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La ayuda será concedida por los bancos de desarrollo y a través de acuerdos bilaterales.- Los ocho países reunidos en Francia se asocian para apoyar a los países árabes a cambio de desarrollo y democracia
AGENCIAS - Deauville (Francia) - 27/05/2011
El grupo de ocho países más desarrollados, reunidos bajo el G-8, ha prometido un paquete de 40.000 millones de dólares (28.000 millones de euros) para apoyar la "primavera árabe", de los que 20.000 millones provendrán de bancos de desarrollo, más una "decena de miles de millones en compromisos bilaterales", de los que Francia aportará mil millones, y otra "decena de miles de millones de países del Golfo". Así lo ha detallado el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anfitrión de la cumbre del G-8 celebrada en Deauville (Francia). Este paquete de apoyo financiero está destinado principalmente a los países que han logrado zafarse de regímenes autocráticos, como Egipto y Túnez. La cumbre del G-8, que preside en la actualidad Francia, concluye hoy sus dos días de reuniones.
"Los cambios en proceso en Oriente Próximo y el norte de África son históricos y tienen el potencial de abrir las puertas al tipo de transformaciones que tuvieron lugar en Europa del Este y Central tras la caída del muro de Berlín", dice el borrador del acuerdo. Los 20.000 millones de dólares serán aportados en forma de crédito por el Banco Mundial, el Banco Europeo de Inversiones, el Banco Europeo para la Reconstucción y el Desarrollo y el Banco Islámico.
Los líderes del G-8, dice el documento, "apoyan las aspiraciones de la primavera árabe, así como de los iraníes". La ayuda ya comprometida por la Comisión Europea no está incluida en este paquete. El Ejecutivo comunitario ha incrementado en 1.200 millones de euros la dotación para donaciones en su llamada Política de Vecindad hasta 2013, con un monto global de 7.000 millones de euros.
Apoyo político y económico
En presencia de los primeros ministros de Egipto y Túnez, Esam Sharaf y Beji Caid Essebsi, respectivamente, cuyos países originaron el movimiento prodemocrático en la región, y del presidente de la Liga Árabe, Amro Musa, el G-8 ha lanzado lo que denominan "la sociedad de Deauville". La asociación comienza con Egipto y Túnez, pero "estamos dispuestos a ampliar esta colaboración global y a largo plazo a todos los países de la región que se embarquen en una transición hacia sociedades libres, democráticas y tolerantes". El grupo se basa en los dos pilares de apoyo político y económico.
Los mandatarios que han acudido hasta la reunión de Deauville han insistido en pedir al dictador libio Muamar el Gadafi que deje el poder. "Gadafi y el Gobierno libio han fracasado en el cumplimiento de su responsabilidad de proteger a la población libia", ha señalado el G-8. Los ocho jefes de Estado o de Gobierno del grupo de los más desarrollados se han mostrado también "consternados" por la represión del régimen sirio de Bachar el Asad y han condenado la violencia contra los manifestantes del presidente yemení Ali Abdalá Saleh.
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