la gente" porque no recurre a la violencia y, por tanto, "honra a la democracia". En la entrevista, el presidente del colectivo de estudiantes, Itzik Shmuli, insistió en que la movilización "no es un asunto personal ni tiene un agenda política oculta", sino que busca únicamente "persuadir al Gobierno de que pase de una economía ligeramente agresiva a algo más humano, de mirar a los números a mirar a las personas".

"Lo que todos tenemos en común es que, al final, queremos ver Israel como nuestra casa. Estamos luchando por el derecho a construirnos un futuro en Israel", agregó.

Dafni Lif, la iniciadora de la protesta, insistió en que no sólo defienden los intereses de la clase media, sino también de los sectores de población más vulnerables, y que la sociedad israelí "ya no se avergüenza de que le cuesta salir adelante".

La protesta también cuenta ahora con el apoyo público del escritor Premio Príncipe de Asturias Amos Oz, quien en un carta abierta publicada en 'Haaretz' denuncia el giro económico experimentado por Israel desde los años ochenta, que acabó con la sociedad más igualitaria de las tres primeras décadas de existencia del Estado
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